REDEMPTION - This Mortal Coil

El quinto trabajo de los norteamericanos REDEMPTION nos muestra bien a las claras que la música es generalmente el reflejo del estado de ánimo de quien la compone. Hace tres años a Nick van Dyk, guitarrista, líder y principal compositor del grupo le diagnosticaron una leucemia de la que afortunadamente está ya recuperado. El trance de verse enfrentado a su propia mortalidad le hizo plantearse dudas, miedos, frustraciones y esperanzas que han marcado de manera innegable el sesgo general de “This Mortal Coil”, el nuevo trabajo de estos maestros del Metal Progresivo que paso ya a comentaros.

Producido y mezclado por la leyenda viva del Metal Neil Kernon (NEVERMORE, QUEENSRYCHE y KANSAS, entre otros), “This Mortal Coil” nos ofrece el lado más oscuro y reflexivo de una banda que cuenta entre sus miembros con personalidades tan destacadas del Metal como el gran Ray Alder (FATES WARNING) y Bernie Versailles (AGENT STEEL). No se trata sin embargo de un “all-star” en el que las adiciones lustrosas no añaden esplendor al resultado final; aquí lo que tenemos es una banda consolidada que está integrada de manera destacada en la escena actual del Metal Progresivo pudiendo tratar de tú a tú a grupos como SYMPHONY X o a los mismísimos DREAM THEATER, a quienes han teloneado en varias ocasiones. Fruto de esa consolidación y esa madurez es este disco, un trabajo que rezuma maestría y sentimiento en idénticas proporciones. A los escasos segundos del arranque de “Path Of The Whirlwind” ya se aprecia la tremenda fuerza con que retorna REDEMPTION a la escena musical. Las guitarras se han recrudecido notablemente y la batería de Chris Quirarte no para de redoblar bombos frenéticos que se acompasan con los brutales riffs de guitarra de Van Dyk y de Bersailles.


Los solos de guitarra, puro “shred” mezclado con melodía desatada, se intercalan entre los pasajes más pausados configurando así un tema paradigmático del tipo de Metal Progresivo que gastan: la mezcla perfecta entre el Thrash Metal de la Bay Area con los desarrollos progresivos de grupos de los años 70. Echo en falta algo más de brillo en la pista de voz de Alder, que ha enronquecido su voz de manera notable dejando de lado los agudos gritos de antaño, aunque su gran estilo es una constante a lo largo de todo el disco. Los teclados también ganan protagonismo en el arranque de “Blink Of An Eye”, una soberbia composición que nos recuerda los momentos más líricos de aquel estremecedor “The Origins Of Ruin” por la belleza de su estribillo y los espectaculares arreglos de voz y teclado. Con cada escucha se aprecian nuevos matices y los largos desarrollos se asemejan mucho a los que DREAM THEATER ejecuta en sus más recientes trabajos aunque no quiere decir que REDEMPTION plagie a los neoyorquinos pues su acometida es mucho más violenta y metálica que la de los de Petrucci y compañía. Los temas, como decía, están muy vinculados a la dura experiencia vivida por Van Dyk y esto es más que evidente en el demoledor y a la vez emotivo “No Tickets To The Funeral”, todo un canto a su lucha por la supervivencia y un verdadero despliegue de todo el arsenal guitarrero de Van Dyk y Bersailles, con solos de verdadero vértigo. Sin llegar a la brutalidad de NEVERMORE, se puede decir que REDEMPTION están en la cima del Power Prog-Metal siendo superados por muy pocos (o ninguno) grupos en cuanto a fuerza y empuje.

Los aires orientales empapan toda la partitura de “Dreams From ThePit” y la voz de Alder embruja con melodías enigmáticas sobre una base de poderosos riffs que se acompañan de grandiosos colchones de teclados. La batería de Quirarte no para de hacer arreglos virtuosos con los platillos y los bombos demostrando que estamos ante uno de los mejores percusionistas del Metal Progresivo y una vez más las guitarras sorprenden por la rapidez y la limpieza. No puedo dejar de recordar los primeros trabajos de Vinnie Moore o de VICIOUS RUMOURS cuando escucho los solos cruzados de Van Dyk y Bersailles. Eso sí, si toca parar y deleitarse con una melodía lo hacen sin prejuicios dando espacio al bajo corpóreo de Sean Andrews, un verdadero artesano de las cuatro cuerdas (que ya serán cinco…) y a los teclados del propio Van Dyk; tal es la versatilidad de REDEMPTION.

