IRON CURTAIN - Road To Hell

Ante el abusivo revival del Thrash Metal nacional y la abundancia de grupos de Power Metal, algunos músicos todavía indagan en otras vías igual de clásicas pero, al menos en apariencia, menos explotadas. Lo de IRON CURTAIN es el Speed Metal, muy directo, aguerrido y adictivo, como debe ser.

Si tocas furiosamente a toda velocidad, y le das ese baño de óxido y suciedad al sonido, obtienes "Road To Hell", un claro ejemplo de cómo debe ser el Speed Metal. Heredando de manera muy clara las formas de MOTÖRHEAD, los murcianos son la enésima evolución de ese Rock 'n' Roll atronador y macarra. Todavía me da la risa cuando recuerdo aquel Rock In Rio (ya tiene guasa el nombre) en el que tocaban los británicos y una modernísima presentadora negaba lo evidente. Ellos son unos de los padres de este género, le guste o no a aquella señorita, y IRON CURTAIN es uno de los múltiples hijos que Lemmy ha dejado a su paso.

Aparte, IRON CURTAIN también te va a recordar su forma de tocar a los primerísimos RUNNING WILD, en la época en que todavía no se habían lanzado a surcar los mares del Heavy Metal con su temática pirata. Así, "Gates To Purgatory" y "Branded And Exiled" serían dos espejos en los que estos chicos se han mirado, y el que haya escrito la hoja promocional ha acertado de pleno (cosa que no sucede siempre), citando al mito alemán como referente, pero también a EXCITER o TANK entre otros, incluso barriendo para casa, los españoles MURO.


Con este párrafo, el grupo quedaría definido con una facilidad pasmosa. Es lógico que IRON CURTAIN no pueda brillar por su imaginación e inventiva dentro de un estilo tan cerrado, y que se parezcan tanto a las bandas archiconocidas que ya han tocado Speed Metal es lo más normal del mundo. Eso sí, que no haya factor sorpresa no limita, en absoluto, la capacidad de estos tipos. Lo cierto es que antes de que este álbum llegara a mi poder, solo había visto una vez al grupo en directo y no me dijo mucho, pero este "Road To Hell" cambia por completo mi visión sobre la banda.

Los sencillos estribillos de "Black Fist", "Ready To Strike" o "Burning Wheels" y lo desenfadado de sus riffs te pondrán a dar vueltas por la habitación haciendo air guitar y corear los temas. Este trabajo tiene que ser una bomba en vivo, está claro, porque todas las canciones son a la cara, sin ninguna concesión a la delicadeza, ni a la disminución de velocidad en cualquiera de los instrumentos, como los solos de "Marshall Law". La guitarra solista no llega al frenetismo de otros grupos como los finlandeses SOLITAIRE, pero la cuota de velocidad ahí está igualmente.

Lo que sí es más monótono es la batería por lo básico de los ritmos que emplea IRON CURTAIN, pero es efectiva, empujando al resto de instrumentos a no bajar el pistón. No es un instrumento que aporte nada especial a este trabajo, pero suena de la única forma viable para que la música, en su conjunto, sea aplastante.


En el apartado vocal, hay temas donde se ha conseguido un grado de imitación del señor Kilmister bastante sorprendente, algo quizá innecesario, pero puede que no haya sido ni intencionado. De cualquier forma, cumple perfectamente el cometido de aportar ese punto de agresión imprescindible cuando uno se mueve en estas sonoridades.

Un trabajo cortísimo (media hora) que te deja con ganas de ponerlo al menos una vez más. Salvaje, macarra y apresurado, así es "Road To Hell", que encaja en el perfil del Speed Metal incluso por la portada. El que no quiera recibir un cadenazo, que se vaya apartando, porque IRON CURTAIN no lo hará.

 

Carlos Herrero

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Empecé a escuchar Heavy Metal en 1995 y con el paso de los años fui ampliando el espectro ahondado en el Metal Extremo, pero nunca olvidando esas raíces. Llegado el momento, sentí que aquello no era suficiente, empezando a involucrarme más en la escena con el periodismo musical desde 2005.

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