A día de hoy los seguidores de IN FLAMES pueden catalogarse entre los que aman u odian su etapa más reciente, pero podría decirse también que la banda establece con algunos oyentes una relación de amor/odio, e incluso hay quien piensa que no todo lo último es malo pero que el grupo lleva tiempo dando una de cal y otra de arena. El caso es que la disconformidad en cuanto a la trayectoria de los últimos años de la banda es patente. Los suecos llevan en el ojo del huracán desde "Reroute To Remain" y cada nuevo lanzamiento se convierte en objeto de polémica.
No hay que olvidar que "Clayman", posiblemente su último gran álbum, fue ya vilipendiado en su día por los cambios que IN FLAMES incorporó, pero fue sin duda "Reroute To Remain" el punto de inflexión en su carrera, con una música que se americanizó y suprimió las raíces del Death Melódico de Goteborg, dando inicio a lo que algunos han dado a llamar Post Death Melódico o Modern Metal. Muchos acusaron al cantante, Anders Friden, de ser un traidor en las propias filas del grupo y propiciar su declive artístico, si bien sería injusto no señalar a más culpables (empezando por el principal compositor, Jesper Strömblad). La popularidad de la banda ha crecido enormemente a costa de cambiar su sonido aunque, si exceptuamos el shock para el seguidor tradicional, álbumes como "Soundtrack To Your Escape" y "Come Clarity" eran más que aceptables teniendo en cuenta el devenir actual del grupo y teniendo muy claro que "los buenos tiempos" no volverán.
Ahora, sin Strömblad en la formación, llega "Sounds Of A Playground Fading" y, para no andarnos con rodeos, hay que decir que quitando unas cuantas canciones, el disco es mediocre y prescindible.
Entre lo más destacable, el primer corte, que da título a la obra, que comienza muy calmado, si bien la voz de Friden vuelve a mostrar por qué con los años se ha vuelto más lamentable, y es que su voz rasgada (achacosa, diría yo) ha perdido muchísima garra. Es un corte pegadizo, aunque en ese sentido es algo mejor "Deliver Us", más fuerte, con un estribillo meloso pero efectivo y con unas guitarras que gustarán a los fans del Death Melódico (por llamarlo de alguna manera) más moderno.
El comienzo y posterior interludio acústico de "All For Me" nos trae recuerdos de otra época de la banda, pero por desgracia el tema no tiene fuelle, entrando a partir de aquí en la búsqueda de aspectos positivos en el disco, esfuerzo que no se ve recompensado en demasía. El problema reside precisamente en que hay que "esforzarse" para encontrar no ya temas, sino momentos puntuales que al menos despierten en nosotros buenas sensaciones, lo cual es indicativo de que algo no funciona bien. La vulgaridad campa a sus anchas y canciones como "The Puzzle" o "Fear Is The Weakness" no dicen absolutamente nada, por no hablar de la intimista pero descafeinadísima "The Attic", más propio de otros estilos musicales, y de la absolutamente triste "Liberation", que por su cariz Pop podría sonar en cualquier radiofórmula y que le lleva a uno a preguntarse qué demonios le ha pasado a IN FLAMES.
Para terminar con una nota positiva, hay que mencionar que cortes como el aguerrido "Darker Times" y los dinámicos "Ropes" y "Enter Tragedy" tienen un pase, eso sí, siendo muy similares a las canciones de su última etapa, lo que constata que creativamente los suecos no parecen tener mucho más que aportar a día de hoy. Aunque sobre todo brilla "A New Dawn", un nuevo amanecer en un sentido musical en el que se diría que IN FLAMES se inspira en una banda como DISARMONIA MUNDI para la construcción de la canción (al menos inicialmente). En mi opinión es la mejor de todo el disco por el peso de las guitarras, si bien cuenta con adornos como violines para una parte central bastante emotiva que hace el tema interesante.
En resumen, "Sounds Of A Playground Fading" es un trabajo irregular y poco inspirado. Ni siquiera se puede hablar de decepción porque, sinceramente, ¿cabía esperar otra cosa de IN FLAMES a esta altura de la película?
Enrique Herrero
