Entrevista a Bob Catley de MAGNUM

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Ser músico es una profesión de riesgo porque dependes de muchos factores externos. Puedes editar buenos discos pero si la tendencia del momento no navega cercana a tu propuesta o los fans gustan de abrazar otro tipo de sonidos, es complicado mantenerse vivo. Salvo que pertenezcas al olimpo de los grandes nombres del Rock, cualquier formación veterana ha padecido altibajos e, incluso, períodos de inactividad. MAGNUM no ha sido ajeno a estos avatares, si bien desde su regreso a comienzos de la pasada década se han mantenidos ocupados con constantes discos y giras. Esto les ha supuesto un nivel de actividad que, prácticamente, no habían alcanzado ni tan siquiera en su época de mayor esplendor, la segunda mitad de los ochenta. “On The 13th Day” es su más reciente entrega en donde demuestran que siguen estando en forma. No han pasado ni tan siquiera un par de años desde “The Visitation” y, entre medias, incluso sacaron del baúl alguna canción para el superfluo recopilatorio “Evolution”. Para charlar de “On The 13th Day” y, por ende, de la larguísima trayectoria de los británicos, contactamos con su locuaz vocalista, Bob Catley.

El hombre habla por los cuatro costados, tanto que en tres cuartos de hora de conversación no me dio tiempo a desplegar el cuestionario preparado. Eso sí, de lo que se cuestiona, da las explicaciones necesarias.

En treinta y seis meses habéis sido capaces de editar tres álbumes, algo que no sucedía desde la trilogía “On A Storyteller´s Night”, “Vigilante”, “Wings Of Heaven”. Además, son obras de calidad, no para salir del paso. ¿A qué se debe este prolífico momento?


Aunque somos veteranos, pienso que estamos ante una de nuestras etapas de mayor inspiración. Cuando en 2001 regresamos, cada disco que ha aparecido en el mercado era más fuerte y mejor que su predecesor. Además, la formación que tenemos es estable y poderosa, con Harry James, ex THUNDER, a la batería, Al Barrow al bajo, y el clásico Mar Stanway a los teclados, además de Tony Clarkin y yo. Con estos componentes hemos conseguido definir muy bien nuestras canciones y el sonido que queremos reflejar se escucha en cada trabajo que hacemos. De ahí viene la inspiración, de construir una buena base.

A esto podemos añadirle que cuando salimos en gira hemos observado que las audiencias se han ido renovando. No solo está el fan de MAGNUM de todo la vida sino también hay chicos jóvenes que muestran interés en un grupo de Classic Rock como el nuestro. Esto te revitaliza y da fuerzas para encarar el futuro escribiendo canciones y tocando delante de la gente.

El público es una gran fuente de inspiración pero también lo es llegar al estudio y comprobar cómo Tony es capaz de componer temas increíbles, algunos de los mejores que ha hecho jamás. Te aseguro que es un placer ser parte de MAGNUM en la actualidad, de ahí que estemos tan ocupados con el grupo e intentemos que todo el material salga a la luz. Además, date cuenta que no es lo mismo que en los ochenta, con la presión que tenías encima para sacar un disco y demás. Ahora también existe presión pero de otra forma, y somos más mayores como para afrontarla de una manera distinta, con calma.


¿Pero no te sorprendió un poco que Tony te dijera: “Bob, tengo un puñado de canciones nuevas, grabemos otro disco ya”?

(Risas) No, porque lo único que le pude contestar fue: “¡Hagámoslo!”. Tony está constantemente escribiendo, sea en la carretera o cuando está en casa. Siempre le verás con una libreta para poner en papel sus ideas. En ocasiones, según confiesa, le sale material aprovechable y en otras no tanto. Para mí, es fantástico ver nacer un nuevo disco, es como una caja cerrada. Estás impaciente por saber lo que contiene. Con Tony, es igual. Cuando me comenta que ha escrito canciones, estoy a la expectativa para ver qué se trae entre manos. Luego, a lo mejor transcurren unos meses hasta que el tema queda cerrado y completo, pero la primera vez que lo oigo siempre es excitante.

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Entre “The Visitation” y “On The 13th Day” salió a la venta “Evolution”, una recopilación de temas de vuestros últimos discos, mezclados con alguna canción nueva. Sinceramente, no entendí muy bien el por qué del álbum.


