Hellfest 2018 - 24 de junio, Clisson, Francia
Conciertos de IRON MAIDEN, MARILYN MANSON, AMORPHIS, SEPTICFLESH, ARCH ENEMY, KILLSWITCH ENGAGE, THE LURKING FEAR, IN THIS MOMENT, SHINEDOWN y CRISIX
Crónica de la primera jornada - HELLFEST 2018: Judas Priest, Hollywood Vampires, Satyricon, Joan Jett...
Crónica de la segunda jornada - HELLFEST 2018: Parkway Drive, Madball, Watain...
Tras hacer las maletas y dejar todo listo para salir una hora después del último concierto, nos armamos con la poca energía que nos quedaba para disfrutar la última jornada del festival, que prometía ser tan satisfactoria como el resto de días, y en la que pudimos ver una gran cantidad de grupos igualmente buenos. Nos dirigimos bien temprano al recinto del festival, no sin antes adquirir algunos discos, para ver a una banda nacional cuya actuación sabíamos que iba a ser apoteósica.
CRISIX
Espectaculares, intensos y enérgicos, estos son los adjetivos que mejor pueden definir a los barceloneses CRISIX. En un concierto con aires de fiesta, reflejaban haber dado el salto internacional por su carácter y continua sintonía que, indudablemente, le hace ser una de los mejores grupos nacionales.
Fue con ellos con los que comenzamos el tercer día de esta edición y, a pesar del cansancio que iba haciendo mella, no fue un impedimento ya que desde la primera canción, “Leech Breeder”, fue como si nos hubieran inyectado Red Bull en vena.
Temas como “G.M.M (The Great Metal Motherfucker)” o “Get Out Of My Head” fueron elegidos para componer su setlist, pero su destreza no se queda ahí, sino que los cinco miembros se atrevieron a intercambiar sus instrumentos para tocar trozos de distintas versiones como “(You Gotta) Fight Fot You Right (To Party)” de BEASTIE BOYS, “Walk” de PANTERA, para homenajear al recién fallecido Vinnie Paul, o “Killing In The Name” de RAGE AGAINST THE MACHINE.
Para terminar un show espectacular, Juli Baz “Bazooka” (a las voces), Marc “Busi” (guitarrista) y Dani Ramis (al bajo), bajaron para estar entre el público provocando un circle pit con ellos situados en el centro. Una forma de terminar de lo más carismática y que hicieron que media hora se pasara como un suspiro.
SHINEDOWN
Directos al Mainstage 2, SHINEDOWN, con un potencial tremendo, desató la euforia entre sus seguidores con una lista de temas muy pegadizos y extravagantes, esencia que los estadounidenses mantuvieron durante su media hora de actuación.
Con la intro “Attention Attention”, en la que se escuchaba una voz en off bajo una simulación de megafonía, pusieron punto de partida junto con “Sound Of Madness”. Seguidamente, y antes de seguir con “Cut The Cord”, el cantante Brent Smith bajó del escenario y fue dando un un apretón de manos a todos los fotógrafos que se encontraban en el foso. Algo muy anecdótico, que poquísimas veces se ha visto; es de agradecer la notoriedad que dio al colectivo.
SHINEDOWN mantuvo una línea de interpretación muy enérgica que resultaba ser contagiosa junto con la incesante interactuación de la banda con su público, totalmente entregado en cada estrofa.
IN THIS MOMENT
Nada lejos del Mainstage, nos situamos en el primero de los escenarios principales donde se congregó un gran número de personas para ver a IN THIS MOMENT y su espectáculo, que sabíamos que iba a ser de lo más versátil, como se demostró.
Con una escenografía lúgubre -en el centro había situada un pequeño telón que contenía el símbolo de una cruz y que servía de escape rápido para Maria Brink. Allí hacía el cambio de vestuario con el correspondiente atrezo que utilizaba en cada canción, algo que resultaba una provocación para sumergirte en el contexto de cada composición.
Una brillante actuación donde la estrella era sin duda Maria, pero sin desmerecer al resto de los miembros que iban cubiertos, casi por completo, de pintura negra, que servía de contraste con el resto de negros y blancos que había en escena.
Una lista compuesta por seis canciones y en cada una hubo una interpretación distinta. Destacando, por ejemplo, que en la primera, “Blood”, Maria Brink hizo su aparición con una túnica negra y con una corona dorada imitando a una virgen. En el resto de los temas elegidos, la coreografía con las modelos estaba ensayada y muy bien elaborada, creando una simbiosis cautivadora.
Como último detalle a resaltar de una actuación merecedora de un sobresaliente, fue que, durante el tema “Whore”. En él la cantante hizo una presentación con todos reivindicativos, expresando literalmente “esto es algo que me han llamado desde que era pequeña”. Situada en un atril y con una modelo arrodillada, comenzó su última canción a la vez que soltaban globos blancos gigantes para el público.
THE LURKING FEAR
THE LURKING FEAR es un supregrupo formado por miembros de bandas de Death Metal sueco: Tomas Lindberg (AT THE GATES), Jonas Stalhammer (THE CROWN), Fredrik Wallenberg (SKITSUSTEM), Adreas Axelsson (EDGE OF SANITY) y Daniel Earlandsson (AT THE GATES).
