IN THIS MOMENT - Blood

IN THIS MOMENT, cada vez más inclasificable por la algarada de estilos que conforman su sonido -dejémoslo en Metal Alternativo y, muy, muy de refilón, en Metalcore- ha lanzado su cuarto álbum, “Blood”, con éxito en Estados Unidos, teniendo gran parte del mérito la presencia de su frontwoman, Maria Brink, conocida entre otras cosas por haber posado para la revista Playboy.

“Blood” parece un disco pensado y hecho para Maria, pero no tanto para su voz, nada portentosa, sino para vender su imagen. Por eso mismo el álbum parece más un producto de discográfica y habría que discernir que papel ha cumplido en todo esto la cantante, el sello y los demás integrantes grupo, que parecen meros secuaces que acatan las órdenes de los de arriba.

En cualquier caso, “Blood” es un trabajo atractivo y potente, quizá menos furioso que el anterior "A Star-Crossed Wasteland" y más ecléctico, en el cual podemos escuchar unas canciones que tienen mayor apoyo en la producción que en la composición, y que dejan a Maria cantar en múltiples registros, descollando cuando relaja su voz, porque cuando berrea es capaz, sobre todo en directo, de espantar a más pintado.


El single elegido por IN THIS MOMENT, que da nombre al disco, ha sido el más exitoso de la historia de Century Media. “Blood” es un tema desde luego con muchísimo gancho, que acera a IN THIS MOMENT al sonido de una banda como GUANO APES. La simpleza compositiva de la canción se suple de alguna manera con los efectos conseguidos en el estudio, muy impactantes y que dan mucha fuerza a la canción, especialmente cuando arranca el estribillo, enérgico y eficaz. También destacan “Adrenalize”, con guitarras muy graves y una sensual voz de Maria en un corte tranquilo hasta la embestida final, donde realmente sentimos la adrenalina del título; lo pegadizo de “Whore”; “Burn”, con una Maria desatada y sugerente a partes iguales; un dramático “From The Ashes” y otro de los cortes más bestias del trabajo, “Comanche”, pegadizo, con una rítmica de relojería imitando los tambores de guerra de los nativos americanos y una voz explosiva. Incluso “Scarlet”, un corte cercano al Pop en algunos momentos, es atrayente por la voz de Maria, desgarrada pero sin forzar como en anteriores entregas.

“Best Within”, “The Blood Legion” o “11:11” dicen menos, especialmente la última, porque la señorita Brink no tiene voz para ir por la vida como diva de la canción...

Pese a sus defectos, al empaquetado promocional que lleva, y a la auténtica idiosincrasia del grupo puesto al servicio de lo comercial, “Blood” es un disco cuya escucha se hace grata -se agradece la mayor contención de Maria- y que además tiene canciones muy aprovechables. Como mínimo, un álbum muy entretenido.


 

Enrique Herrero

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