ORDEN OGAN - Ravenhead

Lo tenían muy complicado y han pasado el examen con nota alta. Después de sacarse de la manga un señor discazo que debería entrar en el selecto grupo de clásicos del Power Metal llamado “To The End”, las expectativas que generó ORDEN OGAN iban a ser difíciles de cumplir, pero vaya si lo han hecho. Ya avanzo que para mí éste “Ravenhead” es ligerísimamente inferior a “To The End”, pero sigue siendo un magnífico trabajo que demuestra que si hay un grupo en forma actualmente en el panorama powermetalero, son ellos.

La más que demostrada afición de “Seeb” Levermann, alma mater de la banda, por formaciones compatriotas como RUNNING WILD o BLIND GUARDIAN, cristaliza con fuerza en éste nuevo disco de una manera arrolladora. Riffs de la buena época del señor Kasparek y coros que retrotraen inmediatamente a los tiempos gloriosos del “Imaginations From The Other Side” de los bardos alemanes copan todas las composiciones, con una ligera pátina de folk que aporta cierta distinción al sonido de ORDEN OGAN frente a sus maestros.

“Ravenhead” se inicia con una intro que coge el nombre de la banda y desemboca en el tema que da nombre al disco, un reafirmación de identidad en toda regla con resultados espectaculares:  riff magistral que va creciendo en intensidad a la vez que la base rítmica va adquiriendo contundencia y estribillo épico donde los haya. Un piano lejano nos marca las notas guía del siguiente tema, “F.E.V.E.R”, elegido como primer single de manera acertada, y en el que debo destacar por encima de todo las geniales estrofas de voz. Con “The Lake” no he tenido feeling, es un gran tema pero su estribillo es demasiado meloso, justo al estilo del Power Metal azucarado que tanto detesto, por lo que seguro que los adoradores de bandas como FREEDOM CALL gozan de lo lindo.


Otra historia es la grandiosa “Evil Lies In Every Man” con una comienzo calcado a aquel “dadada” que Marianne Faithfull cantara en “The Memory Remains” de METALLICA, y que aquí introduce melancólicamente lo que será el estribillo del tema, iniciado además con un riff de puro pirateo metálico. Uno de los puntos álgidos del CD. Luego tenemos “Here At The End Of The World”, que comienza como si un tema de IN FLAMES se tratara, asentando luego el mismo riff sobre tesituras más acordes al estilo de  ORDEN OGAN. A destacar la participación de Chris Boltendahl a las voces y unos coros patentados por BLIND GUARDIAN.

“A Reason To Give” es un tema que de primeras puede resultar modesto, pero que con las escuchas se ha convertido en uno de mis favoritos. Comienza como una balada acústica, pasa a medio tiempo contundente y va creciendo hasta conformar un verdadero paroxismo de guitarras y voces armonizadas en sus últimos compases. Una obra maestra, en mi humilde opinión. Volvemos a los esquemas más estándar en “Deaf Among The Blind”, con estructura riff-estrofa-estribillo de toda la vida, y lo hace además con energía y un estribillo pegadizo, muy buen tema.


Seguimos con la escucha y nos topamos con Joacim Cans de HAMMERFALL aportando voces a uno de los temas que menos me ha dicho del álbum, “Sorrow Is Your Tale” y como éste invitado tampoco está entre mis cantantes más valorados, pues el corte pasa sin pena ni gloria ante mis tímpanos.

“In Grief And Chains” es un correcto medio tiempo instrumental que no aporta mucho, y que además antecede al que para mí es el peor tema de todo el disco, de largo además, “Too Soon”. Se trata de una balada que, por muy sentida que sea la letra, musicalmente no me llega nada, y además cuenta con unos arreglos pseudo electrónicos que tampoco ayudan mucho. Mal cierre para un trabajo que merecía mejor colofón, pero salvo éste punto negro, el disco raya a gran altura la mayor parte del minutaje.

Una vez que un grupo pega un pelotazo, lo realmente complicado es mantener el tipo y sobre todo el interés de la audiencia, pero ORDEN OGAN no ha tenido problema en continuar con éxito la senda iniciada con “To The End”. “Ravenhead” puede ser superior o inferior a aquel según los gustos de cada uno, pero es innegable que estamos ante uno de los discos del año del género, y la toma de alternativa de una banda que ha dejado de ser una promesa para convertirse en exitosa realidad.

 

R. Caspárez

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