Era una manera de tener a nuestros seguidores atentos ante la inminente gira de finales de 2011 y el siguiente trabajo. La compañía quería un poco aprovechar el momento y que no se perdiera el interés en MAGNUM. También era una forma de celebrar que llevábamos una década reactivados con cinco discos lanzados y mucho que decir aún. Así, metimos dos cortes de cada uno de los trabajos y dos temas nuevos que gustaron bastante a la gente, sobre todo “The Fall”.

Asimismo, nos pareció interesante regrabar esos temas de otros discos para que tuvieran una producción similar a la que obtuvimos con “The Visitation” ya que quedamos muy satisfechos con el resultado final. Las tecnologías han evolucionado mucho esta última década y queríamos aprovecharnos de ello. Excepto las voces, todo se ha grabado nuevamente. Además, Harry no participó en todos los álbumes con lo que ahora sí podríamos tener una visión de conjunto fiel de esta segunda etapa.

Por último, como he mencionado antes, no queríamos que dos temas como “The Fall” y “Do You Know Who You Are” se quedaran en el olvido. Por lo tanto, no es la típica recopilación que no aporta nada sino que “Evolution” muestra lo que somos MAGNUM en la actualidad y consta de dos atractivos: el lavado de cara a los temas antiguos y las nuevas canciones. Sabíamos que no iba a ser un álbum que vendiera mucho pero sí que ofrece algo distinto a nuestros seguidores.

Tony declaró, hace no demasiado, que “The Visitation” era vuestro mejor trabajo en mucho tiempo. Además del componente promocional que pueda tener esa afirmación. ¿Cómo consideras “The Visitation” en el contexto de vuestra segunda etapa? Lo digo porque, siendo un álbum notable, no creo que alcance a “Princess Alice And The Broken Arrow”, que me parece de lo mejor que habéis editado jamás, o a “Into The Valley Of Moonking”.


Esto es cuestión de gustos y percepciones, como siempre. Cada cual tendrá una opinión aunque lo que sí considero objetivo es que la esencia de los verdaderos MAGNUM se retoma en “Princess Alice”. No es que “Breath Of Life” y “Brand New Morning” sean flojos; simplemente necesitábamos retomar lo que MAGNUM significa y esos dos álbumes fueron los primeros pasos. “Princess Alice” salió en el momento preciso. La gente sabía que estábamos de vuelta y se fijaron en ese disco. El material es bueno pero creo lo hemos mejorado en los discos siguientes y, sobre todo, son un poco más roqueros y animados.

¿Y en qué lugar se ubica “On The 13th Day”?
Para mí, es una combinación del camino recorrido en estos tres últimos discos. Tony ha hecho un gran trabajo porque incide no solo en el proceso de composición sino también en la forma de grabación. La suma de las dos hace de “On The 13th Day” un trabajo más potente.

Os conocéis desde hace más de cuarenta años. ¿Sabes siempre lo que puedes esperar de Tony o te reserva habitualmente alguna sorpresa de disco a disco?

Aunque no sabes nunca qué esperar de Tony, lógicamente tiene un patrón a la hora componer canciones para MAGNUM. Algunas de sus ideas funcionan; otras no, pero el suele venir al estudio con la preselección hecha para que, cuando me las presente, solo tenga que ponerles la voz. Le solimos añadir algún coro o arreglo, y un pequeño trabajo de ingeniaría en el estudio para que quede completa. Luego, se las mostramos al resto de compañeros.

En relación a las letras, Tony siempre se concentra en escribir cosas subjetivas que encajen dentro del universo MAGNUM. Aquí sí que es impredecible y me encanta que lo sea. Nosotros no necesitamos muchísimas canciones para hacer un disco, aunque si las hay no pasa nada, porque cincuenta y siete minutos en “On The 13th Day” están realmente bien. Lo que buscamos es que casen las unas con las otras; primero, en lo musical; después, en los textos. Si luego después salen más temas que podríamos usar, intentamos dejarlos para futuras entregas o algún recopilatorio como “Evolution”. Seguramente, no todo lo que hacemos funciona y alguna canción mala hemos hecho en nuestra carrera pero, por lo general, creo que priman más las composiciones que merecen la pena. Jamás le digo a Tony que no quiero cantar algo que haya escrito porque siempre se le puede sacar partido a lo que hace.

