Satriani ofrece un concierto de otra galaxia en Madrid

Joe Satriani en Madrid
Joe Satriani en Madrid

Crónica de la actuación del guitarrista Joe Satriani en la sala La Riviera de Madrid (2 de junio de 2023)

Hay artistas que no necesitan presentación y, en el mundo de los guitarristas, el neoyorquino Joe Satriani es uno de ellos. Su figura y talento trasciende tanto que no es necesario ser fanático de las seis cuerdas para haber oído hablar de sus virtudes y asociar su nombre al de una guitarra. De hecho, ser el cuarto artista con más nominaciones a los premios Grammy (quince en total) ya nos pone sobre aviso de que su relevancia en el mundo de la música es más que evidente y ha sobrepasado estilos.

Concierto de Joe Satriani en Madrid

Además de ser un increíble guitarrista, es un currante nato. Casi veinte discos bajo su nombre, desde aquel lejano “Not Of This Earth” de 1986 (obvio su primer EP de 1984) hasta “The Elephants Of Mars” de 2022 motivo de su gira y esta crónica, compaginados con infinitas colaboraciones con otros artistas como Alice Cooper, Jordan Rudess o Ian Gillan y grupos como DREAM THEATER, BLUE ÖYSTER CULT o DEEP PURPLE (declinando la oferta para ser miembro permanente como es sabido para seguir su propio camino). Incluso ayudó a producir el “Eyes Of Horror” de los dioses POSSESSED y suyos son algunos coros en el debut de Crowed House. No se puede decir que no es variopinto el elenco de colaboraciones y, por supuesto, no cito todas ni mucho menos para no aburrir.


Pero no queda ahí la cosa. Aún le queda tiempo para poner en marcha el exitoso proyecto G3 con el que ha girado en numerosas ocasiones y donde comparte plantel con otros alucinantes guitarristas de renombre (algunos de ellos antiguos alumnos suyos como un tal Steve Vai, por citar solamente al más relevante, pero la lista es larga y sorprendente), unirse a la súper banda de Hard Rock CHICKENFOOT grabando dos discos con ella y hasta, en sus ratos libres, diseñar los motivos que adornan sus correas de guitarra y que podemos ver en sus conciertos. Es un fuera de serie y me quedo corto.

La banda de Joe Satriani en directo

Un repertorio de más de dos horas y media

Días antes de su concierto en la capital se anunció el adelanto de una hora del inicio de la actuación. Esto no debería ser reseñable pero lo menciono porque, aunque el motivo se me antojaba obvio, y no es otro que la hora de finalización de los conciertos en La Riviera, las consecuencias de no haberlo hecho habrían sido terribles e inaceptables. Y es que, de un tiempo a esta parte, en Madrid venimos sufriendo el recorte sistemático de muchos repertorios que en otras ciudades no sucede. La culpa siempre la tienen los horarios de las salas pero, sin negar esta evidencia, la solución a ese problema es sencilla y de sentido común, adelantar el inicio como hizo Satriani y la promotora. De este modo el público madrileño (y venido de otras regiones) no fue perjudicado y pudimos presenciar, íntegro, el inmenso recital de más de dos horas y media que el guitarrista está ofreciendo en esta gira. Que tomen nota el resto.


El bajista Bryan Beller
El bajista Bryan Beller

Los talentosos artistas de la banda de Satriani

La sala se fue llenando poco a poco hasta quedar abarrotada (tanto en Madrid como en Barcelona las entradas estaban agotadas) por lo que el ambiente era inmejorable para recibir a Satriani, que tan sólo demoró su salida tres minutos, siendo ovacionado con fervor al aparecer en el escenario tras haberlo hecho previamente sus compañeros de gira.

