GLORIOR BELLI - The Great Southern Darkness

Hace casi trescientos años, los colonos franceses que años antes habían nombrado a Luisiana en honor al rey Luis XVI fundaron Nueva Orleans, un rincón del mundo hace poco azotado por la calamidad y siempre envuelto en leyenda e historia. Relatos de esclavitud, santería y vudú en los pantanos. Un lugar de funerales a ritmo de Jazz y un maravilloso melting pot cultural en el que bucean lo norteamericano, lo europeo, lo antillano y lo afroamericano. Jazz, Rhythm and Blues y Rock and Roll le deben tanto a este único rincón del mundo que el asunto da para una tesis doctoral. Basta ahora recordar que en Misisipi, junto a Luisiana, nació hace un siglo Robert Johnson, guitarrista maldito y rey del Delta Blues, uno de esos personajes geniales e instrumentales de una prehistoria sin la cual seguramente el Rock y por lo tanto el Metal no hubieran sido lo que ahora son o como ahora son. O quizá sí. Pero la de Robert Johnson, el abuelo del Rock and Roll, es una de la primeras historias de músico maldito, quizá en toda la expresión del término: la leyenda cuenta que en el cruce de la autopista 61 con la 49, en Clarksdale, Robert Johnson vendió su alma al diablo a cambio de la habilidad para ser el mejor músico de Blues que se hubiera conocido.

¿Que a qué viene todo esto y más como presentación de un disco de Black Metal? Pues a que no es un disco de Black Metal estrictamente convencional o simplemente a que he pensado cuando he escuchado este disco (cosas…) en Robert Johnson y en toda esa magnífica tradición del Blues y Rock sureños que nos han llegado en tantas formas al Metal, una de las más atávicas empaquetada en los riffs del Stoner, el Sludge e incluso el Desert Rock, tantos discos de Doom y tantos grupos de diferente condición, de PANTERA a SOILENT GREEN. Y viene a que era cuestión de tiempo que, siglos después de la colonización, Francia reclamara su vínculo con tan magna tradición cultural. Lo ha hecho a través de GLORIOR BELLI, de los suburbios de París a los pantanos del Misisipi y a través de, cómo no, su maravillosa escena Black Metal.


Porque es bien sabido que Francia tiene a día de hoy uno de los ecosistemas más ricos, variados e interesantes de toda la naturaleza Black. Multitud de bandas, multitud de sonidos. La tradición de Les Légions Noires (MÜTIILATION, VLAD TEPES y todo lo demás…) y las aventuras de DEATHSPELL OMEGA, GLORIOR BELLI, HELL MILITIA, BLUT AUS NORD, TEMPLE OF BAAL, CELESTIA, PESTE NOIRE, ANTAEUS, ARKHON INFAUSTUS y un etcétera en el que cabe hasta la deriva escapista de ALCEST. Desde esa libertad creativa y ese corazón heterodoxo del panorama extremo galo surge el nombre de GLORIOR BELLI ya como una realidad absoluta, confirmada en un nuevo sonido que no inventa nada de lo que utiliza pero que termina distinguiéndose prácticamente de cualquier otro grupo. Porque su cuarto disco “The Great Southern Darkness”, con portada que representa a la monstruosa divinidad babilónica Tiamat con el mundo en su poder, se explaya y recrea en todo lo que apuntaba el tercero, “Meet Us At the Southern Sign”. Lo que entonces llamaba a la puerta se ha metido en casa, ha cambiado la decoración y se ha tumbado en el sofá con los pies encima de la mesa: el Black Metal en maridaje con los sonidos sureños, las guitarras con rastros de cieno pantanoso y ese aura maldita que sólo se puede conseguir con la unión de trances bien distintos pero igualmente espirituales y lóbregos: los trazos de vudú, alcohol e invocaciones peligrosas del Delta del Misisipi, las mil capas de la heterodoxia Black francesa y la tradición nórdica del género en su concepción más nihilista y terrible.