Una de las principales cualidades que aprecio en “On The 13th Day” es la variedad. Encontramos temas sinfónicos, otros más comerciales e, incluso, un corte inusualmente Heavy en vuestro catálogo, como “Dance Of The Black Tattoo”.

Sí, aunque en parte creo que en “The Visitation” había una canción parecida, “Black Skies”. Como bien comentas, hemos de asegurarnos ofrecer el típico material de MAGNUM que el público quiere escuchar, es decir, parte Sinfónicas, otras más Pop Rock como “So Let It Rain”, el single. En sentido contrario, “Dance Of The Black Tattoo” tiene una vibración muy Heavy. Me he divertido mucho cantándola porque ha requerido un esfuerzo adicional ya que no está dentro de mis registros habituales. Me gusta cuando tengo que ir de un lado a otro con mi voz porque en “On The 13th Day” también encuentras baladas suaves como “Putting Things In Place” o cortes más Rock And Roll directo como “Broken Promises” que trata sobre sueños y pesadillas que se viven.

  

Para mí, uno de los atractivos más destacables de los mejores discos de MAGNUM es que no son unidireccionales sino que descubres una amalgama de sonido que, a la vez, no se alejan de la propuesta de Rock clásico que siempre hemos practicado. No aburrimos a nuestros oyentes, o al menos, es lo que intentamos, tanto en estudio como cuando nos subimos a un escenario. Que las canciones hablen por sí mismas y cada una posee su identidad propia.

Por ejemplo, el tercer tema del álbum, “Didn't Like It Anyway”, es de mis preferidos porque es bastante cañera y la letra trate de gente como los políticos, que se creen superiores al resto, o los banqueros que timan a los pobres trabajadores que les confían sus ahorros. Es horrible.

¡Qué te voy a contar de lo que sucede en España!

Es una locura. La gente compra acciones o invierte capital, ¿para qué? Para luego no poder recuperarlo. No digo que todos los banqueros sean estafadores pero es increíble a lo que ha llegado el sistema.

Otro aspecto a destacar de “On The 13th Day” es que cuanto más lo oyes, descubres trozos o elementos nuevos. Es muy rico en matices.

Estoy de acuerdo, incluso rendimos algún que otro homenaje a canciones de MAGNUM del pasado, sin caer en la copia. A mí me parece positivo incluir elementos antiguos en nuestra música sin olvidar de ofrecer cosas nuevas. No podemos intentar ser algo distinto a lo que MAGNUM significa porque nuestros fans nos darían la espalda, con razón. Lo importante es conseguir que la gente piense que tal o cual canción podría haber estado incluido en cualquiera de nuestros álbumes sin desmerecer el producto. Encima, siempre considerando que la producción actual es mucho mejor. Respeto muchos a aquellos grupos que dicen que no tiene ninguna influencia externa pero no creo que sea del todo cierto. MAGNUM necesitamos a nuestros fans y saber qué opinan. Otra cosa es que no nos podemos pasar todo el día escribiendo una repetición de “On A Storyteller´s Night”, por ejemplo.

Una vez más, Rodney Matthews ha sido el ilustrador de la portada. ¿Cómo es vuestra relación con él?

(Imitando, se supone la voz de Rodney) “Oh, amigos, mirad lo que os he preparado esta vez” (risas) En serio, es un tío estupendo, encantador. Vino con nosotros al estudio, le enseñamos las canciones para que sacara su propia idea y nos sentamos a exponerla la idea del título y lo que queríamos que reflejara. Queríamos exactamente eso, un tipo malvado con una bandera que pusiera el nombre del álbum, rodeado de algo que podría ser un circo de los horrores, muy colorido, incluso con algún guiño a antiguas portadas. Date cuenta que, no siempre, pero sí ha colaborado con nosotros en múltiples ocasiones del “Chase The Dragon”, en 1982, con lo que nos conocemos lo suficiente como para saber qué podemos esperar de Rodney.

Lo del guiño al pasado es curioso que lo digas porque el colorido y el traje del personaje me recuerdan a “Sleepwalking”, aunque en plan malvado como comentabas.

