Crónica de KORPIKLAANI, TURISAS y TROLLFEST en Zaragoza

Conciertos de KORPIKLAANI, TURISAS y TROLLFEST - 7 de marzo de 2019, Zaragoza (Centro Cívico Delicias)

El pasado jueves llegó la gira Wayfarers & Warriors de KORPIKLAANI, TURISAS y TROLLFEST a Zaragoza, tras una serie de conciertos en otras ciudades españolas y con una larga gira europea por delante. Con ello, las afirmaciones de fans que insistían en cómo era posible que una gira así pasara por Málaga, Murcia y Zaragoza y no por Madrid o Barcelona. Al margen de seguidores molestos y de la necesidad de cuatro horas de coche para llegar al Centro Cívico Delicias desde la capital del Levante, llegamos al lugar del concierto con una antelación casi excesiva motivada por un anuncio de comienzo a las 17:00 horas.

La realidad era bien distinta, pues fue a las cinco cuando, con toda la calma del mundo, el equipo del merchandising montaba el puesto, los de KORPIKLAANI salían por tercera vez de la sala a darse una vuelta o tomar el sol en la puerta del centro y la gente se pensaba si valía la pena sentarse junto a la puerta del propio recinto de conciertos o irse al bar a tomarse otra cerveza para esperar.

TROLLFEST

La espera se alargó hasta las 17:30 cuando se permitió la entrada a la sala y contemplamos el escenario que los noruegos TROLLFEST habían instalado, plagado de globitos y una enorme lona con un grupo de trolls festivos. Cuando finalmente dio comienzo una media hora después, puntuales, para quienes iban totalmente a ciegas para con la banda, la sorpresa fue mayúscula al ver entrar en escena cinco tipos vestidos de princesita (tocados con cuerno de unicornio incluidos) y maquillados como si Divine y el rifle de Homer Simpson se hubieran puesto de acuerdo para crear las caracterizaciones más aberrantes que se pueda ocurrir.

El culmen llegó con la salida en escena de su vocalista principal, Jostein "Trollmannen" Austvik, caracterizado como el monarca coronado con globos de feria a modo de laureola gigante.

Si hay dos cosas que destacar de TROLLFEST, más allá de su caracterización, es que de primeras cantan en una lengua inventada mezcla de, principalmente, noruego y alemán, por lo que normalmente el que iba al concierto de Zaragoza ni tenía idea de las letras, ni podía intentar adivinarlas (básicamente hasta nos pidieron hacer una especie de ladrido que nadie entendía a modo de estribillo…); y la segunda era que desde el minuto uno la conexión con el público fue inmediata.

La banda se esforzaba por hacer pasar al público un buen rato a base de lanzar globos (corona incluida), besitos, devolver manos con forma de corazón, echar cerveza al público por accidente y hasta convocar una conga con demostración práctica previa, liderada por el bajista, Øyvind Bolt, quien incluso se dejó cargar en brazos de un grupo que lo pasearon cual anda de semana santa por toda la sala.

Hay que destacar momentos cómicos tales como cuando Trollmannen presentó cierto instrumento que usó básicamente en dos momentos de una canción con un pomposo “Behold!!” (“¡Contemplad!”), o cuando alguien le devolvió uno de los globitos de la antigua corona en forma de espada y decidió que era buena idea golpear con ella a uno de los guitarristas.

Volveríamos a verles más tarde, con KORPIKLAANI, pero hasta entonces, tocaba parar y cambiar el escenario para la siguiente banda.

TURISAS

   TURISAS regresaba, como ya anunciaron en el Leyendas del pasado año, con un show muy similar al que llevaba en festivales. Su repertorio incluía escasas variaciones, pero sí una buena cantidad de sorpresas que fueron desgranando poco a poco a lo largo de las dos horas de las que, como segundo cabeza de cartel, podían disponer.

La primera de las novedades, pese a que no era sorpresa pues ya se anunció en redes sociales, era que Olli Vänskä, el violinista, no estaba en la gira por asuntos familiares. En su lugar estuvo la violinista Caitlin De Ville, una mujer con tal energía y fuerza que, en un parpadeo, se hizo con el hueco que había dejado Olli, lo ocupó y le supo a poco. Prácticamente el concierto era una especie de pelea por ver quién devoraba más atención, si Mathias o ella. Tanto que sus compañeros (unos más que otros) casi pasaban desapercibidos.

La banda desde luego no ofreció ninguna novedad en el repertorio más allá de “Five Hundred And One”, de su álbum “The Varangian Way”. Realmente después de llevar seis años (desde TURISAS 2013) sin sacar nuevo material no se esperaba otra cosa que saber qué iban a montar con los temas habituales.

Pues bien, lo dije que Caitlin había llegado y lo que se esperaba de ella se había quedado corto se puede aplicar a la banda con total tranquilidad. Epicidad, energía a raudales y Battle Metal sin concesiones con bromas ocasionales, como el momento del desplome de Mathias Nygård en el suelo durante “In The Court Of Jarisleif”, donde la banda esperaba tranquilamente a que éste se levantara, sentados, tomando sus cervezas y con la misma actitud pasota de “bueno, ya se levantará cuando le apetezca, ¿me pasas otra cerveza?”.

No podía pedirse más, y aun así, nos sorprendieron. En primer lugar con un despliegue de espuma durante el himno “Stand Up And Fight!”, en segundo, con la gran novedad: Un acústico como forma de acabar el concierto y previo a éste, la hecatombe: “Rasputin”.

He de admitir que acabar un concierto con dos temas acústicos no es algo que resulte habitual y quizá muchos tengan la impresión de que es una mala forma, ya que no acaba con un gran despliegue de energía. Lo cierto es que se agradecía una despedida tranquila e intimista, con la banda en vestuarios más cómodos, sin maquillaje y con pequeños tambores de mano (uno de éstos interpretado por el propio Mathias) y panderetas en lugar de una batería completa.

En este formato los finlandeses interpretaron, sorprendentemente, “The Varangian Way” y “For Your Own Good”. Con los ánimos un poco más sosegados, TURISAS se despidió y se dirigió al backstage mientras todo el escenario al completo cambiaba, batería incluida, para la última banda de la noche: KORPIKLAANI.

KORPIKLAANI

Los segundos cabezas de cartel de la noche comenzaron su show puntuales con “Neito”, el tema que abre su nuevo álbum “Kulkija”, cuya portada decoraba el fondo del escenario. La banda en general ofreció un concierto en general, agradable, pero sí que es verdad que de una intensidad menor a la de TURISAS y eso le pasó factura.

Se comentó que quizá le habría favorecido un orden inverso del cartel, con TURISAS cerrando la velada y ellos justo después de TROLLFEST. También que presentando los temas del disco nuevo, éstos pecaban de ser algo más “calmados”, y que el nivel de desfase que había habido en la sala con TROLLFEST habría sido difícil de igualar.

Sin embargo, pese a ello, el grupo cumplió con una química con el público notable y que, para quienes tuvo enganchados desde el primer momento, desde luego no defraudaron, pues al terminar el concierto no había problema en ver caras de disfrute en muchos de los asistentes.

Como mencionaba antes, uno de los platos fuertes fue la colaboración de los noruegos de TROLLFEST cerca del final del concierto para interpretar “Beer Beer” y volver a poner el escenario patas arriba, así como la vuelta de Jesper, el bajista de TURISAS, para ya la despedida con “Happy Little Boozer”.

KORPIKLAANI dijo adiós entonces para continuar su viaje al día siguiente en dirección a Marsella y proseguir con la gira europea. Esperamos que no tarde mucho en volver.