Para esta ocasión cuenta con el bajista Bryan Beller, como viene pasando desde 2013; el nuevo fichaje australiano Rai Thistlehwayte, que se encargó de los teclados y puntualmente de la guitarra (gran acierto en mi opinión que fuera multiinstrumentista); y a la batería otro músico que no necesita presentación alguna, el enorme Kenny Aronoff al que me encantó volver a ver demostrar su maestría a las baquetas. Con tanto talento junto en un mismo escenario nada podía salir mal pero si encima el sonido que tuvieron, desde el primer acorde hasta el último, fue simplemente perfecto el resultado sólo podía ser un concierto para enmarcar.

El guitarrista Joe Satriani en directo

Setlist compensado

Aunque el disco que venía a presentar era “The Elephants Of Mars”, la pandemia le impidió hacer en condiciones lo propio con “Shapeshifting”, su anterior esfuerzo, por lo que en realidad asistimos a un protagonismo compartido de ambos trabajos con cinco representantes cada uno de ellos. De hecho “Nineteen Eighty”, del disco de 2020, fue la elegida para dar comienzo a un concierto como decía sobresaliente que, independientemente del repertorio (creo que estuvo bastante compensado pero con tantos discos es muy difícil contentar a todo el mundo, como es lógico), no dejó a nadie disgustado a tenor de las caras que pude ver a mi alrededor y al salir de la sala al término del mismo.


Sahara”, con sus tintes arabescos, y “The Elephants Of Mars” fueron las siguientes en caer, y primeras representantes del último trabajo del guitarrista, antes de que se dirigiera por primera vez a nosotros presentando a sus compañeros sobre las tablas, cosa que haría en más ocasiones a lo largo del concierto dejando claro que no son meras comparsas para él, y haciendo algún breve chascarrillo. Estoy seguro que a ninguno de los presentes le importaba demasiado el repertorio porque todos los trabajos de Joe son sinónimo de calidad pero es imposible negar que algunos de ellos sean más del agrado de sus seguidores que otros.

Joe Satriani en vivo en Madrid

“Ice 9” supuso el primer cambio de guitarra, de los muchos que hubo a lo largo de la velada aunque siempre Ibanez en sus manos (faltaría más), y lo puso de manifiesto por la ovación recibida. Y es que considero que “Surfing With The Alien” es uno de los mejores discos instrumentales jamás compuestos. Hacia la mitad del tema ya pudimos observar un breve lucimiento de Beller y un pequeño duelo entre Satriani y Rai en el que iba uno repitiendo lo que tocaba el otro dejando claro que el guitarrista iba a dejar espacio a sus músicos y que hay muy buena sintonía entre ellos.

El grupo de Satriani en Madrid


Esto es otra cosa que me gustaría resaltar y que también aprecié en Steve Vai cuando le vi hace unos cuantos años, el protagonismo que le da a sus músicos en escena. Está claro que si tocas con uno de los mejores guitarristas del mundo tu nivel instrumental es excelso pero, y mira que las comparaciones son odiosas, lo voy a hacer. Cuando ves tanto a Vai como Satriani percibes una sensación de estar viendo a un grupo cohesionado, no a un guitar hero y sus mercenarios. Para mí esto es muy de elogiar porque es justo lo contrario que pasa cuando vas a ver a otro de mis guitarristas favoritos de siempre, Yngwie Malmsteen. El sueco es un genio indiscutible pero el trato déspota y de ninguneo hacía sus músicos acompañantes es lamentable y empobrece el resultado final de sus conciertos. Además, otra cosa que los diferencia totalmente es que, aunque se permita licencias en determinados momentos, Satriani clava cada nota de sus canciones mientras que Malmsteen improvisa y le da su toque en directo. Yo prefiero la fidelidad a la improvisación por lo que salí alucinado del concierto pero entiendo que eso ya son gustos personales.

Si “Surfing With The Alien” es de los favoritos de sus seguidores, “Flying In A Blue Dream” me atrevería a decir que no le va muy a la zaga y fue un placer escuchar “One Big Rush” con Rai dejando a un lado el teclado para colgarse por primera, pero no por última, vez una guitarra modelo ES-335 para acompañar al maestro. Se notó que estábamos en el final de la gira europea porque vi muy suelto al australiano y nada intimidado por tocar con quien estaba tocando. Muy buenas sensaciones y muy buena interpretación la de toda la banda.

