LEPROUS - Coal

LEPROUS se ha convertido en unos pocos años en uno de los nombres más importantes del Metal Progresivo Europeo. Sus dos discos anteriores, “Tall Poppy Syndrome”, de 2009, y  “Bilateral”, de 2011, contenían un batiburrillo de influencias de los más variadas dentro de canciones totalmente imprevisibles, ejecutadas por unos músicos de gran técnica. Música que volaba la cabeza en el buen sentido, pero que no iba directa a la fibra. Con “Coal” los noruegos han aprendido a usar su originalidad y su maestría instrumental para ir directos a la emoción. Y de qué manera.

“Coal” despierta esa sensación, a menudo aletargada, de emoción al escuchar algo nuevo, que suena distinto a todo lo demás, y lo hace con canciones complejísimas y emotivas. Con discos como éste es fácil entender que su popularidad esté creciendo tan deprisa. Variedad, calidad compositiva y una absoluta falta de respeto a las fronteras estilísticas configuran su personalidad.

LEPROUS cuenta con una virtud que no muchos grupos pueden lucir: suenan único. Cuando pones el disco en el reproductor no sabes exactamente lo que vas a encontrar. Puedes esperar cierto sonido, ciertas atmósferas, pero cada pasaje, casi cada nota, es inesperado. Es lo que sucede con “Foe”, el primer corte de “Coal”. Abre de una forma extraña, pesada, como si pretendiese aplastar al oyente a base de golpes lentos pero pesados. Ya desde el principio se detectan ciertos parecidos con los suecos PAIN OF SALVATION o con dos o tres de las múltiples personalidades de DEVIN TOWNSEND. Si bien hay muchos elementos en común con los citados, sobre todo en cuanto a sonido, lo que hace LEPROUS es diferente.


La segunda pieza, “Chronic”, nos brinda los primeros escarceos del disco con el Metal Extremo, aunque en general se trata de una canción bastante melódica, con un gran estribillo y unos riffs de guitarra que beben del Heavy Metal clásico. El siguiente corte da nombre al disco, y en ciertos fragmentos parece sacado de una versión un poco más oscura del “Synchestra” de THE DEVIN TOWNSEND BAND.

“The Cloak” es de las canciones más bellas del disco. Un tema lento que recuerda a PORCUPINE TREE y, sobre todo, a los progresivos SYLVAN. Tiene uno de esos estribillos que se quedan durante días en la cabeza, y en el que se lucen la voz y los teclados de Einar Solberg. Su voz es, precisamente, uno de los puntos fuertes de LEPROUS, tan agresiva o sutil como sea necesario, un alumno avanzado del gran Daniel Gildenlöw.


 

La segunda mitad de “Coal” comienza con el que probablemente sea el mejor tema del disco. “The Valley” empieza monótona, casi aburrida, dirigida por sintetizadores hasta que las guitarras de Tod Oddmund Suhrke y Oystein Landsverk aparecen para llevar la canción hacia delante. A los dos minutos y medio el bajo se hace protagonista: Martin Skrebergene ejecuta un ostinato sobre el que se suman capas y capas hasta crear un pasaje largo e hipnótico. Un resumen de lo que una buena banda de Metal Progresivo puede hacer con un desarrollo relativamente simple.

“Salt” nos vuelve a traer calma con ciertas influencias de los RADIOHEAD del “OK Computer”, y en “Echo” son otra vez grupos de Rock Progresivo como SYLVAN o los primeros RIVERSIDE los que asoman el hocico en un tema largo.

“Contaminate Me” cierra el disco con algunos de los momentos más agresivos del disco, en el que el batería Tobias Ornes Andersen se libera con el doble bombo. Es una canción más cercana a los estándares del Metal Progresivo, aunque con una parte final abierta a la experimentación en la que se acercan a bandas de Avantgarde Metal como NE OBLIVISCARIS.


Los amantes del Metal Progresivo no deberían dejar de escuchar "Coal", ni nadie que busque sensaciones nuevas en una escena en la que demasiados grupos suenan igual.

 

David Muñoz Pérez

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