Crónica de los conciertos de SACRED REICH y NIGHT DEMON en Madrid - 21 de noviembre de 2019 (sala Mon)
El Thrash americano de la vieja guardia regresaba a la capital en un fin de semana convulso y complicado por la cantidad de eventos programados. Desde el jueves hasta el sábado pasaron por la capital bandas tan dispares como BRAINSTORM, JORN LANDE e incluso AMON AMARTH y sus invitados estelares. Es por ello que me causaba intriga comprobar la actual capacidad de convocatoria de una formación como SACRED REICH, a la que el grueso del público thrasher le tiene un cariño especial, sobre todo por los dos primeros trabajos que nos dejaron hace ya tres décadas, pero que, a fin de cuentas, llevaba 23 años sin editar nuevo material de estudio.
La apuesta le funcionó bien a Madness Live! y la nostalgia de unos, sumada a las ganas de otros de querer escuchar el reciente trabajo de los de Arizona en vivo, provocó que acudieran a la madrileña sala Mon cerca de 300 personas, una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que, por mitificada que esté la banda liderada por Phil Rind, esta no deja de ser a día de hoy, como lo fue en el pasado, la cara más visible del panorama metalero underground.
NIGHT DEMON
Como un irrefrenable torbellino, así pasó el tridente californiano NIGHT DEMON por la capital el pasado viernes. Que el combo norteamericano es una de las mejores formaciones que se pueden ver en directo dentro de ese Heavy Metal retro que tan en auge está en los presentes días es una realidad como un templo. Lo tienen todo: actitud, carisma, presencia, sonido y temas. Y así lo demostraron a lo largo y ancho de los energéticos 50 minutos que estuvieron sobre las tablas de la Mon.
A las 20:25 se oscurecía la sala mientras salía el trío al escenario y se hacía visible, eso sí, el imponente logo del grupo ubicado detrás de la batería. Con “Welcome To The Night”, tema perteneciente al último lanzamiento de NIGHT DEMON, abría fuego la agrupación, gozando de un sonido impoluto que, de primeras, nos hacía entrever que la banda había venido a llevárselo de calle. Jarvis es un frontman que transmite muchísima energía y que representa como nadie a día de hoy esos viejos valores del Heavy Metal que, antaño, se ejecutaron en la New Wave británica. De hecho, tuve la misma sensación cuando vi al tipo cantando con los míticos JAGUAR en Sheffield hará dos o tres años.
Mientras caían más temas como “Full Speed Ahead” o un fragmento del “Overkill” de MOTÖRHEAD combinada con “Dawn Rider”, Jarvis y el guitarrista John Anthony no paraban de intercambiar sus posiciones, llenando así mucho más escenario y creando con ello una sensación visual bastante poderosa.
“Hallowed Ground” y “The Howling Man” fueron las siguientes en sonar sin que la banda nos diera respiro. Heavy Metal tocado con agilidad, a degüello y sudoroso que, sin duda, no debía estar dejando indiferente a nadie. Justo antes de “Heavy Metal Heat”, Jarvis se dejó el pulmón gritando y saludando al respetable y durante el inicio de “Curse Of The Damned” llegó a bajarse acompañado de su bajo entre el público para incorporarse de nuevo al escenario e interpretar el resto del tema ya desde allí.
Con “Screams In The Night” emergió la vertiente más speedica y atolondrada de la formación. Tras esta pieza, el grupo se retiró momentáneamente del escenario mientras la Mon se oscurecía y sonaba de fondo un teclado lúgubre y espectral que sirvió de antesala para que la agrupación yanqui, una de vez de nuevo en el escenario, se arrancara con “The Chalice”, un tema sabbathico más adentrado en el Heavy/Doom que certificaba que los de Jarvis no solo se mueven bien en el terreno más dinámico y explosivo. Durante su interpretación, salió un tipo vestido de La Parca, con su semblante esquelético, su capa, su capucha y una especie de viejo cáliz que, sin dejar de contornearse entre los tres músicos, ayudó a darle un curioso aporte estético al tema dentro de esa naturaleza occult que de por sí manifestaba el propio corte. Tras “Darkness Remains”, un medio tiempo denso, melódico y también ligeramente tenebroso, la banda se retiró de nuevo del escenario para volver de inmediato y cerrar su inconmensurable bolo con una certera versión del “Wasted Years” de IRON MAIDEN.
La escena actual está poblada, e incluso saturada diría, de formaciones que recuperan la esencia del Heavy Metal ochentero, pero pocas son capaces de tener ya no solo la identidad, sino la garra y la predisposición que tienen estos tres tíos. El presente es de ellos. Por no faltar, no faltaron saludos ni choques de manos al acabar su actuación con toda la gente colocada en las primeras filas. Tremendos.
SACRED REICH
Un par de minutos por encima de las 21:30 sonaba a todo tren por la P.A. de la sala Mon “The Boys Are Back In Town” de THIN LIZZY a modo de intro mientras los músicos de SACRED REICH, empezando por el hijo pródigo Dave McClain, de nuevo en el seno de la banda tras su salida de MACHINE HEAD, iban ocupando posiciones a la vez que se iluminaba el logo de los de Arizona en la parte trasera del escenario.
