SVIPDAGR - Black Verses

Nacidos a principios de 2013, de la mano de personas implicadas de una u otra manera en los subsuelos del extremismo metálico, SVIPDAGR debuta con “Black Verses”, con la firme convicción de no crear nada nuevo, sino disfrutar con lo que sus dos componentes, Volundr y Funedëim (a los que se les añade Thanatos tras los parches con posterioridad) mejor saben hacer: regocijarse en la frialdad, la malevolencia y el sonido crudo e incisivo del Black Metal en su más primitiva y nórdica concepción. SVIPDAGR es al Black Metal, lo que el café con leche al desayuno: No busques más allá de lo básico del género, de los ingredientes necesarios para que obtengas un brebaje tan predecible como estimulante.

Desde el principio, tras la intro “tormentosa” de rigor, uno se da cuenta de que SVIPDAGR no hará concesiones fuera de un género tan cerrado como adictivo para los que disfrutamos de estos sonidos afilados y fríos como el cuchillo más resplandeciente. La voz de Funedëim no hace sino confirmar nuestras sospechas, puro IMMORTAL en sus primero años, al mismo tiempo que la producción primitiva y cruda (pero ojo, audible y disfrutable, que lo uno no está reñido con lo otro) nos hace pensar que “Black Verses” será un disco inmovilista, predecible, pero también, en cuanto se haga con un poco de convicción y consciencia de lo que se busca, muy apetecible.

Efectivamente, ni coros, ni aderezos, ni momentos más acústicos y épicos, desvían la atención de la base que sustenta el universo de “Black Verses”: momentos paganos a lo KAMPFAR, composiciones extendidas, pero también incisivas, efectos adicionales para incrementar la claustrofobia y la frialdad… y la crudeza, pero al mismo tiempo grandilocuencia de BATHORY, IMMORTAL o los primerísimos SATYRICON. Nada nuevo bajo el sol pero ¿Funciona? ¿No suena a un pastiche más de aficionados? Pues sí, funciona y las tablas y el gusto personal de los miembros de SVIPDAGR son el principal sustento de “Black Verses”.


Eso sí, no todo son palabras de alabanza ante esta propuesta. Hay que dar margen de mejora, y dejando a un lado que la propuesta es la que es y no dará más de si, se podrían pulir ciertos detalles. En el apartado de la producción, no hay que buscar los tres pies al gato: aquí encontrarás crudeza y poco efectismo sonoro, no por falta de medios, sino por convicción. Temas veloces, afilados y cargados de mala leche como la apertura de “Black Verses For Black Souls” o el excepcional y altamente estimulante “Ego Sum Lux Mundi (I’m the Light of the World)”, ganan con esta producción de “baja fidelidad”, ya que de lo contrario sonaría demasiado artificial. No obstante, desde el principio tuve problemas con un elemento: la batería. Me parecía demasiado acaparadora, como si el doble bombo se comiera el tono más elevado de las guitarras y los platos quitaran protagonismo a la epicidad. Es cierto que con el tiempo, este problema se ha ido mitigando, pero no estaría de más buscar un sonido de parches algo más coherente con el resto.

 


El otro lado, tenemos los elementos de “aderezo”. Es decir, pasajes acústicos de naturaleza pagana, melodías épicas de ascendencia vikinga y algún que otro sampler de ambientación. Los dos primeros elementos funcionan en general bastante bien, sobre todo cuando son detalles adicionales y no el motivo principal de las composiciones (en este sentido “Infighting, Evocation to Black Metal II” me suena un tanto repetitiva), pero el tercero de los citados patina un poco, especialmente en un tema, “In The Darkness Of Faith”, donde el sampler de ambientación sacrílega se repite un poco hasta la saciedad y acaba por interferir en exceso. Afortunadamente, la base musical del tema es muy buena y su continuidad con “Slaves Of The Sword Without Edge”, cierre antes de la outro final en forma de halo de magnificiencia y frialdad nórdicas, conforman un buen punto y seguido para este trabajo.

SVIPDAGR no inventa nada, pero no es su pretensión. Limando asperezas propias de un debut, se notan las ganas y la convicción en sus propios planteamientos de los componentes del grupo. “Black Verses” no ganará acólitos a la causa Black Metal, tampoco sorprenderá a nadie, pero es muy disfrutable y está lleno de buenos momentos e ideas. Suerte en el camino.

 

Raúl Ureña

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