Para mí, “Sleepwalking” es de las mejores portadas que Rodney ha hecho para nosotros. El bufón que dibujó puede recordar al tío que hemos puesto en “On The 13th Day”, aunque está muy desmejorado (risas). Podría ser como su gemelo malvado, la otra cara del bufón. Es divertido ese tipo de conexiones entre portadas. Si ves la portada en el vinilo, tiene aún más cosas, es más amplia y espectacular. El viejo vinilo, ya sabes.

Considero que, en este disco, utilizas una voz profunda pocas veces escuchada en tu carrera, donde estamos más acostumbrados a los tonos agudos. Tienes un timbre muy característico pero creo que en “On The 13th Day” has hecho un gran trabajo.

Muchas gracias. No diría profunda sino que he llegado a un grado madurez que me ha hecho modular mi voz correctamente y saber hasta dónde puedo y hasta dónde no debo llegar. No quiero gritar tanto como lo hacía antes porque no acabaría los conciertos. He aprendido de mis errores lo que me hace ser mejor cantante. Tony me empuja para que llegue a mi límite y consiga un registro distinto para cada canción, que no entone siempre igual sino que empatice con  las letras, esto es, si hablamos de la guerra puedo utilizar un tono más grave o si es una canción melancólica. Por ejemplo, en “Dance Of The Black Tattoo”, su estribillo “Your Diary’s Empty / So There’s No Past” no puede ser cantado de forma alegre porque perdería credibilidad. Esas letras fueron escritas cuando mi madre falleció, algo horrible, incluso para recordarlo ahora. Por eso te digo que se necesita en un estado de ánimo para cantar según qué cosas y debes adaptarte a lo que un tema te pida.

También depende un poco de quién es el compositor porque en mis discos en solitario he trabajado con gente distinta que han sacado otro partido a mis cualidades. Personalmente, he aprendido con los grandes, como Ronnie James Dio, que era un ídolo absoluto para mí; David Coverdale siempre fue una referencia. Si un compositor o un productor te piden una cosa, un buen cantante debe ser capaz de hacerla, eso es lo que intento. Cada día que pasa me pongo como objetivo aprender una cosa nueva de mi voz. A veces lo consigo, otras no. Es mi trabajo y tengo la obligación de ser un gran vocalista y competir con los mejores. Si no, no sería bueno en lo que hago.

Para mantener la voz, ¿sigues algún tipo de entrenamiento o clases de canto?

No, jamás he tenido un profesor ni nada que se le parezca. Tengo la suerte de poseer una voz bonita y potente que no se ha venido abajo con los años, aunque sí ha cambiado un poco. Lo que sí hago es, después de los conciertos, no ir a lugares donde haya mucho humo o tengas que hablar alto, como en los pubs, porque la mañana siguiente estoy afónico y no puedo, no solo cantar, ni tan siquiera hablar. Esa es la única tarea que me impongo, estar tranquilo y relajado, hablando muy bajo, casi en susurros, después de actuar.

Cuando haces seis o siete días seguidos de gira, es complicado mantener la voz fresca y poderosa, eso es evidente. Por eso, soy cuidadoso en este apartado. Sé que otros cantantes utilizan miel y limón, hacen inhalaciones de vapor, etc. Lo he intentado pero no es lo mío, no me funciona bien. Mi amigo Kip Winger me enseñó hace años una técnica vocal que consistía en imitar los sonidos de las vacas (Ndr.: Se pone a hacerlos). Me sentía ridículo, no le veía utilidad y desistí.

La última vez que tocasteis en Madrid fue durante la gira de presentación de “In The Valley Of Moonking” y sonaron seis o siete cortes de ese disco, y un total de diez del material, entonces, más reciente. El objetivo de defender esta nueva etapa está claro para vosotros, ¿no?

Por supuesto. Creemos en los discos y nos gusta presentarlos a la gente. No obstante, intentamos buscar un equilibrio entre mostrar nuestro trabajo más reciente y no aburrir demasiado al público que, quizá, no esté tan familiarizado con esos temas. Es difícil contentar a todos y, a la vez, quedarnos satisfechos. La línea entre una y otra cosa es tan fina que nunca sabes cómo acertar. Al final, hemos de decidir nosotros y si queremos tocar más de la etapa reciente, lo hacemos.

