OVERLOUD - Altered Ego

No es nada fácil encontrarse a día de hoy con un disco de catorce temas que te haga llegar al tramo final del mismo con los oídos abiertos y pleno de atención. Y es que catorce canciones son catorce señoras canciones. Todo un riesgo con visos de adormilar al oyente, y es que no hay que dejar de tener en cuenta lo manido que está cualquier género musical (en este caso es el Hard Rock) y que es más factible salir victorioso con un plástico más corto y, por ende, discreto. Pues bien, el quinteto de Donosti OVERLOUD, tirando mi teoría por los suelos, ha logrado atraparme hasta el final con su segundo álbum de estudio, “Altered Ego”, y eso que, ni mucho menos, la agrupación euskaldún ha logrado crear catorce obras de arte para la posteridad pero, como digo, no es poco en pleno 2015 tener la capacidad de entretener a lo largo y ancho de catorce piezas.

OVERLOUD no es una banda muy ortodoxa. Aunque su casilla es la del Hard Rock, al quinteto donostiarra le gusta desmarcarse con diversos movimientos que remueven su sonido entre el Rock sureño, el Modern Rock e incluso el Stoner, todo ello bajo la atenta mirada del Hard Rock más clásico, que es como el padre de todas y cada unas de las ramificaciones que nos ofrece “Alter Ego”. El disco, pues, es versátil, espontáneo y dinámico, y la banda tiene feeling y la reseñable virtud de enchufarte a su compacto a las primeras de cambio.

Ahora bien, hay algo que daña el resultado final del compacto y no es otra cosa que la pronunciación de Ion. Lo siento, pero para mí en este aspecto no hay medias tintas. O se canta bien en inglés, ya seas anglosajón o no, o no se canta bien en dicho idioma. Y el inglés de este chaval, que tampoco es el peor con el que me he topado en nuestro país, todo sea dicho, es un poco cazallero y logra entorpecer, muy a mi pesar, los temas. También es cierto que, según va pasando el tiempo de escucha, uno se va acostumbrando y termina haciendo oídos sordos, pero tampoco debería ser así. Conclusión: No queda otra que pulir ese defecto o en cada disco de los de Donosti planeará esta innecesaria y molesta sombra que más rabia me produce al tratarse de una banda interesante y de mi gusto.


Siguiendo con los entresijos de este trabajo, cabría destacar el sonido envolvente que en todo momento acompaña al mismo. “Alter Ego” rebosa pegada se mire por donde se mire, teniendo en su haber bastantes melodías pegadizas, unos solos de guitarra de los que gusta dibujar con los dedos en el aire y algunos coros minuciosamente trabajados.

Adentrándonos en los temas, “Passport To Paradise”, con la energética intro “Alter Ego” a sus espaldas, se encarga de abrir el plástico, siendo una canción potente y muy convincente que, curiosamente, me cuesta ubicar. Suena moderna y actual pero, a su vez, tiene ciertas ataduras al Hard Rock más clásico. Diría que ejemplifica lo que podría estar haciendo a día de hoy cualquier banda de Hard Rock y Sleaze de finales de los ochenta.

En “Lock’ Em Up” nos encontramos con la colaboración de Guillermo de SEXPLOSION, resultando ser un tema muy americano, desenfadado y con un trabajo coral preciso y perfectamente materializado. De lo mejorcito del álbum.


“Desert Law”, cuyo comienzo recuerda al “Bad Seamstress Blues Fallin’ Apart At The Seams” que abría el mítico “Long Cold Winter” de CINDERELLA, es un tema, ahora sí, plenamente contemporáneo, con mucho groove y ese arquetípico sonido caluroso que, por ejemplo, defiende SLASH junto a Myles Kennedy en ese proyecto compartido que lleva el nombre del guitarrista de la chistera.

 

“Homeless” es un medio tiempo elaborado con mucho sentimiento, capaz de meterte en sus entrañas, donde, aparte de la notable melodía vocal, sobresale el punteo de guitarra que hallamos en el tramo final. Por su parte, el timbre nasal de Ion casa a la perfección con el cuadro de Rock sureño que los de Donosti nos pintan en “Heaven”, un tema hidratado con ese tipo de sonido que en su día abanderó LYNYRD SKYNYRD.


A lo largo de este escrito habrás comprobado que he puesto sobre la mesa tanto virtudes como defectos, tanto aciertos como pecados de esta banda donostiarra. Tú decides ahora si te merece la pena dedicar tu tiempo con OVERLOUD. A nivel personal, yo siempre recomendaría su escucha. El quinteto no ofrecerá nada nuevo y seguramente posea unos cuantos matices claramente visibles que pulir y mejorar, pero también tiene cierto puntito de peculiaridad y desde luego que me gustan esos malabares en las composiciones que mueven los temas entre el Hard más clásico, el Modern Rock o el sureño. Otra cosa no, pero curiosidad despiertan un rato.

 

Jorge Osoro

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