Siniestra y amenazante empieza “Noonday Devil”, todo un prodigio de acoplamiento rítmico entre batería y guitarras, en el que el grupo experimenta con diferentes “loops” sintetizados que aportan un aire inquietante a la composición más oscura del disco. La expresividad de la voz de Alder es soberbia en una canción hecha para ser escuchada muchas veces pues los instrumentos no paran de interactuar dibujando estructuras complejas que se entrelazan formando un conjunto verdaderamente asombroso. El grupo ya nos ha demostrado en trabajos anteriores que sabe pisar el freno y dejar que la melodía sea la protagonista de algunas de sus composiciones. Así, “Let It Rain” se erige en “la balada” del disco pese a que se sustenta sobre férreos riffs de guitarra y baterías contundentes precisamente por lo delicadas de sus melodías vocales y los sutiles arreglos de teclado que contribuyen a crear un aire melancólico lleno de dramatismo y fuerza. Siguiendo esa línea de “fuerte delicadeza” nos encontramos con otro sensacional corte de emotividad desbordante, “Focus”. La fórmula está más que pulida y saben explotarla al máximo sacando brillo a unas composiciones urdidas con verdadero mimo. La extraordinaria “Perfect” es prueba de lo que digo con un Alder cantando con maestría, Van Dyk y Bersailles desgranando riffs y solos de vértigo y la base rítmica impulsando con fuerza esta canción es, de nuevo, otro ejemplo más de la maestría de unos músicos como la copa de un pino. En concreto este tema se remansa un poco más mostrándonos el lado más experimental de una banda que no teme probar patrones arriesgados pues sabe que finalmente siempre encajan de nuevo en la fórmula magistral de probados resultados.


El disco va entrando en su recta final cuando casi ni nos hemos dado cuenta, lo cual es señal de que ofrece muchos momentos de verdadera emoción. “Begin Again” es otra de esas piezas de orfebrería sonora a las que el grupo nos tiene acostumbrados con ribetes de piano por aquí y por allí, arreglos imposibles de batería y, sobre todo, la elegante y emotiva voz de un Alder que en su madurez vocal ha llegado a dominar sus recursos con verdadera maestría. Los solos de guitarra vuelven a sorprender con esa perfecta mezcla de virtuosismo y sentimiento que hacen que casi estemos esperando su llegada para rematar los puntos álgidos de las canciones. Que es bueno esperar al final de los discos es algo que tengo clarísimo pero en el caso de “This Mortal Coil” es absolutamente cierto porque lo mejor lo ofrecen los dos temas que lo cierran. “Stronger Than Death” nos vuelve a mostrar a un Van Dyk volcado en sus sentimientos de lucha contra el cáncer y nos ofrece un nuevo recital de emotividad y fuerza mezcladas a partes iguales siendo este el tema más idóneo, tal vez, para ser single por la solidez de su estructura y por la tremenda belleza de sus riffs y solos de guitarra, así como por los elaborados arreglos vocales que demuestran que Alder sigue estando en plena forma. El broche de oro lo pone la alegórica “The Departure Of The Pale Horse” en la que Van Dyk vuelca todo su talento para exorcizar los demonios de la traumática experiencia personal vivida. Los más de diez minutos de canción aproximan al grupo a lo hecho por sus amigos de DREAM THEATER y, así, tenemos aquí esquemas ya vistos en los discos de los de Petrucci: pasajes de bajo y teclado sobre los que la voz va tejiendo melodías que se van repitiendo en las estrofas más aceleradas; arreglos complejos de teclado, guitarras eruptivas que desgranan solos de infarto y crescendos vertiginosos que desembocan en un nuevo remanso de paz. El tema sirve, además, de repaso a todo el disco como así se hace en las letras, y comprobar en pocos segundos que estamos ante un disco que si no es conceptual poco le falta. Si la palabra madurez se inventó para definir algo está claro que “This Mortal Coil” podría acogerse a dicho adjetivo pues estamos ante el trabajo maduro, reflexivo e impetuoso de una banda que no se rinde ante las adversidades y que hoy por hoy es un claro referente del Metal Progresivo a nivel mundial.

