Un sorprendente regreso

Un frío sábado de comienzos de febrero de 2000, poco después de mi cumpleaños, tuve uno de los mejores regalos de mi vida. Asistía por vez primera a un concierto de Rock. Aunque buscaba, y encontré, los anhelados acordes de mis idolatrados BARÓN ROJO, me llevé de propina la formidable actuación de los primeros teloneros de la noche. Más ignorante de lo que soy hoy, sólo había escuchado una canción de ellos en un recopilatorio de varios artistas. Me gustaba bastante, pero carente de las herramientas informáticas de hoy, resultaba harto difícil poderse hacer con algún disco de una banda jurásica. La banda en sí se llamaba TOPO y la canción era "Mis Amigos".

Esa tarde, cuando empecé a escuchar mis primeros temas en directo, que eran los suyos, me resultaron muy familiares. Se parecían muchísimo a ese disco de ASFALTO que tenía en casa. Cuando decidieron arrancarse por "Rocinante" y por "Días De Escuela", la lección me desconcertó. Allí aprendí que eran una mitad de ASFALTO y esa misma tarde, mientras me regodeaba a un "volumen brutal", mi mente retenía que tenía que hacerme con un disco de esos señores mayores que cantaban tan bien.

Casi por sorpresa, de la misma manera que nos presentamos aquella tarde, descubrí que por fin, después de largas esperas, TOPO había vuelto a meterse en un estudio y había parido la anhelada joya que sus fieles esperábamos desde hacía años. Después de anuncios y requeteanuncios, de encontrarnos con alguna muestra de la tela en uno de sus fantásticos conciertos de estos años, la banda ha dado a luz a "Prohibido Mirar Atrás".

Como el título indica, la banda de los míticos Jiménez y Laina, se han lanzado en una ruptura aún más grave en su estilo que la que supuso su anterior plástico, allá por 2001, "La Jaula del Silencio". Aunque parezca una obviedad innecesaria, su sonido es más maduro, es el de una banda adulta, sin necesidad de conectar con el pasado con segundas partes de ningún tema. No buscan conseguir un gran hit en las listas, simplemente han hecho lo que les ha pedido el cuerpo.

Ya era hora de que volviesen después del caramelo de las versiones de TOPO y ASFALTO que se marcaron hace unos años. Ha costado, pero ha merecido la pena.

Carlos Camino