Actuación del guitarrista Joe Satriani

Más canciones del presente de Joe Satriani

Tras un par de recuerdos al pasado, vuelta a temas más recientes con la sensacional “Thunder High On The Mountain”, en cuyo inicio Bryan incitó a dar palmas al respetable, la blusera “Blue Foot Groovy” presentada por el guitarrista y donde apareció por primera vez su mítica JS CR30 Chrome Boy para deslumbrarnos con sus destellos plateados y que nos acompañaría en el primer gran momento de la noche, la interpretación de “Flying In A Blue Dream”. Con una nave surcando la pantalla de apoyo que llevaba pudimos apreciar claramente cómo es de experto Satriani en la utilización del sustainiac, o lo que es lo mismo, una pastilla que le permite alargar las notas hasta donde quiera y cuyo recurso utilizó sabiamente durante todo el concierto pero que en este tema cobró especial notoriedad.

Con “Spirits, Ghost and Outlaws” el teclista volvió a hacerse cargo de la segunda guitarra y, hacía la mitad del tema, se les unió Bryan en el frontal del escenario dejando una bonita imagen para la galería apuntalando la sensación de unidad de la que hablaba antes desembocando en un final alargado de la canción.

La emotiva “Faceless” de su último trabajo relajó los ánimos antes de que la celebrada “Crystal Planet”, única representante del disco homónimo, nos devolviera la caña. Sin duda Satriani confeccionó el repertorio de una manera muy inteligente para que un concierto instrumental tan largo como el que dio no se hiciera pesado y fuera muy variado. Además, en mi opinión, juega con la ventaja de que, aunque sean temas instrumentales, el americano compone temas con estructura de canción y no meros ejercicios de virtuosismo sin sentido.

Tras una hora y cuarto aproximadamente llegábamos a uno de los momentos álgidos para muchos de los asistentes, para mí probablemente el que más, que diría OBÚS. Me refiero al viaje en el tiempo que supuso escuchar las primeras notas de “Summer Song” de esa joya llamada “The Extremist” y los recuerdos que me vinieron a la mente de la primera vez que vi el vídeo en la televisión. Impagable escuchar a toda la sala al unísono corear la melodía a pleno pulmón o dar palmas a petición del guitarrista como si no hubiera mañana. Una pena que sólo rescatara este corte del disco porque me hubiera encantado escuchar algún otro. Tal vez la próxima vez. Con ella se despidieron anunciando un descanso de quince minutos en los que pusieron fotos de Satch en la pantalla con fans y otros músicos y que la gente aprovechó para llenar los vasos, vaciar la vejiga, o ambas cosas seguramente.

Joe Satriani en concierto

La segunda parte del show

El solo de batería de Kenny Aronoff sirvió para iniciar el segundo bloque del concierto y, aunque demostró su buen gusto a la hora de ejecutar solos y la increíble pegada que tiene a sus setenta años recién cumplidos, no soy muy amigo de ellos y los cinco minutos que duró se me hicieron un pelín largos, pero entiendo que forma parte del reconocimiento de Joe hacia él y, desde luego, los he sufrido mil veces peores.

Tras volver a presentarle, Joe atacó una enérgica “Energy” antes de presentar una relajada y experimental “E 104th St NYC 1973” acompañada con imágenes en blanco y negro de la gran Manzana en pantalla y en cuyo final se quedó con esa pose tan suya en la que parece como si soplara el mástil de su guitarra.