Un proyecto que tanto en disco como en directo no llega a estar al nivel de cada una de sus bandas principales, ya que no ofrece un cierto atractivo rítmico para llegar a cautivar por la monotonía de sus composiciones.
Actuación soporífera, descafeinada y añadiendo un sonido bastante deficiente que lo hizo aún más pesado todavía. Detalles negativos dentro de una formación envidiable que no llega a ser ni la sombra de lo que crearon anteriormente.
KILLSWITCH ENGAGE
Inevitablemente, la esencia de KILLSWITCH ENGAGE se basa en la más pura energía que uno puede ver en directo y este concierto iba a ser toda una demostración de ello.
A primera hora de la tarde, en el escenario Mainstage 2, estos cinco jinetes reventaron las tablas con la consiguiente reacción del público entre pogos y distintos surfistas por encima de la gente. Con una lista de fantásticas elecciones, nos deleitaron con temas como “A Bid Farewell”, “Always” o “My Last Serenade”, con los cinco miembros soberbios.
Cabe resaltar al particular guitarrista Adam Dutkiewicz, que no paraba quieto, entre saltos y carreras en el escenario. Con unos pantalones con la bandera estadounidense, ofrecía el culo de vez en cuanto y no solo eso, se atrevió a animar al público para que hiciera un pogo enorme con un sinfín de improperios y con una frase para provocar el pique: “Este no es un festival de nenazas”.
Las siguientes canciones fueron “The End Of Heartache”, “My Curse” y concluyeron la actuación con la versión de “Holy Diver” de DIO. Una forma de terminar apoteósica para un show espléndido.
ARCH ENEMY
Actitud y frescura es lo que desprende continuamente ARCH ENEMY y, se podría decir, que desde que llegó Alissa se ha refundado dando fruto a un éxito sin precedentes. La última vez que actuaron en este festival fue en el escenario Altar y esta vez pudimos ver su ascenso a uno de los escenarios principales.
Con un comienzo apocalíptico con “The World Is Yours”, salieron a escena arropados por una gran multitud congregada en aquel entonces. Una excelente voz y con una constante relación con el público, Alissa demostraba una vez más ser una gran líder que lleva entre sus manos las riendas de un buen grupo.
La pirotécnia y los cañones de humo fueron constantes a lo largo de la actuación, sobretodo en canciones como “War Eternal” o “You Will Know My Name”.
Nos obsequiaron con una lista compuesta por temas de sus últimos dos discos y terminaron con dos clásicos, los cuales fueron “We Will Rise” y uno de sus cortes estrella, “Nemesis”. Nunca se debe desaprovechar la oportunidad de verles y mucho menos los fans de su particular Death Metal melódico.
AMORPHIS
Una actuación soberbia dentro de un estilo muy bien amasado y que da como resultado unas composiciones muy elaboradas y tratadas con cariño. Con una hora de actuación, los fineses AMORPHIS conquistaron desde el primer segundo.
Los primeros cortes del evento fueron “The Bee”, “The Golden Elk” y “Sacrifice”, los cuales se pudieron disfrutar con un excelente sonido nítido y por la discreta acumulación de gente que se encontraba por ahí entonces. Interpretación exquisita por parte de Tomi Joutsen, que demostró ser un cantante curtido dada su extensa versatilidad en cuanto al canto se refiere. No podemos olvidar al resto de miembros de la banda, que se mantuvieron estáticos pero aun así demostraron un tecnicismo arrebatador que no pasaba inadvertido.
Continuaron con joyas como “Wrong Direction”, “Daugter Of Hate” o “The Castaway”, con la misma atmósfera que desde el comienzo, manteniendo integro todo el interés.
Para finalizar una actuación de categoría, terminaron con “House Of Sleep”, interactuando con el público cada vez que llegaba al estribillo. Nada más acabar, se despidieron mientras sonaba de fondo la versión en finés de su última canción en directo.
SEPTICFLESH
Oscuridad y sinfonía se juntaron en la actuación de SEPTICFLESH, llena de dinamismo. La profundidad de la voz de Spiros Antoniou se hizo notar en cada canción dando una caracterización muy particular; no hay que olvidar que estaba tocando con un hombro recién colocado. Sin duda alguna debía dolerle un montón e incluso así salió a escena.
Portaban sus habituales armaduras, con las que interpretaron temas como “Portrait Of A Headless Man”, “Martyr” o “Enemy Of Truth”. Temas muy operísticos juntados con un Death Metal con influencias de Metal Gótico que supo mantener la atención de los espectadores, los cuales se mantuvieron entregados a la banda en todo momento.
Para finalizar un show excelente, Spiros hizo un recordatorio de uno de sus clásicos, “Anubis”, y terminaron con “Dark Art”. Un concierto de cuarenta minutos que supieron rellenar estupendamente para ganar más y más fans.
IRON MAIDEN
La dama de hierro venía pisando fuerte con la gira “Legacy Of The Beast”, ya que traía uno de sus mejores espectáculos jamás elaborados y con un setlist que no dejaba a nadie indiferente.
