Ante la escasez de ideas, un nuevo álbum de WHITESNAKE, aunque sea de un concierto en directo celebrado hace treinta años, siempre es bien recibido por los que somos fans de la banda del gran David Coverdale. No obstante, todo hay que decirlo, si algún verdadero seguidor del grupo está leyendo estas líneas, ha de saber que probablemente ya haya escuchado este directo porque es uno de los muchos bootlegs de WHITESNAKE que rulan por la red desde hace varios años ya.
De cualquier manera, cabe decir que sólo por el setlist, pues se encontraban en plena gira del grandioso “Slide It In”, y el trabajo de producción y remasterización del sonido merece la pena dedicarle al menos un par de horas. A esto hay que añadirle la espectacular formación que componía WHITESNAKE a mediados de los ochenta. Nos encontramos a un David Coverdale a la voz en plena forma y haciendo gala de su innata actitud frontman, a John Sykes mandando a las seis cuerdas junto a Mel Galley, al extraordinario Neil Murray al bajo, un increíble Cozy Powell a la batería y el desaparecido Jon Lord en los teclados; cualquiera que conozca mínimamente el Hard Rock sabe que estamos ante una formación difícilmente superable.
El álbum se compone de trece canciones, de las cuales las nueve primeras pertenecen a un mismo concierto celebrado en Las Vegas, las tres siguientes son otras actuaciones en diversos lugares y, por último, un emotivo medley que incluye cuatro canciones del último concierto de Jon Lord con WHITESNAKE.
Una galopante “Gambler” da comienzo al concierto dejando claro que el Hard Rock y el Blues pueden ser uno en las canciones de la banda; a ésta le sigue una de las más melódicas del álbum que presentaban en esta gira, “Guilty Of Love”. Un comienzo potente para un concierto en el que no podían faltar algunos de los grandes clásicos de WHITESNAKE, como “Love Ain’t No Stranger”, “Ain’t No Love In The Heart Of The City” o “Crying In The Rain”, canciones que nunca pasarán de moda entre los amantes del Hard Rock. Asimismo, no puede pasar desapercibida “Slow And Easy”, la que por aquel entonces era el single que sonaba y que tiene un enorme solo de guitarra muy blusero, ni la reducida versión de DEEP PURPLE “Soldiers Of Fortune”, escrita por el propio Coverdale y el maestro Ritchie Blackmore.
En cuanto al medley, a pesar de tener un sonido que podría mejorarse, no deja de ser un bonito homenaje del grupo a Jon Lord y un gratificante recuerdo del que hacen partícipes a sus fans. En definitiva, puede decirse que no tenemos nada nuevo en este compacto, pero que agradará a los fans de WHITESNAKE, que ya tienen ampliada la ya de por sí extensa discografía de la banda.
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