 

Carlos Fernández

El quinto trabajo de los norteamericanos REDEMPTION nos muestra bien a las claras que la música es generalmente el reflejo del estado de ánimo de quien la compone. Hace tres años a Nick van Dyk, guitarrista, líder y principal compositor del grupo le diagnosticaron una leucemia de la que afortunadamente está ya recuperado. El trance de verse enfrentado a su propia mortalidad le hizo plantearse dudas, miedos, frustraciones y esperanzas que han marcado de manera innegable el sesgo general de “This Mortal Coil”, el nuevo trabajo de estos maestros del Metal Progresivo que paso ya a comentaros.Producido y mezclado por la leyenda viva del Metal Neil Kernon (NEVERMORE, QUEENSRYCHE y KANSAS, entre otros), “This Mortal Coil” nos ofrece el lado más oscuro y reflexivo de una banda que cuenta entre sus miembros con personalidades tan destacadas del Metal como el gran Ray Alder (FATES WARNING) y Bernie Versailles (AGENT STEEL). No se trata sin embargo de un “all-star” en el que las adiciones lustrosas no añaden esplendor al resultado final; aquí lo que tenemos es una banda consolidada que está integrada de manera destacada en la escena actual del Metal Progresivo pudiendo tratar de tú a tú a grupos como SYMPHONY X o a los mismísimos DREAM THEATER, a quienes han teloneado en varias ocasiones. Fruto de esa consolidación y esa madurez es este disco, un trabajo que rezuma maestría y sentimiento en idénticas proporciones. A los escasos segundos del arranque de “Path Of The Whirlwind” ya se aprecia la tremenda fuerza con que retorna REDEMPTION a la escena musical. Las guitarras se han recrudecido notablemente y la batería de Chris Quirarte no para de redoblar bombos frenéticos que se acompasan con los brutales riffs de guitarra de van Dyk y de Bersailles.Los solos de guitarra, puro “shred” mezclado con melodía desatada, se intercalan entre los pasajes más pausados configurando así un tema paradigmático del tipo de Metal Progresivo que gastan: la mezcla perfecta entre el Thrash Metal de la Bay Area con los desarrollos progresivos de grupos de los años 70. Echo en falta algo más de brillo en la pista de voz de Alder, que ha enronquecido su voz de manera notable dejando de lado los agudos gritos de antaño, aunque su gran estilo es una constante a lo largo de todo el disco. Los teclados también ganan protagonismo en el arranque de “Blink Of An Eye”, una soberbia composición que nos recuerda los momentos más líricos de aquel estremecedor “The Origins Of Ruin” por la belleza de su estribillo y los espectaculares arreglos de voz y teclado. Con cada escucha se aprecian nuevos matices y los largos desarrollos se asemejan mucho a los que DREAM THEATER ejecuta en sus más recientes trabajos aunque no quiere decir que REDEMPTION plagie a los neoyorquinos pues su acometida es mucho más violenta y metálica que la de los de Petrucci y compañía. Los temas, como decía, están muy vinculados a la dura experiencia vivida por van Dyk y esto es más que evidente en el demoledor y a la vez emotivo “No Tickets To The Funeral”, todo un canto a su lucha por la supervivencia y un verdadero despliegue de todo el arsenal guitarrero de van Dyk y Bersailles, con solos de verdadero vértigo. Sin llegar a la brutalidad de NEVERMORE, se puede decir que REDEMPTION están en la cima del Power Prog-Metal siendo superados por muy pocos (o ninguno) grupos en cuanto a fuerza y empuje.Los aires orientales empapan toda la partitura de “Dreams From ThePit” y la voz de Alder embruja con melodías enigmáticas sobre una base de poderosos riffs que se acompañan de grandiosos colchones de teclados. La batería de Quirarte no para de hacer arreglos virtuosos con los platillos y los bombos demostrando que estamos ante uno de los mejores percusionistas del Metal Progresivo y una vez más las guitarras sorprenden por la rapidez y la limpieza. No puedo dejar de recordar los primeros trabajos de Vinnie Moore o de VICIOUS RUMOURS cuando escucho los solos cruzados de van Dyk y Bersailles. Eso sí, si toca parar y deleitarse con una melodía lo hacen sin prejuicios dando espacio al bajo corpóreo de Sean Andrews, un verdadero artesano de las cuatro cuerdas (que ya serán cinco…) y a los teclados del