Haremos mismo estamos decidiendo el repertorio de la gira que comienza a finales de octubre y, probablemente, haremos cuatro o cinco canciones de “On The 13th Day”. Llegar a seis o siete, como decías, me parece excesivo y hubo gente que no es que nos lo reprochara sino que comentó que faltaba un poco de equilibrio. La verdad es que tenían razón. Además, soy de los que pienso que no todas las canciones de los discos quedan bien en directo. Hay temas que son ideales para oírlos en casa, tranquilamente, con la atmósfera necesaria. De las nuevas seguro que hacemos “All The Dreamers”, que abre el disco; también la segunda, “Blood Red Laughter” porque es roquera; algunos de los singles, bien “So Let It Rain”, bien Shadow Town”; y probablemente “Dance Of The Black Tattoo” porque tengo muchas ganas de ver cómo queda en directo. También vamos a regalar a la gente unas cuantas canciones de los ochenta que, a lo mejor, hacía dos décadas que no tocábamos, con lo que el show va a tener muchos alicientes.

La gira se centra en Alemania y el Reino Unido, con fechas también en Bélgica, Holanda y algún otro sitio. ¿Preferís tours cortos?

No necesariamente. La última gira fueron siete semanas, esta son seis, no esta mal para unos veteranos. Hacemos prácticamente todos los conciertos que podemos. Sucede que dependemos de los promotores, me parece que hacemos treinta y cuatro actuaciones. Yo seguiría pero llegan las navidades y ahí se para todo. Nos encantaría ir a más países y nuestro manager está buscando posibles ofertas, incluido España pero, de momento, por desgracia no hemos tenido nada interesante. Esperemos que el año que viene podamos conseguir fechas para Italia, España y Portugal. Recuerdo el último concierto en Madrid, que antes mencionabas. Fue increíble, muy emotivo, con la gente coreando. Casi me pongo a llorar de la emoción.

En los últimos años hicisteis algunos shows especiales tocando enteros “On A Storyteller’s Night” y, un tiempo después, “Wings Of Heaven”, vuestros trabajos más exitosos. ¿Cómo os sentisteis?

Muy bien, me gustó la experiencia. Como señalas, eran fechas escogidas para celebrar el vigésimo aniversario de cada uno de ellos, por lo que no creo que sea algo que repitamos. Hacíamos una primera parte que era una especie de “best of…”, nos íbamos al camerino y salíamos para interpretar el disco al completo. Cuando digo que no creo que se repita no es porque lo deseche porque a mí me gusta hacerlo sino que deberíamos encontrar otra razón especial, no podríamos hacerlo con cada disco porque terminaría siendo previsible y, además, no es lo mismo hacerlo con estos álbumes que, por ejemplo, con “Rock Art” que tuvo poca repercusión.

Este tipo de actuaciones tiene un punto interesantísimo para mí y es que hay temas que jamás hemos tocado en directo. Eso es un aliciente muy grande, no solo para los fans sino también para nosotros porque hay que volver a aprender la música, las letras, ensayar y adaptar la canción a nuestro sonido actual sin perder su idea original. Es una labor muy bonita porque, en el fondo, no sabes cómo va a quedar finalmente porque nunca la has tocado en directo antes.

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De todos los álbumes en directo que he escuchado de MAGNUM tengo un aprecio especial por el acústico “Keeping The Nite Light Burning”. ¿Qué recuerdos guardas de esos conciertos? ¿Harías de nuevo alguna actuación desenchufada?

Recuerdo que estábamos en una época confusa para el grupo. Queríamos hacer algo distinto entre el final de gira “Goodnight L.A.” y la composición del disco nuevo, que resultó ser “Sleepwalking”. Hablamos de convertir algunos de nuestros temas más conocidos al formato acústico y mezclarlos con canciones tranquilas que se adaptaban de manera natural. Wally y Mickey Barker, bajista y batería de entonces, hicieron un buen trabajo con sus instrumentos que eran, a priori, los más complicados de transformar. No lo hemos repetido pero sí que usamos como bonus en varios discos las versiones acústicas de nuestras canciones. Precisamente, en “On The 13th Day” hay una edición doble donde puedes escuchar tanto “Blood Red Laughter” como “Shadow Town” en ese formato, además de temas en directo eléctricos. En el DVD que acompañada la edición especial de “The Visitation” hay una versión en acústico de “The Spirit”, la canción de “Chase The Dragon”, que, por cierto, vamos a recuperar en la gira.