Si encantándome la batería no me suelen decir gran cosa los solos de ese instrumento poco puedo decir del, animado eso sí, sólo de teclado por parte del australiano que prácticamente duró lo mismo que el del americano y en el que hasta consiguió que el respetable diera palmas. Bien por él pero todos queríamos ver de nuevo a Satch sacar otra guitarra, la JS1BKP en este caso, con la que abordaron una “Cool #9” en la que Bryan Beller abandonó de nuevo su lugar a la izquierda de la batería para acercarse al frontal del escenario y compartir con el jefe las miradas del público. Está claro por qué confía el neoyorquino en el bajista de THE ARISTOCRATS (entre otros proyectos) desde hace una década. Se entienden a la perfección y sabe perfectamente cuál es su lugar en todo momento.

Me resultó curioso que, en el punto del concierto en el que estábamos, interpretara tres cortes de “Shapeshifting” seguidos. “Ali Farka, Dick Dale, an Alien and Me” fue el primero, con esa hipnótica melodía y la percusión de Aronoff machacona de fondo, empalmada con la que le da título y cerrando con una emotiva “Teardrops” que enmudeció la sala y cuya preciosista melodía aún resuena en mis oídos. De este modo cerraba la presentación tardía de su penúltimo disco y arremetía con “Luminous Flesh Giants” ante una sala algo contenida sabedora de lo que se nos venía encima…

Una pequeña improvisación de Satch nos condujo al júbilo al reconocer qué tema venía a continuación. No era otra que la genial “If I Could Fly”, de aquel ya lejano “Is There Love In Space?” de 2004, en la que Rai se colgó una Stratocaster roja para aportar sus acordes a la composición y cuya melodía central fue coreada con fervor. Otro gran momento que, sin embargo, se vio en parte eclipsado por la genial “Always With Me, Always With You”, presentada por el guitarrista que se colgó la JS2480 roja para afrontar la recta final de este tramo, coreada de nuevo a rabiar por la audiencia y donde Aronoff demostró que no es sólo tiene pegada sino que también puede ser sutil cuando es preciso tocando una especie de maraca plateada.

Con público y banda desatados llegábamos al final del segundo tramo con la famosísima “Satch Boogie”, que provocó la locura generalizada en una Riviera de la que ninguno nos queríamos ir a pesar de llevar, entre unas cosas y otras más, casi dos horas y tres cuartos. El maestro volvió a presentar a sus compañeros mientras todos se despedían y eran ovacionados con los ya típicos “oooeeee, oooeee, ooeee, oooeeeeee” atronando los oídos de los músicos pidiendo su vuelta a escena para rematar la faena.

El excelso punto y final de Satriani en Madrid

Poco tardaron en reaparecer para encarar una soberbia “Chord Chant” con Bryan Beller animándonos a dar palmas, Rai bailando desmelenado (literalmente se soltó el pelo) y la audiencia repitiendo los fraseos iniciales que la JS CR30 Chrome Boy de Satriani escupía y hasta las partes de teclado del australiano. La comunión entre el grupo y el público fue total y absoluta y en los rostros de los músicos, ya mucho más relajados, se veían sonrisas de oreja a oreja. Una auténtica fiesta que, no iba a terminar sin que surfeáramos todos con un alien. Imágenes del superhéroe de Marvel Silver Surfer (levemente diferentes a las originales por temas de derechos de autor según he leído) en la pantalla acompañaron al tema título de su disco multiplatino (cuando eso significaba de verdad algo), la banda dándolo todo al borde del escenario, Rai de nuevo con la ES-335 y todos disfrutando de un inmejorable colofón a un concierto estratosférico al alcance de muy pocos.

Joe Satriani

No sé si mi camino se volverá a cruzar con el de este genio pero lo que tengo claro es que, sin ser un seguidor acérrimo de la música instrumental ni de los guitarristas, el concierto ofrecido por este alienígena de las seis cuerdas estará entre los mejores que veré este año, sin duda. Es difícil pedirle más a un músico o a una banda que lo que nos ofrecieron en Madrid y, me consta, que fue lo mismo en el resto de fechas españolas y europeas. Yo soy de patinar pero si hay que surfear, se surfea, y si es con Joe Satriani, mejor que mejor.

Crónica y fotos de David Ortego.

Más información sobre Joe Satriani en su página de Facebook.

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