STILLNES - Sin Destino

STILLNES no es la banda más rápida del universo, ni la más técnica. Ni siquiera es una banda que haya logrado acaparar los focos con su anterior lanzamiento, “Prisión Del Miedo”, pero una vez más, y sin hacer mucho ruido, el cuartero de Azuqueca De Henares se ha sacado de la chistera un buen trabajo. Quizá, el mejor que ha editado el combo thrasher de los dos largos que comprenden su hasta ahora breve discografía.

Con nuevos cambios en el seno de la formación, lo que ha propiciado la entrada de Jesús San José como guitarrista y de Quique Moreno en las labores de cantante y bajista, la banda nos trae, cuatro años después de su última entrega discográfica, “Sin Destino”, un trabajo registrado en los Ultrasound Studios de Moita (Portugal) a los mandos de Nuno Pardal y Hugo Andrade, a los cuales ya hemos visto trabajar previamente con bandas de la talla de ANGELUS APATRIDA.

El compacto da comienzo con una leve introducción que da paso a “Sin Destino”, un tema avasallador que se alimenta de un riff contundente y de una letra idónea para los tiempos que corren a nivel mundial, especialmente en países como España. Por su parte, “Obsesivo” es menos vertiginoso, menos thrasher digamos, y se sustenta en un estribillo que entra con facilidad y en los diversos punteos de guitarra que hallamos en los sucesivos puentes que hay entre las estrofas.


“Entre Ruinas” vuelve a dejarse caer de lleno en la faceta más veloz y virulenta del género, echando un poco el freno en el machacón estribillo, coreado al unísono.

Escuchado este primer tercio del trabajo, se percibe a la perfección las diferencias cualitativas entre el sonido que ofrece este y el que poseía el anterior largo del cuarteto. A pesar de ser un sonido bastante estandarizado y que, a día de hoy, muchas bandas demandan, es bastante funcional y representa mejor y con un acabado más profesional el cometido de formaciones como STILLNES, esto es, darle un brochazo de potencia y definición a sus canciones. Reconozco que me gustaba el sonido de “Prisión Del Miedo”, el anterior trabajo de STILLNES, más cazallero, discreto y repleto de brotes de mala uva, pero en el caso que nos ocupa, los temas ganan muchos enteros y no creo que el asunto dé lugar a un debate.


“Divino Inferno” da comienzo con una guitarra española que coquetea con el flamenco para estallar rápidamente en una burbuja de groove machacón apoyada en la voz penetrante de Quique, más gutural que nunca, lo que me lleva a acordarme de los primeros KOMA. A su vez, el Thrash más impulsivo y recrudecido retorna en “Guerra Pacífica”, una pieza dotada de una letra ácida y crítica que se ve bien defendida por los coros más salvajes de todo el compacto.

“Esperanza”, ya en el tramo final del trabajo, es el único tema instrumental que hayamos en el mismo. Estamos ante una pieza pausada, melódica, amparada en unas guitarras bien armonizadas que nos dibujan una melodía pegadiza y coreable que va in crescendo sin dejarnos en el camino excesivas florituras.

Con “Pesadilla Nuclear” llega el momento cover. Para la ocasión, el cuarteto de Azuqueca ha optado por versionear el clasicazo de OBÚS, una elección muy apropiada si, ya de por sí, la canción es de las más rapiditas que nos ha dejado la banda de Fortu y Paco Laguna a lo largo y ancho de su discografía. La suma de los factores “apuesta por la velocidad” y “sonido corpulento” nos lleva a obtener como resultado final una versión perfectamente solventada y finiquitada.

“Veneno Y Gas”, como el propio título indica, cierra el trabajo de un modo criminal y mordiente, a base de riffeados rompedoesr, coros ensordecedores y un ritmo incesante que no decae en ningún momento. Gran tema para ponerle el candado al compacto.


Todos sabemos que son pocas las bandas que apuestan por el Thrash Metal con letras en castellano. Esta modalidad, casi en vías de extinción, resulta esencial en el género si pretendemos que siga habiendo una alternativa musical dentro del estilo de marras distinta y con su propio sello, sus coordenadas y su metodología particular a la hora de elaborar canciones que casen con el idioma de Cervantes. Los gaditanos DIABOLUS IN EXTREMIS, DEMONIK o los aquí tratados STILLNES son algunas de las bandas que siguen manteniendo avivada la llama del Thrash Metal hispanoparlante, y es que hay que limpiarse de prejuicios, dejarse de comparaciones, de mirar lo que hay una vez cruzado el charco y darse cuenta de una vez por todas de que esto no es el malencarado Thrash alemán y que nos queda muy lejos la Bay Area norteamericana. Esto es, simple y llanamente, Thrash Metal facturado en la península Ibérica y cantado en castellano. Otro modo de entender y enfocar el género.

 

Jorge Osoro

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