Con una trayectoria tan larga, es curioso que solo hayáis hecho un tour por Estados Unidos, allá por 1982 de teloneros de OZZY. ¿No habéis tenido más posibilidades de cruzar el charco?

Tanto “The Visitation” como “On The 13th Day” van a tener edición americana, después de mucho tiempo sin conseguirlo. Nunca se sabe, ojalá se dé la oportunidad ahora porque hemos detectado un moderado interés en el grupo. Siempre hemos tenido intención pero hay que montar algo serio y medianamente largo porque es un país tan grande como todo el continente europeo. La experiencia con OZZY fue agradable y eso que era una época difícil, justo después de morir Randy Rhoads en el trágico accidente de aviación que acabó con su vida.

Luego, regresamos para grabar “Goodnight L.A.” en 1990 pero no dimos ninguna actuación. Esperemos a ver qué sucede, nunca digas nunca jamás, aunque pienso que es difícil que volvamos porque, en mi opinión, somos una banda con un sonido europeo muy definido y este tipo de grupos no suelen trascender en Estados Unidos, con una industria musical muy voluble. No obstante, tampoco nos importa demasiado tocar siempre en Europa.

Vuestra forma de entender el Rock clásico no encaja demasiado bien en los gustos de allí, me temo.

Sí. Es verdad que ha habido excepciones como OZZY o DEF LEPPARD pero, si te fijas, cambiaron bastante su sonido. La mayoría de grupos de Hard Rock clásico europeos nunca lograron romper en el mercado estadounidense.

Incluso una banda tan grande como WHITESNAKE cambió radicalmente su sonido para lograr vender millones de discos en Estados Unidos.

Nosotros no podríamos dar un giro tan radical, si bien es cierto que “Goodnight L.A.” era un trabajo concebido para el mercado americano. Al haber tenido tanto éxito como “Wings Of Heaven” en el Reino Unido y Europa, el paso siguiente era lanzarse al otro lado del océano. Las canciones originales no sonaban así pero el productor y el sonido fueron orientados claramente. A nosotros no nos gustaba pero reconozco que nos plegamos ante las demandas de Polydor. No podríamos hacerlo de nuevo y aunque algún que otro fan de DEF LEPPARD descubrió a MAGNUM, en el fondo no fue una decisión acertada.

Hasta contasteis con ayuda de renombrados compositores como Russ Ballard o Jim Vallance, autores de un buen puñado de hits.

Otra vez fue una idea de Polydor. Pensaban que para vender discos en Estados Unidos teníamos que darle un toque de radio fórmula a nuestras canciones. A Tony solo le salían canciones con la personalidad de MAGNUM, no con afán comercial, y por ello, en el sello nos sugirieron que nos echaran una mano con coros, estribillos y algún que otro riff. A mí no me gustaba de ninguna forma pero Tony, que era quien escribía las canciones, pensó que a lo mejor tenían razón, con lo que accedimos. Y así, nos marchamos a Los Angeles, a un excelente hotel y disfrutar del vino californiano y la comida.

Desde que comencé a escucharos, siempre he creído que QUEEN había sido una gran influencia en vuestros inicios. Álbumes como “Kingdom Of Madness” o “II” poseen ese halo Heavy pero, a la par, Sinfónico de los discos de QUEEN en los setenta.

En particular, Tony siempre fue un gran seguidor de la primera época de QUEEN por lo que, seguramente, en ciertos períodos de su vida le sirvió de influencia. Además, como sabes, fue un placer para nosotros trabajar con Roger Taylor, su baterista, en el disco “Vigilante”. Me gustó su aportación en la producción. No creo que QUEEN sea una influencia consciente o clara, sino en general todas las bandas con grandes armonías vocales fueron importantes para nosotros. Con todo, para nosotros que nos comparen con ellos es un halago. Freddie Mercury es uno de los más grandes cantantes de la historia del Rock. A finales de los ochenta, principios de los noventa, en una gira por Alemania, tuvimos de teloneros a THE CROSS, el proyecto paralelo que tenía Roger Taylor, y fue una experiencia grata. Fue él quien nos lo pidió y, por supuesto, dijimos que sí. Era un honor que un miembro de QUEEN quisiera telonearnos.

