THE NAME - Identidem

Decía Camilo José Cela que en esta vida el que resiste vence. Lo tenía escrito en latín en la entrada de su casa en Iria Flavia y grabado a fuego en su corazón . Hizo de ese lema el motor de su vida y peleó contra viento y marea hasta lograr el reconocimiento universal. La palabra que define esa actitud vital es “perseverancia” e “Identidem” el término latino que mejor sirve para definir a aquellos que no cejan jamás en el empeño de luchar por sus sueños. Y esa es la batalla de THE NAME.

Formado en 2003, el grupo vizcaíno se ha labrado una sólida reputación de grupo luchador que ha demostrado su valía con la misma convicción tanto en los más humildes escenarios como en los grandes eventos y concursos en los que ha participado. Tras dos discos que marcaron una clara evolución al alza, retornan totalmente renovados con “Identidem”, su nueva obra bajo el brazo. Digo lo de la renovación porque sólo Guillermo Fernández continúa como nexo de unión con el pasado de una banda que, a pesar de los cambios, ha demostrado una coherencia evolutiva total. THE NAME va a más y los diez temas de “Identidem” así lo aseveran. Va a más en contundencia, en melodías, en arreglos, en fuerza escénica y en la calidad artística de su oferta musical. Estamos ante genuino HEAVY METAL, así, con mayúsculas. Metal actual que bebe de fuentes añejas pero que se arropa de vestimentas sonoras sofisticadas cuando la composición lo requiere o que va a degüello a golpe de riff salvaje y ritmos trepidantes si lo que toca es romper cuellos con Metal directo y sin compromisos. Porque si una palabra define “Identidem” esa es variedad; variedad de registros, de sonoridades y de tonalidades. Siempre en la senda del Metal más poderoso y siempre comandados por el buen gusto en las melodías y la fuerza en las estructuras rítmicas, apoyado todo ello por una producción directa y brillante lograda en los Buda Estudios de Javi Mesa, responsable también de “...As We Are”, su anterior trabajo.


El arranque nos lo ofrece THE NAME a golpe de ritmo cabalgante y riff trompicado que sirve de perfecto colchón para el agresivo ataque vocal de Guillermo. En “Si No Hay Perdón” la base rítmica de Andrey Aza (bajo) y Roberto Orruño (batería), dos de las nuevas incorporaciones a la banda, es abierta y firme, con amplios huecos para que la guitarra de Javier Caldito pueda desgranar solos rápidos, efectivos y llenos de melodía. El tema te entra como un tiro entre los ojos y sacude tu conciencia hablando del dramático tema de los niños-soldado. Una de las más claras influencias de THE NAME siempre ha sido el Metal oscuro y épico de PARADISE LOST. Esto no es en absoluto un déficit en el bagaje musical del grupo; la influencia sirve de inspiración, no de copia y “Aquella Vez” es un verdadero himno metálico forjado a golpe de riffs oscuros, guitarras dobladas que marcan la melodía principal y voces exultantes. Todo un canto a la hermandad que une a THE NAME con sus fans, el tema se ennoblece aún más si cabe merced al soberbio solo de Javier Caldito, un fantástico guitarrista de gusto refinado que exhibe una técnica deslumbrante que, sin embargo, no ensombrece el sensacional sentido de la melodía que se aprecia en todos sus solos. El riff cortante de “Injusto Final”, bebe de maestros del género como METALLICA o METAL CHURCH. Los que conocéis bien a estos grupos ya sabéis a qué me refiero: son riffs afilados y contundentes que te impulsan a sacudir la cabeza sin remisión. De nuevo hay que destacar la labor de Javier Caldito, que remata de manera brillante e imaginativa un solo corto y directo que aparentemente no tenía mucho recorrido pero que resulta ser uno de los más sorprendentes del disco.

Uno de los sellos de identidad de THE NAME es la voz de Guillermo Fernández. Su trabajo en “Identidem” es sencillamente brutal. No sólo porque su voz ha ganado en matices: enronquecida y cortante cuando el tema lo requiere, suave y sutil cuando de expresar sentimientos profundos se trata. Un claro ejemplo de esta versatilidad es “Contemplándote”, una canción que arranca acústica, minimalista y casi desolada y que va endureciéndose a golpe de riffs secos y cortantes sobre los que planea majestuosa la voz de Guillermo abriéndose camino hacia el tramo más potente de un tema compuesto tras la estela creativa del añorado Ronnie James Dio. Los seguidores del Metal clásico van a disfrutar de lo lindo con “Identidem”, porque todos los matices que desde los ochenta hasta la actualidad han ido añadiéndose a la “categoría original” tienen cabida en este entretenidísimo disco. “Mi Realidad” no solo marca el ecuador del disco, es también uno de los temas más épicos de este tercer trabajo de THE NAME. Estamos ante una canción que nos habla del conflicto de Oriente Próximo desde la perspectiva de un fotógrafo de guerra que presencia el horror de la guerra. Como veis, la diversidad alcanza también a la temática de las canciones y eso es la mejor garantía para mantener la atención hasta el final. El ritmo sincopado de “Tu Realidad”, se complementa con el gran trabajo de Roberto Orruño, un batería de corte clásico, gran pegada y gusto refinado en los arreglos. El ataque vocal de Guillermo es verdadero sensacional y la expresividad de su voz se adapta como un guante a un tema dramático como pocos donde el grupo ofrece su lado más oscuro.

