FEAR FACTORY - The Industrialist

FEAR FACTORY - The Industrialist

El regreso de Dino Cazares a FEAR FACTORY fue recibido con los brazos abiertos por los fans, especialmente tras el infame disco "Transgression". Su retorno supuso volver a la grandeza con un notable "Mechanize", pero de nuevo con "The Industrialist" el grupo se estanca un poco.

"The Industrialist", obra conceptual sobre una inteligencia artificial que va aprendiendo el comportamiento humano, ha sido objeto de polémica por el siempre controvertido uso de batería programada, lo que, en una música tan poco orgánica como la de FEAR FACTORY se puede entender incluso como un comprensible hallazgo en pro de deshumanizar su música. En cualquier caso, no es éste precisamente uno de los aspectos negativos del álbum, porque si hablamos de lo peor de este trabajo hay que mencionar impepinablemente la falta de consistencia del disco en líneas generales.

"The Industrialist" precisamente arranca de forma magistral con el épico corte que da nombre a la obra, rítmicamente impecable, seguido por el aplastante y pegadizo single "Recharger" y el feroz "New Messiah", canciones donde se dan la mano todos los mecanismos de la ingeniería habitual del grupo: ritmos imposiblemente machacones, guitarras entrecortadas y la característica voz de Burton C. Bell en sus registros más duros y melódicos. No cabía esperar nada nuevo, si bien al menos que el trabajo no se diluyera ya desde la cuarta canción "God Eater", cuyo enfoque de terror atmosférico es interesante, pero acaba lastrada por una espesa aproximación experimental.


"Depraved Mind Murder" prosigue la caída con un ritmo lánguido, haciéndose muy pesada aunque siendo salvada ocasionalmente por el estribillo, y, sin darnos cuenta, hemos llegado a la mitad del disco, puesto que los dos últimos cortes son una intro de casi dos minutos y un tema final, "Human Augmentation", de unos absurdos y extenuantes nueve minutos sin sentido alguno, con el que FEAR FACTORY ha pretendido rellenar hueco con pretenciosidad sin aportar absolutamente nada. Así que los últimos once minutos del disco son totalmente irrelevantes y despreciables.

Antes de llegar a la debacle, al menos podemos escuchar un trepidante "Virus Of Faith", pero el trabajo no remonta el vuelo por una insulsa "Difference Engine", si bien la cibernética pista "Disassemble" maquilla un poco el resultado.

Es una pena que el inicio de "The Industrialist" sea tan prometedor y energizante y la caída en cuanto a calidad tan pronunciada a partir de su ecuador. Quizá se deba al el carácter conceptual del álbum -me temo que no- pero no ha funcionado con precisión esta vez la maquinaria de FEAR FACTORY, gripándose a falta de ideas que refrescasen las piezas de su motor.


 

Enrique Herrero

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