LEPROUS - The Congregation

LEPROUS se hace mayor. Así podríamos resumir “The Congregation”. El grupo, al que pronto tendremos en Madrid, Murcia y Barcelona, se despega por fin de su papel como “banda de directo” de IHSAHN e incluso se desvincula del propio músico noruego miembro de EMPEROR como productor y colaborador musical, pasando a construir un disco que de principio a fin es LEPROUS. Y eso significa que estamos también ante su disco más denso y arriesgado, más introspectivo y complejo. Sin miedo a equivocarme “The Congregation” será un antes y un después para la banda noruega y no le doy una nota mayor porque creo que puede ser el principio de cosas mejores, pero no por méritos propios, y eso que el disco precisa de varias escuchas para poder ser disfrutado en todo su esplendor, no ya por la pléyade de influencias diversas que posee, algo genuino en LEPROUS, sino porque hay mucha música en “The Congregation” que no acaba por salir salvo en sucesivas intentonas escuchándolo.

LEPROUS bebe de una galaxia de sonidos. Desde aquel “Bilateral” que les lanzó al estrellato (aunque ya llevaban casi un lustro existiendo) el grupo no ha hecho más que aumentar su paleta de colores, llegando a tener un sonido propio que suena a muchas cosas, no todas confluyentes, pero siempre excitantes e inquietantes. Se puede partir del propio IHSAHN o de los últimos EMPEROR, también de ENSLAVED y OPETH, pero sería quedarse corto, porque se escuchan ecos de MUSE, de MASSIVE ATTACK o MORCHEEBA, de GENESIS y KING CRIMSON obviamente, de DEVIN TOWNSEND… incluso de grupos más actuales y matemáticos como MESHUGGAH o GOJIRA. Todas estas influencias se mezclan y acaban por sonar a sí mismos: una mezcla de Metal, música oscura (extrema y no tanto), Rock Progresivo clásico y actual, electrónica y hasta Jazz. Todo sería un caos sino fuera porque Einar Solberg (cuñado de IHSAHN para mayores pistas) y compañía tienen muy bien asentado su sonido y sus ideas.

Ya “Coal” había supuesto un paso adelante, todavía con IHSAHN como mentor y mueve hilos detrás de la banda. El sonido de LEPROUS se oscurecía con aquel trabajo, desde un punto de vista agresivo y ambiental al mismo tiempo. Pero “The Congregation” es un paso mucho mayor. Con Jens Bogren como productor el grupo ha ganado en empaque y en personalidad y ha encontrado un sonido que sepa reunir en un mismo camino todas las influencias y diferencias estilísticas. Y este paso vuelve hacia terrenos de oscuridad, pero desde un punto de vista introspectivo y minimalista en donde la labor orquestada de Solberg con sus múltiples teclados y sobre todo un trabajo rítmico de sobresaliente por parte del nuevo miembro de LEPROUS, Baard Kolstad, construyen el esqueleto de unos temas que ganan en armonía vocal a costa de perder gran parte de las partes guturales que antaño tenían y que ahora se limitan a dos cortes, “Slave” y sobre todo esa obra maestra que es “Rewind”.



Vídeo de "The Price"

 

El disco podría dividirse en dos partes y un desenlace. La primera parte, hasta “Triumphant” es continuista con “Coal”, la parte más poderosa y dinámica del disco. Partiendo de un tema pegadizo y ambiental al mismo tiempo como es “The Price”, elegido como “single” del trabajo mediante un video realizado con tantos efectos como la propia música de LEPROUS, “Third Law” saca a relucir la mecánica rítmica esquizoide al más puro estilo DEVIN TOWNSEND con unas armonías vocales que son puramente MUSE. Este preludio sirve para dar comienzo a “Rewind” un tema perfecto, progresivo a la perfección, de menos a más acabando en una apoteosis orgiástica en donde destaca sobremanera la labor de Kolstad marcando el ritmo de manera obsesiva y brillante. Finalmente “The Flood” con ese inicio electrónico inquietante, cierra la parte más directa de “The Congregation”, ya metiendo al grupo en la oscuridad y la melancolía, con ecos de los FATES WARNING del “Disconnected”. Desde este punto con “Triumphant” comienza la parte más introspectiva del álbum. Esa que necesita de varias escuchas para ser apreciada, con ciertas dosis de ANATHEMA y KATATONIA en algunas armonías de guitarra y mucho minimalismo instrumental en donde nuevamente Kolstad es básico en el devenir de los cortes.


“Red”, por ejemplo integra electrónica y guitarreo en un contexto esquivo, de constante ir y venir, de contrapuntos emocionales. “Within My Fence” se construye nuevamente sobre armonías vocales muy interesantes que recuerdan a las inflexiones exageradas de MUSE, con un colchón de ritmos y riffs denso y progresivo en intensidad. La ya citada “Slave”, de inicio orquestal, se convierte en una de las más complejas de seguir, y a la vez de las más ricas instrumentalmente hablando, además de volver a tener voces guturales como protagonistas. Pero es quizás “Moon” la que más sorprenda, con sus influencias jazzísticas piano wurlitzer incluido, dando mayor protagonismo a la voz y a los teclados que en el resto del disco. Aquí el bucle de la melancolía y la introspección se cierra brevemente y vuelve el dinamismo de la primera parte del trabajo con “Down”, en un contexto guitarrero matemático entrelazado con electrónica oscurantista y armonías vocales orquestales, dejando para el final el epílogo, “Lower”, resumen de lo que pretendía LEPROUS con este disco, con inicio intimista y desnudo y evolución virtuosa.

Si me tuviese que quedar con temas sueltos escogería los primeros cuatro cortes, “Moon” y “Down”. Pero sería un error. LEPROUS ha conseguido crear un disco que atrapa por momentos, con energía en su primera parte y con melancolía y minimalismo en la segunda, es un disco concebido como una obra de conjunto y no como una suma de partes. El propio sonido de Bogren es lo que busca, sin dar protagonismo a los momentos más agresivos, sino creando una atmósfera y un entramado armónico fundamental para escuchar el disco del tirón, dando cuerpo rítmico a cada tema (gran sonido el de la batería y el bajo) y delicadeza a las armonías vocales y las líneas melódicas, pero sobre todo convirtiendo a “The Congregation” en un álbum de ambientes cautivadores y envolventes.

LEPROUS ha madurado con “The Congregation” y ha pasado a ser una banda con sonido propio construido con raíces eclécticas que saben ser enlazadas en un camino común. Desde este disco el grupo noruego solo puede seguir dando pasos de gigante. Los cimientos estaban puestos y el muro sólido ya ha salido. Ahora solo falta asentarlo y disfrutar de los resultados de un buen trabajo.

 

Raúl Ureña

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí