PERIPHERY - Juggernaut Alpha & Omega

En el mundo del Djent, ese estilo “moderno” surgido de la costilla de MESHUGGAH por su particular forma de tocar las guitarras de ocho cuerdas, se puede encontrar de todo, siempre con la coletilla de “progresivo”. En el fondo estamos ante bandas Emo core reconvertidas, con mayor o menor enjundia musical, pero siempre partiendo de la melodía y la estética Emo. De todas ellas (y hay unas cuantas: ASKING ALEXANDRIA, BETWEEN THE BURIED AND ME, COHEED AND CAMBRIA), quizás la que mejor ha sabido combinar ambos mundos sea PERIPHERY. Aunque muchos dirán que es una banda de nueva tendencia que no llegará muy lejos, pero poco a poco PERIPHERY ha avanzado en su propuesta y, junto a algún que otro EP, ya llevan tres discos a sus espaldas, siendo “Juggernaut” el último de ellos, aunque se conciba como un doble EP.

La historia futurista detrás de “Juggernaut” es la lucha de un hombre envuelto en un extraño experimento que le hace actuar cual marioneta del sistema, pero su propia conciencia se despierta y hace que se revuelva contra sus propios controladores, iniciando así una lucha carnicera en contra de los mismos. Todo esto dicho a grandes rasgos y dejando espacio para juegos metafóricos, pero, en esencia, nada nuevo bajo el sol. Distinto es el concepto musical: “Alpha” y “Omega”, las dos caras, los dos extremos, y es que aunque estemos ante dos discos de casi idéntica duración (cuarenta minutos cada uno, que de hecho se van a refundir en un único trabajo próximamente, pero que de momento se pueden adquirir por separado), no pueden ser más distintos. “Alpha” es luz, es accesibilidad (dentro de la variabilidad y complejidad de los elementos de PERIPHERY), es un trabajo claramente dirigido al público más abierto. “Omega”, en cambio, es un disco más complejo, más elaborado musicalmente, con temas más largos y experimentales, también más duro y metálico.

En este caso, como suele decirse, entre los dos hacen uno bueno. Es más, si tuviese que dividir mi nota global en dos, 6 sería para “Alpha” y 8,5 para “Omega”. Ambos discos están muy bien producidos, de forma un poco aséptica pero bien equilibrados, y la presentación es perfecta para ser las dos caras de la misma moneda, aunque musicalmente hablando el resultado difiera. Quitando cortes como “MK Ultra”, puramente Djent o la rítmica y sincopada “Rainbow Gravity”, que son los temas más crudos y directos, y por otro lado “Psychosphere”, como el tema más elaborado y progresivo, el resto de “Alpha” parece construido por relleno, y no un relleno en el sentido que uno se espera de PERIPHERY, sino más bien como un corta y pega de melodías y pasajes amables que hacen que la personalidad del grupo se diluya. También se salva un poco de la quema el tema título, “Alpha”, que, no en vano, es el single, por lo demás el disco va pasando sin grandes alegrías, salvo los tres temas citados y aunque globalmente “se deja escuchar”, no es desde luego lo mejor que puede mostrar PERIPHERY.


Distinto es “Omega”. Tras un “Reprise” que sirve de conexión con “Alpha”, “Omega” es un disco de PERIPHERY, de su mejor cara, evolucionando sus trabajos previos y adentrándose en terrenos aún más progresivos y retorcidos, con partes Jazz y atmósferas bien tejidas incluidas. “The Bad Thing” por ejemplo, juega con ritmos y riffs Djent, voces agresivas y claras de todo tipo y atmósferas inquietantes. Las melodías están muy bien conseguidas pero no suenan insulsas y el sonido es si cabe más potente por la rítmica de las guitarras. “Priestess” es un corte benévolo, pero no por ello poco interesante: las líneas acústicas se mezclan con una estructura muy completa y de intensidad creciente donde Spencer Sotelo tiene mucho que decir y Misha Mansoor también con sus solos. “Graveless” se desboca y retuerce como uno de los momentos más técnicos del disco, seguida de cerca por “Hell Below”, aquí puramente MESHUGGAH, más pausada y despiadada. Pero la guinda la ponen “Omega” y “Stranger Things”, que entre ambas casi duran la mitad de “Omega”, la primera de ellas por sus partes y estructuras Jazz, la segunda por su variabilidad y la gran intensidad de sus guitarras y sus voces.

No cabe duda de que el grupo es consciente de su posición dominante y ha buscado arriesgar, seguramente buscar audiencias más amplias y a la vez contentar a sus acólitos. Aunque el tiempo que han dedicado a preparar “Juggernaut” ha sido amplio, PERIPHERY parece que se ha excedido en sus pretensiones. Lo que no sé y pronto sabremos, pues vendrán por la península en breve, es si mantendrán el carácter conceptual de este doble trabajo en directo o lo tratarán como una sucesión de canciones, porque entonces estoy seguro que el que más cancha tendrá será “Omega” con los temas más sobresalientes de “Alpha”; de lo contrario muy bien tendrán que organizar su show en directo para que no haya ningún momento de bajón o que la primera parte del mismo se haga cuesta arriba. Lo comprobaremos en diciembre (fechas de la gira de PERIPHERY en Barcelona y Madrid).


En cualquier caso, PERIPHERY busca reinventarse en su tercer trabajo completo y se saca de la manga un proyecto conceptual, con todo lo bueno y malo que ello conlleva. Dejando a un lado su ambiguo contenido lírico, “Juggernaut” refleja dos caras de la misma moneda, la benévola y la retorcida, la atrayente y la exigente… en el camino PERIPHERY divaga bastante, pero la idea es buena, si bien podría estar mejor con menos relleno. En mi opinión si hubiesen quitado cuatro o cinco temas de “Alpha” y hubiesen integrado el conjunto en “Omega” hablaríamos del mejor disco de PERIPHERY hasta la fecha. Siempre nos podemos quedar con “Omega” aunque sepa a poco.

Raúl Ureña

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