RED FANG - Whales And Leeches

Tras dos discos directos y a la yugular que le dieron nueva vida a la lánguida existencia del Stoner, la banda de Portland, RED FANG, aterriza con su tercer largo, "Whales And Leeches".

Un ejercicio claro de apertura sónica desde el minuto uno, la producción de Chris Funk de la banda de Folk Rock THE DECEMBERISTS, intenta entre otras cosas aportar algo de complejidad y profundidad al sonido de la banda. El mejor ejemplo de esta nueva actitud es la canción “Dawn Rising” que rompe con la tónica de RED FANG de canciones directas y al grano que tanta frescura habían aportado al mundo del Stoner Rock tan dado a las digresiones y jams infinitas.Acompañado por el inconfundible aullido de Mike Scheidt de los masivos YOB, el cuarteto experimenta con la duración y la atmósfera como nunca antes y, aunque por momentos convence, le falta la contundencia para salirse con la suya.


Aún así, ese intento aperturista que en general es de agradecer para que no suenen todas las canciones iguales como si fueran los RAMONES, pero a veces juega a la contra porque el disco suena por momentos desinflado y falto de contundencia en las guitarras.Aunque el cambio es sutil queda en manos de los fans decidir si este camino es el que la banda debería tomar o si es mejor que sigan dando cera como siempre como con canciones míticas como “Prehistoric Dog” o “Hank Is Dead” para no acabar como unos BARONESS de la última época, pelín descafeinados.

Aun así, los fans del modo directo del trío no tienen porque desesperar porque temas como “No Hope”, “Blood Like Cream” o “Doen” conservan esa frescura a espuertas como para que la siempre vieja guardia tenga material de sobra para no desesperar con esta amplitud de miras de los de Oregon. Tampoco es de esperar que acaben convirtiéndose en víctimas de sus propios experimentos. Porque, en el corazón, RED FANG es una banda con los pies en la tierra, aunque a veces les guste mirar al cielo para ver estrellas.


Sólo hay que comprobar el minutaje de la mayoría de los temas que sigue con la tónica de los 3:30 de media para comprobar que en general la fórmula se ha alterado lo justo para probar nuevos sonidos sin que esto quiera decir que se trata de una banda distinta ni que se haya pasado en cuanto a ambición sónica se refiere. Un movimiento audaz pero no demasiado arriesgado. Recomendable.

Pedro Blackearth

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