Los mortuorios ritmos de GRAVE regresan en "Endless Procession Of Souls". Después de diez años de su segunda vida, retomada en 2002, los suecos siguen haciendo Death Metal, manteniendo sus convicciones dentro de una escena saturada a la que siguen aportando buenos trabajos.
Desde que el grupo regresó con "Back From The Grave", cada dos años ha caído un nuevo álbum, una frecuencia que ya quisieran para si muchos otros. Si bien sus mejores años ya pasaron en los inicios de la década de los 90, también es cierto que la regularidad en las entregas en cuanto a calidad ha salvado a la banda en estos tumultuosos años donde el Death Metal no era lo más popular. Pero, a la vez que salvaba a GRAVE, tampoco le permitía mantener un estatus elevado dentro de la escena. Realmente, sus discos han sido suficientemente interesantes para seguir en la brecha, pero no tanto como para sacudir nuestras mentes como posesos, para hacerse el hueco que realmente deberían tener por todos esos años como estandarte del Death Metal.
Así, bienio tras bienio, como si se tratara de una procesión de almas sin fin, sus discos han discurrido por el tiempo, recibiendo buenas críticas, pero no llegando a altas cuotas de reconocimiento en la escena, no lo suficiente. GRAVE actualmente sigue siendo un grupo muy respetado por sus orígenes y trayectoria en ambas etapas, pero no se valoran como sobresalientes ninguno de sus trabajos desde hace 20 años. El peso del legado de sus primeros discos es tremendo y sobreponerse al mismo, no nos engañemos, es prácticamente imposible para la gran mayoría de artistas, sea el estilo musical que sea.
Después de toda esta impresión que seguro muchos no compartirán, "Endless Procession Of Souls" podría suponer una elevación en el tono general de GRAVE, que pasaría del notable raspado a casi el sobresaliente en esta ocasión. Se intuye ese nivel desde que la intro "Dystopia" deja paso a "Amongst Marble And The Dead", un asalto de Death sueco con esos riffs que son puro vicio para nuestros oídos, combinando pasajes rápidos con transiciones lentas y pesadas.
Destacan por encima del resto "Winds Of Chains", "Encountering The Divine" y "Perimortem" (un corte de espíritu Thrash), las canciones más furiosas que encontramos en "Endless Procession Of Souls", aunque normalmente con esas bajadas de ritmos apareciendo una y otra vez, y es que GRAVE no suele perdonar esas partes más calmadas y oscuras, sofocando la velocidad en pos de las atmósferas perturbadoras. En el cierre "Epos" se ha puesto precisamente el acento en esa vena.
Toda la producción del álbum es bastante natural, presentando guitarras sucias y con ruido arrastrado de forma premeditada, para generar ese hormigueo tan típico del estilo sueco. En cuanto a la voz, y aquí seguimos manteniendo la diferencia respecto a los primeros años de GRAVE, es más rasgada y poco cavernosa, como viene siendo habitual desde que Ola Lindgren se encarga de esa tarea.
Queda recomendado "Endless Procession Of Souls" para los seguidores habituales del grupo, que no se sentirán decepcionados, y también para aquellos que hubieran dejado a GRAVE allá por mediados de la década de los 90.
Carlos Herrero
