MAIM - Deceased To Exist

A veces se devana uno los sesos de forma innecesaria cuando todo lo que apetece decir es esto: “AAAAHHHHHHHHRGGGGGGGGGHH!”. Y eso, claro, es bueno (extremadamente bueno) cuando hablamos de Death Metal. Y más cuando se trata de Death Metal hecho al estilo de este “Deceased To Exist”: añejo, clásico, de pureza atávica y con la pasión y la actitud a prueba de bombas. Que hay una tonelada de bandas adscritas al sonido retro es un hecho que alcanza ya incluso a los menos afines al estilo. Que la vertiente Swedish es una de los más reverenciadas y demandadas (como tiene que ser) por todos esos seguidores jóvenes y bandas jóvenes también lo es. MAIM es un grupo sueco que encaja en todo lo dicho pero no se ciñe a ese nicho de forma absoluta. Y ahí radica en parte el éxito absoluto que supone “Deceased To Exist”, su segundo disco.

Porque MAIM no se limita a calcar el sonido de ENTOMBED, DISMEMBER, UNLEASHED y compañía. Su raíz sueca es innegable y primordial en algunos momentos (véase “Nuclear Funeral”) pero MAIM mezcla el Swedish clásico con pinceladas aún más trogloditas y añejas, con una esencia ochentera que le acerca a los primeros DEATH, a AUTOPSY, a POSSESSED, hasta a HELLHAMMER e incluso al Speed / proto Death Metal pasado de revoluciones de los SEPULTURA de “Morbid Visions”. Si emparentáramos a MAIM con grupos de penúltima y última hornada la cosa apuntaría hacia REPUGNANT, BASTARD PRIEST, DEATH BREATH o TORMENTED. Un gustazo, en definitiva.


Dicho todo esto, se necesitan ciertas herramientas para que un disco sea algo más que un nostálgico homenaje conjunto a “Leprosy”, “Severed Survival”, “Seven Churches” y “Only Shreds Remain”. Las herramientas de MAIM son, porque en esto tampoco inventa nada, la producción y la composición. El sonido de “Deceased To Exist” es monumental, un guante impecable para las pretensiones del grupo: sucio, añejo y cavernoso pero perfectamente equilibrado y poderoso. Un podrido y exquisito toque Sunlight, lo bueno del pasado camuflado entre las posibilidades del presente sin atisbos de artificialidad. Las composiciones por su parte son directas, divertidas, cavernícolas pero bien construidas con líneas vocales obsesivas y violentas, riffs brillantes, patrones de batería que son pura vieja escuela (y hasta algunos blastbeats…) y todos los ingredientes para que se le haga la boca agua al seguidor del Death Metal más old school: galopadas al estilo sueco, ritmos gruesos, frenazos a lo AUTOPSY, atmósferas podridas, torbellinos Speed / Thrash, oscuridad, violencia… Metal que sale de la tumba y derriba a alaridos la puerta del cementerio. Metal agresivo, rudo y afilado. Metal de ayer, de hoy de siempre. ¿Puede ser mala una canción que lleva por título “Evil Smell Of Death”? Difícilmente, imposible en manos de MAIM, que moldea en ella uno de los himnos de este disco a golpe de ritmos contagiosos y una mezcla aplanante y efectiva de la prehistoria de las escuelas americana y sueca.

El bombardeo es incesante durante casi 40 minutos. “Deceased To Exist” no baja la guardia ni ralentiza el paso. Nunca. Calidad, energía y diversión a raudales desde un arranque apoteósico con “Gravedigger Sacrifice” y “Morbid Desecration” y redoblando la apuesta a partir de ahí: “Covet Death”, el sabor absolutamente añejo de “Deceased To Exist” y “Resurrected From Hell”… y hasta una instrumental no por casualidad titulada “Crematory” que aplasta a ritmo de Doom / Death tan arenoso como épico.

Brutal y de un atractivo arrebatador, este podrido y carnívoro “Deceased To Exist” es una de las más perfeccionadas, puras, genuinas y valiosas muestras que ha dejado en los últimos tiempos la avalancha de grupos y discos que reivindican los sonidos clásicos y rinden pleitesía a los padres fundadores y motores originarios de los sonidos extremos. Más que eso, o no sólo eso, este segundo disco de MAIM está listo para luchar a cara de perro con cualquiera que le discuta un puesto entre los mejores discos de Death Metal nacidos en los últimos meses. Y aunque queda mucho año y mucha buena música por delante, no me sorprendería verlo en unas cuantas listas, al menos en lo relativo a Death Metal, de lo mejor de este 2011 todavía joven. Para entrar en la mía tiene, desde luego, muchas papeletas. Muchas…

Juanma Rubio

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