FALCONER - Black Moon Rising

FALCONER sigue al pie del cañón con su octavo disco, "Black Moon Rising", un trabajo cuya campaña promocional vendía que las guitarras adquirían un peso mayor. En principio la afirmación podría aparecer algo exagerada, pero es cierto que los suecos dejan esta vez un poco de lado su faceta más Folk y centran sus esfuerzos en la elaboración de canciones más contundentes, incluso reviven algún riff black metalero que trae de vuelta la esencia de sus orígenes, esto es, el grupo de Viking Metal MYTHOTIN. Sin embargo, el fenomenal trabajo de Stefan Weinerhall y Jimmy Hedlund a las guitarras no puede eclipsar del todo la particular forma de cantar de Mathias, una de las características definitorias del sonido de FALCONER.

Las raíces de FALCONER resucitan en el prometedor arranque que es "Locust Swarm", al que sigue un tema tan agradable de escuchar como "Halls And Chambers" y un potentísimo y adictivo "Black Moon Rising", que da nombre al trabajo, en el que escuchamos a unos FALCONER más heavies, como cuando tuvieron al cantante Kristoffer Göbel en sus filas.


"Scoundrel And The Squire" nos devuelve a los FALCONER folclóricos, con un suave tema en el que brilla Mathias Blad, que siempre se desenvuelve como pez en el agua en estos temas más sosegados. Pero después de este corte nos encontramos a una banda furiosísima en el increíble "Wasteland", fortísimo trallazo que nos brindan los suecos combinando elementos de su antiguo pasado extremo con un Heavy-Power de aplastante rítmica, que choca con la dulce voz de Blad. Me atrevería a decir que con un cantante de corte más metálico en sus formas esta canción ganaría muchos enteros, aun así el resultado es digno de ser escuchado.

El ecuador del disco lo marca "In Ruins", un tema más clásico con tintes rockeros que cuenta con unos coros algo extraños que lo diferencian del resto de cortes, seguido del alegre "At The Jesters Ball" y de la cabalgada rítmica del simpático "There's A Crow On The Barrow",

Por otra parte, hay que señalar que en "Dawning Of A Sombre Age" es la voz de Mathias Bald la que dota de vida a la canción y nos hará tararearla. La guitarra de Weinerhall hace lo propio en la cañera "Age Of Runes"; muy bien por el grupo el incluir este tipo de cortes en el tramo final. El divertido e incluso bailable "The Priory" sirve de despedida a la obra devolviendo al grupo a su redil folk.


Sin duda, FALCONER reafirma, disco tras disco, un excelente nivel compositivo e interpretativo que tristemente no se corresponde con la escasa popularidad que ostenta el grupo. Desde luego, por trayectoria y por álbumes como "Black Moon Rising", los suecos se merecen estar en lo más alto.

Enrique Herrero

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