THE NAME ha sido siempre un grupo dado a la melodía y “En Te Fuiste Y Fin” esto es aún si cabe más evidente por cuanto estamos ante la primera balada pura y dura compuesta por el grupo. En el arranque del disco destacan especialmente los arreglos de bajo de Andry Aza, otra de las nuevas incorporaciones. Su trabajo es sutil y efectivo, dotando al tema del color y del calor que la melancólica letra requiere. Previo al clasicista solo de guitarra nos encontramos con un endurecimiento notable de un tema que aquí y allí regala pinceladas de regusto clásico a lo SAVATAGE, con un Guillermo desatado en el tramo final subiendo hasta la estratosfera vocal con solidez y expresividad. El primer videoclip grabado por THE NAME es para uno de los mejores temas del disco: “Rezar Por Ti”, un cañonazo de puro Metal que se adorna con guitarras melódicas y se sustenta sobre un andamiaje rítmico verdaderamente potente. Un tema soberbio que recuerda a los METALLICA más cañeros del “Black Album”, con ese sonido crujiente y directo que hace que no pares de sacudir la cabeza de principio a fin.


La tripleta final de “Identidem” es de verdadero infarto. Parece como si el grupo hubiera decidido destapar el tarro de las esencias en los tres últimos temas. “En Ese Lugar” emocionará especialmente a aquellos que han perdido a un familiar cercano o a un amigo al que uno quisiera dirigirse para hacer las preguntas que todos nos hacemos en lo más profundo de nuestras almas. Lo profundo de la temática parece marcar la clave de un tema que ofrece sonidos oscuros, riffs enormes y matices acústicos que expresan los sentimientos encontrados de quien aborda la incertidumbre del más allá y el desolador sentimiento de pérdida de los que nos quedamos tras las estela de los que nos dejan. El tema es de los que se graban a fuego en el corazón y nos ofrece, además, uno de los más emotivos solos de guitarra de todo el disco, clásico en la ejecución y melódico en su estructura. Si hay una banda que vertebra el sonido de THE NAME, que insufla vida a cada acorde, a cada matiz de la banda, esa es BLACK SABBATH. Esto, que podría parecer una obviedad porque hoy por hoy no hay banda de Heavy Metal que no reconozca su influencia, es más que cierto en el caso de “Jack”, la canción más larga, épica y contundente de todo el disco. La figura del despiadado y legendario destripador protagoniza una declaración de culpabilidad y desesperación que hace que todo el tema se cubra con un manto de oscuridad sonora total. El interludio acústico nos retrotrae a los SABBATH de “Sabbath Bloody Sabbath”, mientras que el tema es mayoritariamente tributario de la mejor época de Tony Martín en las huestes de los pioneros de Aston. El ambiente enfermizo y obsesivo del tema, con guitarras lánguidas y ritmos cadenciosos, se torna en frenesí y delirio musical cuando se rompe el ritmo, se encara el tramo final y el demoníaco asesino corre tras su víctima una vez más para dar cumplimiento a la maldición que sella su propio destino y el de sus victimas. Un tema, en definitiva, complejo, largo y denso que apasionará a los fanáticos de los sonidos más oscuros y tenebrosos. La guinda del pastel la pone uno de mis temas favoritos de toda la carrera de THE NAME. “Almas Que Se Van” es un canto apocalíptico a la desolación post-nuclear que nos ofrece puro Metal directo a la yugular. Una vez más la firme voz de Guillermo capitanea un tema que, de nuevo y esto es un a constante en el disco, se abre a pasajes más remansados de corte acústico y matizado justo antes de que explote el salvaje solo de guitarra de Javier Caldito, pura adrenalina sonora en la línea de lo hecho por Glenn Tipton en “Painkiller”. El mejor final para el mejor disco del panorama local vizcaíno en lo que va de año. Un ejemplo de trabajo, honestidad y fe en uno mismo que ha resultado en un disco ameno, variado, potente, y, sobre todo, emocionante. No cometas el error de perdértelo.

Carlos Fernández

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