El contundente riff de “Manifest Reallity” nos introducía de lleno en el bolo, de nuevo, como sucediera con NIGHT DEMON, con un sonido nítido, poderoso y disfrutable. Los dos únicos miembros de la formación original, Phil Rind y Wiley Arnett, demostraron que a pesar de las canas y de algún kilo de más, especialmente esto último en el caso del vocalista, estaban en buena forma y con ganas de guerrear como si por ellos no hubieran pasado los años. El último en aterrizar, dejando de lado al retornado McClain tras haber estado 23 años acompañando a Robb Flynn y cía, es el jovenzuelo Joey Radziwill, un chaval de tan solo 22 años con una presencia brutal que, sin duda, le da toda una inyección de adrenalina a los de Phil y ese aire de renovación y frescura de la que muchas bandas veteranas les gusta rodearse actualmente en sus formaciones.
Con “The American Way” irrumpió el primer clasicazo de la noche, lo que arrancó los primeros vítores entre los asistentes. Phil sonreía y mucho, buscando constantemente complicidad con el público y dejando incluso que este se envalentonase para vociferar el estribillo del tema. Tras dar carpetazo a esta pieza que desde hace décadas es patrimonio del Thrash/Crossover americano, el voceras se dirigió a nosotros con un sentido “thank you so much”, señalando que era genial volver a pisar Madrid y que tenían nuevo disco en el mercado.
Hablando de “Awakening”, el citado último trabajo, es cierto que ha abarcado una amplia disparidad de opiniones. No descubriré nada si digo que el público del Thrash Metal no es especialmente conocido por su amplitud de miras. Ese conservadurismo y, a veces, sobreproteccionismo del género en el que en ocasiones me incluyo, lleva a no tolerar ciertos cambios, evoluciones, experimentos, etc. SACRED REICH hace años que dejó de ser una banda ruda, tosca y de Thrash punkarra y directo, pero a título personal me parece que el combo americano ha sabido crear con este último trabajo una balanza interesante entre lo que fue su etapa primigenia y lo que ofrecieron en sus convulsos años 90, dejándonos un buen puñado de temas vistosos, más clásicos o más modernos, que, con todas las de la ley y a pesar de las posibles críticas de cierto sector del público, venía dispuesto a presentar. De este modo, cayeron “Divine & Conquer”, del disco de marras, y “One Nation”, bastante más clásica y con la que Phil detuvo un poco el ritmo del show para preguntarnos, entre otras cosas, que quién estuvo en el año 91 viéndoles en España como acompañantes de SEPULTURA en la gira del “Arise”. Curiosamente, no fueron pocos los que levantaron la mano, evidenciando que el Thrash de los años 80 desde hace tiempo es un género también envejecido en cuanto a oyentes. No sería la única vez que Phil se mostraría comunicativo y parlanchín, un viejo truco tanto para descansar como para alargar la duración del show, aunque cabe decir que por suerte no se hicieron excesivamente densos esos instantes.
La machacona “Awakening”, “Love... Hate”, “Free” y “Crimes Against Humanity” fueron las siguientes en caer, creando una interesante proporción de temas de las diferentes etapas del grupo donde, eso sí, seguía habiendo una amplia presencia de cortes del último lanzamiento así como del “The American Way”, que el cuarteto nos dejó en el año 90.
“Who's To Blame” e “Ignorance” prosigueron dejándonos buen sabor de boca, ya que la banda sigue sonando belicosa y no ha perdido fiereza. Phil continúa teniendo una voz oronda y contundente que no parecía flaquear en ningún momento, ni siquiera en los fragmentos más melódicos. Justo antes de “Salvation”, el vocalista se dedicó a presentar a sus compañeros, recalcando lo comentado acerca de la juventud del guitarrista Joey y la alegría que suponía para el grupo tener de nuevo al bueno de Dave tras los parches.
Con “Independent” se produjeron los esperados pogos que todo buen bolo de Thrash Metal ha de tener antes o después. Con “Killing Machine” y su arranque con cierto semblante militar nos íbamos acercando al final del show.
Como no podía ser de otra forma, los de Arizona se despedían de Madrid con “Death Squad”, pieza indispensable en su repertorio que, en su día, abrió su celebrado “Ignorance”, y la macarra y divertida “Surf Nicaragua”, donde se desataron nuevos pogos mientras Phil, arriba, disfrutaba y reía observando los empujones y meneos entre algunos de los asistentes.
Una hora y cuarto con un repertorio variado pero especialmente centrado en su último trabajo en estudio es lo que nos ofreció SACRED REICH, aun sabiendo del peso de sus temas clásicos, que no dejaron de caer. Supongo e intuyo que ese mal sabor de boca que a muchos les haya podido dejar ese coqueteo con otros géneros que muestra la banda en “Awakening” se dispersaría tras la descarga del viernes, dado que muchos de esos temas ganan en contundencia en directo, y más viendo el buen nivel que aún se sigue gastando el Reich.
Promotora: Madness Live!
Texto: Jorge Osoro
Fotos: Txema Sáez
Edición fotográfica: Herestia
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