Para los que hemos visto anteriormente a los ingleses y los que no, era toda una intriga ver este show que, adelantamos, fue el mejor que les hemos podido contemplar. Con su forma característica de calentar el ambiente con la canción “Doctor Doctor” de UFO, dieron comienzo a la intro de “Churchill´s Speech” que daba el estallido con “Aces High”, con un avión como rey de la escenografía que cubría casi todo el techo del escenario y donde Bruce Dickinson hizo su particular aparición con su salto inicial y caracterizado como un aviador.
Siguieron con “Where Eagles Dare”, con la que Bruce hizo su primer cambio de vestuario y donde se le podía ver con lo que parecía una camisa de fuerza junto con un sombrero ruso de invierno. Con el ambiente bien caldeado, siguieron con “2 Minutes To Midnight”, con la gente volcada al cien por cien en cada estribillo.
En francés, Bruce hizo un discurso para presentar “The Clansman”. Resaltando al resto de la banda, no se puede decir nada negativo ante unos veteranos que logran reunir a las masas que derrochan energía como si tuvieran veinte años. Siguiendo con la velada, “The Trooper” fue la continuación de un show espectacular, donde pudimos ver la primera aparición de Eddie y con Bruce portando una espada, incluso batiéndose en duelo con Eddie.
Las sorpresas fueron “For The Greater Good Of God”, “The Wicker Man” (una de mis canciones favoritas) y “Flight Of Icarus”, la cual no tocaban desde hace más de 30 años. Durante la interpretación de este tema, había un Ícaro en el fondo del escenario y Bruce portaba una pistola lanzallamas en cada mano, con las que jugaba disparando llamaradas al cielo.
“Fear Of The Dark” seguía manteniendo el tono, incluso aumentándolo, y dio paso a otro cambio de vestuario de Bruce, que apareció con chistera y máscara y portando un candelabro. Poniendo en éxtasis a todo el público y adelantando que poco faltaba para llegar al clímax con “The Number Of The Beast”, donde hubo pirotecnia.
Para terminar la primera tanda de canciones, tocaron como de costumbre “Iron Maiden”, con una enorme cabeza de Eddie "demonio", y pasaron a los bises con “The Evil That Men Do”, alzando aún más a todos sus espectadores; “Hallowed Be Thy Name”, que nunca puede faltar en ninguno de sus setlist; así como “Run To the Hills”, con la que terminaron un concierto que quedará como uno de los mejores de la doncella.
No se puede negar que, a pesar de los años, IRON MAIDEN sigue siendo una de las mejores bandas que se pueden ver en directo y que aún le queda mucho por dar.
MARILYN MANSON
Después del anuncio de la organización de las primeras confirmaciones para el año que viene y que el propio Joey DeMaio saliera al escenario para anunciar la presencia de MANOWAR, le tocaba el turno a MARILYN MANSON. En el centro del escenario podíamos ver un estrado con el símbolo que solía usar en la época del "Antichrist Superstar", como una declaración de intenciones y anunciarnos una vuelta a su mejor época. El concierto comenzaba con “Irresposible Hate Anthem” y “Angel With Scabbed Wings”, que parecían sonar decentemente, pero sólo fue una fugaz ilusión pues asistiríamos al concierto más bochornoso de nuestra vida. Manson iba pertrechado con una camisa y un pantalón de chándal, como el que sale corriendo de casa y coge lo primero que pilla sin importar mucho el aspecto, y así nos demostró que nada le importa ya.
Desde hace un tiempo muestra una absoluta desidia sobre el escenario, cantando sin gana alguna, paseándose por el escenario dejándose arrastrar por pasos pesados, dando la espalda de continuo al público, y aquella noche no fue menos. Un Manson pasado de rosca al que ya no le importa dar un buen show, ni contentar a sus seguidores porque sabe que siempre tiene una legión de fans que le van a bailar el agua en cada concierto. El reverendo siempre se caracterizó por su mal carácter sobre el escenario, pero esta vez sobrepasó el límite dejando caer el micrófono multitud de veces e incluso lanzándoselo en alguna ocasión al pobre técnico que debía estar pendiente de él en todo momento para que no lo perdiera.
El setlist estuvo lleno de clásicos como “Disposable Teens”, “Sweet Dreams” y por supuesto “The Beautiful People”, que en ningún momento consiguieron calmar el anhelo por un tiempo en el que lo daba todo en el escenario, y no sólo se dedicaba a revolcarse sobre él de manera absurda.
Intentó captar nuestra atención subiendo a un grupo de mujeres durante el tema “Kill4me”, que posteriormente se quedarían semidesnudas, para demostrar que aún hay quien está dispuesto a “matar” por él, pero por esta rock star venida a menos no vale la pena ni matar, ni siquiera enseñar un tobillo desnudo.
Una auténtica lástima ver en horas tan bajas a un artista que tanto ha dado que hablar y que marcó el devenir musical en los 90, pero es hora de que se replantee su profesión si no quiere seguir haciendo el mayor de los ridículos.
Crónica: Carlos Clayman y Patricia Repollés
