NEAL SCHON - The Calling

Reconozco que no me suelen gustar mucho los discos de guitar hero elaborados para el despliegue vanidoso del artista de turno y en los que no hay una voz que personalice un poco tanto virtuosismo desbocado, si bien, sí me gustan los de los guitarristas que, una vez que tienen un nombre forjado en un grupo, sacan un álbum en solitario con un vocalista diferente al de su bandamater o incluso cantando ellos mismos, y en los cuales exponen sus inquietudes a su libre albedrío pero de un modo, a mi parecer, más atractivo que el del arquetípico disco del anteriormente citado guitar hero. Un buen ejemplo de ellos son "Stranger In This Town", que nos dejó RICHIE SAMBORA en el año 91, el glorioso "Total Control" de JOHN NORUM en el 87 o el "Saints And Sinners" del muscleman KANE ROBERTS.

En el caso que nos ocupa, el del señor Neal Schon, la balanza de pros y contras que se presentan a la hora de escuchar el compacto se equilibra por tratarse de quien se trata, y es que, aunque sea tan solo como curiosidad y como seguidor de JOURNEY que soy, me seduce la idea de ver qué pasa por la mente del músico que mejor representa a la formación de AOR americana, y es que en “The Calling” no tiene el yugo que le ponen sus compañeros de formación, no tiene que rendirle cuentas a nadie ciñéndose a un guión establecido, ni que seguir a rajatabla un modo de componer alineado, dado que un disco de estas características no sólo tira de Rock Melódico, sino de muchos recursos e influencias, todas las que quiera desnudar el viejo Neal, ya que este es "su disco".

Y, efectivamente, este trabajo, como todos los de su especie, es anárquico, heterogéneo, muy rico en matices e ingredientes musicales y, en definitiva, plausiblemente variado. En “The Calling” la imaginación está por encima de la funcionalidad y, como comentaba anteriormente, no hay una línea que marque la dirección del trabajo, lo cual no ha de verse como algo negativo si el larga duración en cuestión se lleva con armonía, cierto sentido de lo que se está haciendo y se controla, en cierta medida, todo ese estallido de sentimientos que parece tener todo buen guitarrista que se precie. A veces, todo eso parece estar mínimamente amarrado, pero, por momentos, también queda la sensación de estar escuchando una interminable y empalagosa jam session.


Algunos de los temas que dan buena cuenta de la diversidad estilística citada son "The Calling", una pieza elegante y poderosa que nos traslada al mágico universo de los VAN HALEN de primeros 80. "Carnival Jazz" por su parte, y como el propio nombre indica, es un tema más ecléctico, rockero pero jazzístico. "Back Smash" es sigilo y contención, pero también dinamismo y shredding. "True Emotion" es el sentimiento, el alma, una viaje onírico por el interior del guitarrista de Oklahoma que, por instantes, me recuerda a la melodía principal del "Empty Rooms" de GARY MOORE.

Aunque, a nivel global, mi escrito parezca que contiene más halagos que réplicas al señor Schon, he de decir que me ha costado mantener la concentración durante todo el trabajo, y este, en ocasiones, se me ha hecho pesado, pero también considero que eso es un problema mío y de mi percepción acerca de este tipo de discos, los cuales nunca llego a valorar lo suficientemente bien, para qué engañarnos.

Siendo lo más objetivo posible, y teniendo en mente los fragmentos verdaderamente lúcidos, que los hay, "The Calling" es un interesante trayecto conducido por un indiscutible maestro como lo es NEAL SCHON. Eso sí, bastante más recomendable para los amantes de las virguerías de ensueño con la guitarra eléctrica que para los gustosos por el Rock Melódico más sencillo, mundano y de estribillo pegadizo y efectivo.


 

Jorge Osoro

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