propio van Dyk; tal es la versatilidad de REDEMPTION. Siniestra y amenazante empieza “Noonday Devil”, todo un prodigio de acoplamiento rítmico entre batería y guitarras, en el que el grupo experimenta con diferentes “loops” sintetizados que aportan un aire inquietante a la composición más oscura del disco. La expresividad de la voz de Alder es soberbia en una canción hecha para ser escuchada muchas veces pues los instrumentos no paran de interactuar dibujando estructuras complejas que se entrelazan formando un conjunto verdaderamente asombroso. El grupo ya nos ha demostrado en trabajos anteriores que sabe pisar el freno y dejar que la melodía sea la protagonista de algunas de sus composiciones. Así, “Let It Rain” se erige en “la balada” del disco pese a que se sustenta sobre férreos riffs de guitarra y baterías contundentes precisamente por lo delicadas de sus melodías vocales y los sutiles arreglos de teclado que contribuyen a crear un aire melancólico lleno de dramatismo y fuerza. Siguiendo esa línea de “fuerte delicadeza” nos encontramos con otro sensacional corte de emotividad desbordante, “Focus”. La fórmula está más que pulida y saben explotarla al máximo sacando brillo a unas composiciones urdidas con verdadero mimo. La extraordinaria “Perfect” es prueba de lo que digo con un Alder cantando con maestría, van Dyk y Bersailles desgranando riffs y solos de vértigo y la base rítmica impulsando con fuerza esta canción es, de nuevo, otro ejemplo más de la maestría de unos músicos como la copa de un pino. En concreto este tema se remansa un poco más mostrándonos el lado más experimental de una banda que no teme probar patrones arriesgados pues sabe que finalmente siempre encajan de nuevo en la fórmula magistral de probados resultados.El disco va entrando en su recta final cuando casi ni nos hemos dado cuenta, lo cual es señal de que ofrece muchos momentos de verdadera emoción. “Begin Again” es otra de esas piezas de orfebrería sonora a las que el grupo nos tiene acostumbrados con ribetes de piano por aquí y por allí, arreglos imposibles de batería y, sobre todo, la elegante y emotiva voz de un Alder que en su madurez vocal ha llegado a dominar sus recursos con verdadera maestría. Los solos de guitarra vuelven a sorprender con esa perfecta mezcla de virtuosismo y sentimiento que hacen que casi estemos esperando su llegada para rematar los puntos álgidos de las canciones. Que es bueno esperar al final de los discos es algo que tengo clarísimo pero en el caso de “This Mortal Coil” es absolutamente cierto porque lo mejor lo ofrecen los dos temas que lo cierran. “Stronger Than Death” nos vuelve a mostrar a un van Dyk volcado en sus sentimientos de lucha contra el cáncer y nos ofrece un nuevo recital de emotividad y fuerza mezcladas a partes iguales siendo este el tema más idóneo, tal vez, para ser single por la solidez de su estructura y por la tremenda belleza de sus riffs y solos de guitarra, así como por los elaborados arreglos vocales que demuestran que Alder sigue estando en plena forma. El broche de oro lo pone la alegórica “The Departure Of The Pale Horse” en la que van Dyk vuelca todo su talento para exorcizar los demonios de la traumática experiencia personal vivida. Los más de diez minutos de canción aproximan al grupo a lo hecho por sus amigos de DREAM THEATER y, así, tenemos aquí esquemas ya vistos en los discos de los de Petrucci: pasajes de bajo y teclado sobre los que la voz va tejiendo melodías que se van repitiendo en las estrofas más aceleradas; arreglos complejos de teclado, guitarras eruptivas que desgranan solos de infarto y crescendos vertiginosos que desembocan en un nuevo remanso de paz. El tema sirve, además, de repaso a todo el disco como así se hace en las letras, y comprobar en pocos segundos que estamos ante un disco que si no es conceptual poco le falta. Si la palabra madurez se inventó para definir algo está claro que “This Mortal Coil” podría acogerse a dicho adjetivo pues estamos ante el trabajo maduro, reflexivo e impetuoso de una banda que no se rinde ante las adversidades y que hoy por hoy es un claro referente del Metal Progresivo a nivel mundial.

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