Grabasteis bastantes canciones antes de vuestro primer larga duración, “Kingdom Of Madness”. Hablo de “Seabird”, “Stormbringer” o “Slipping Away”. Imagino que no llegaron a formar parte del disco porque el sonido es muy distinto, mucho más Folk, como pudimos comprobar en el magnífico recopilatorio “Long Days Black Nights” donde se recogen vuestros inicios.

“Kingdom Of Madness” se grabó en 1976 pero, desafortunadamente, no salió a la luz hasta dos años después. Ya sabes, las cosas de Jet Records, nuestra primera discográfica, que era un desastre muchas veces. En ese tiempo, evolucionamos un montón, por lo que las canciones quedaron completamente obsoletas. Ni tan siquiera podíamos tocarlas en directo porque ya no representaban lo que MAGNUM éramos en 1978. Por lo tanto, hubo que dejarlas fuera e introducir nuevas ideas, mucho mejores que las anteriores. Era un período de aprendizaje, tanto a nivel instrumental como de definición del sonido.

La copia que compré de “Kingdom Of Madness” no es la versión original de Jet sino una reedición de FM Revolver Records, de 1988, con una portada completamente distinta, mucho mejor, todo sea dicho, ya que es un dibujo de Rodney Matthews.

Mmm… la conozco pero el grupo no tiene nada que ver con eso. Podemos decir que esa es la copia americana y no la copia inglesa, que es la de la portada original. Es lo que comentaba de Jet Records, que eran un desastre y hacían cosas a nuestras espaldas, utilizaban a MAGNUM para intentar lucrarse, sin darnos nada a cambio.

Me pasa muchas veces después de los conciertos, que se me acercan fans con un montón de material para firmar. Según voy firmando, veo cosas que digo: “¡Joder, pero si esto no lo hemos sacado nosotros! ¿De dónde ha salido? ¿Qué hacen todos esos guerreros luchando contra un dragón?”. Eso no tiene nada que ver con MAGNUM, a Tony le horroriza esa portada, por mucho que sea más bonita pero no nos representa.

¿Vais a celebrar de alguna manera vuestro cuadragésimo aniversario?

Rotundamente, ¡no! Es algo que me han venido preguntando mucho estos días. Para nosotros, la mejor manera de celebrarlo es tocar y sacar discos. Como mucho, Tony y yo quedaremos un día, para darnos un paseo por el pub donde comenzó todo, en Birmingham y rememorar los viejos tiempos charlando delante de unas cervezas. No estamos para más.

Vives en Tanworth, una pequeña localidad cerca de Birmingham. ¿Cómo se ha llevado por allí el espíritu olímpico de Londres?

No he podido ver todo lo que quería porque estuve ocupado cantando y haciendo entrevistas, pero sí que vi la ceremonia de Apertura y los deportes más importantes. Para mí, ha sido muy bueno para el país, tanto a nivel de imagen como nuestro “Team GB” que ha hecho una competición fantástica. Cuando salías a la calle o a un pub a tomar algo, todo el mundo hablaba de lo mismo, del tenis, del atletismo. También es reseñable la importancia de los Juegos Paralímpicos. Hace unos años nadie hablaba de ellos aquí y ahora se le está dando la trascendencia que merece porque esa gente tiene un mérito increíble, son ejemplo de superación para todos.

Para concluir, una complicada. ¿Qué haréis en la undécima hora del décimo tercer día? (Ndr.: Juego de palabras con dos de sus discos: el reciente “On The 13th Day” y “The Eleventh Hour”)

(Risas) En el décimotercer día a la undécima hora puede pasar cualquier cosa, amigo. Mejor no estar en casa sino pasándolo bien. No sé qué decir, desde luego asusta la pregunta (risas)… No pases por debajo de una escalera ni se te cruce un gato negro. No es que sea supersticioso pero si eso ocurre no te extrañe que se monte una buena, que el infierno llegue a la tierra. Créedme.

Marco-Antonio Romero

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