El resultado tiene un corazón sumamente aterrador, un rastro frío y miserable que parece comunicar con un más allá con el que realmente no te quieres encontrar al otro lado de la puerta. Esto no es ni mucho menos Black and Roll al estilo desenfadado de PHAZM ni con los arrebatos primitivos de GOATWHORE. Este disco es una bestia reptante y fétida, de una naturaleza única por su conjunción de estilos y por su sentido agónico y subterráneo de unas melodías cruciales a su extraña manera (retorcido recuerdo a WATAIN o SECRETS OF THE MOON, por ejemplo) en el resultado final. “The Great Southern Darkness” (un título que es casi un axioma alternativo a la exaltación nórdica de la escuela Escandinava) es una tela de araña de pesadilla, uno de esos discos que se te va enroscando por la piel: incómodo y padre de escalofríos. En esencia puro Black Metal, por matices una forma alternativa de entender e interpretar el género. Un gran disco y una máquina de producir atmósferas hipnóticas a la que una producción cuidada y circundante no le quita su esencia magnética, venenosa y sucia.

Con un trabajo musical impecable y a la orden de la voz de Julien, bestial pero con unos sorprendentes registros limpios que saben a Blues empapado en whisky, GLORIOR BELLI ha dado un paso decisivo en el perfeccionamiento de su fórmula y ahora este siempre prometedor grupo parece un poco más cerca de alcanzar su cúspide y regalarnos una obra maestra definitiva. “The Great Shouthern Darkness” marca el camino con unas composiciones perfectamente tejidas en las que Black Metal e influjo sureño se unen y se separan con momentos de perfecta comunión, muchos en lo que gobierna la brutalidad del Metal Extremo y algunos en los que la pauta la lleva una suerte de oscuro y malicioso Blues Metal / Sludge que resulta a las mil maravillas como parte integral de un nuevo sonido y en ningún caso como una excentricidad. No es una atracción de feria pasajera sino parte integral del sonido de GLORIOR BELLI y la prueba definitiva está en el tema título y especialmente en “They Call Me The Black Devil” (con unas melodías que viajan directamente a tu espina dorsal), “Per Nox Regna” (una canción que le encantaría a Phil Anselmo, seguro) o “Horns In My Pathway”, composiciones en las que los vientos melódicos y sureños esconden tormentas de Metal terrible y satánico.


Las guitarras son, por supuesto, responsables y protagonista de todo el mestizaje, el calado y la sobrecogedora atmósfera de un disco, que nadie entienda lo contrario, lleno de combustión volcánica y blacker. La fangosa “Secret Ride To Rebellion”, “Bring Down The Cosmic Scheme”, la corrosiva “The Foolhardy Venturer”, la abrasadora instrumental “Chaos Manifested” o “The Science Of Shifting” con sus explosiones tradicionalistas son perfectas pruebas. Pero la clave del disco, la llave maestra, está en la combinación de todos sus vértices musicales en un único motor de propulsión sobrecogedora. El resultado final es mucho más que la suma de las partes y esa es la gran muestra de la lucidez, la madurez y la determinación con la que GLORIOR BELLI ha acometido la creación de este trabajo.

Quizá un disco como este ponga a prueba a los corazones más puristas de la escena Black. Más que una transgresión imperdonable, personalmente veo una muy personal y francamente brillante vía de expresión que ni mucho menos anula sino que se complementa con la retórica clásica del Metal Extremo y del Black Metal, otro verso libre pero muy notable de la libre pero muy (muy) notable escena francesa. No sé si a Robert Johnson le gustaría este disco si levantara la cabeza pero sí sé que al escucharlo dan ganas de irse al cruce de la autopista 61 con la 49, en Clarksdale, y brindar a la salud de la historia de la música maldita, de una tradición que conduce por caminos retorcidos a los infiernos del Metal Extremo y que parece, de repente, más viva que nunca gracias a este “The Great Southern Darkness”, un disco sumamente interesante, sumamente atractivo y con un negro, muy negro corazón.

 

Juanma Rubio

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