THE TANGENT - COMM

Nacido en el norte de Inglaterra a finales de los 70, THE TANGENT es uno de los grupos más peculiares del Rock Progresivo británico y europeo de los últimos años. Su carácter pionero se aprecia en detalles como el hecho de que fue el primer grupo que subió un archivo MP3 a Internet en 1996, pocas horas después de que el “Fraunhofer mp3 codec” fuese creado. También fue el primero en grabar un disco directamente a través de la red con músicos suecos a los que ni siquiera conocían en persona. Para rematar la jugada, “COMM”, su sexto disco para InsideOut, incluye un solo que fue seleccionado de entre los cientos que enviaron sus fans y que fue votado por ellos mismos a través de Internet. Está claro que la banda del teclista y cantante Andy Tillison, único superviviente de la formación original, es un ejemplo de formación comprometida con la innovación, la tecnología y el progreso musical.

Con estas premisas está claro lo que nos vamos a encontrar en “COMM”: Rock Progresivo de altísimo nivel primorosamente urdido en lo creativo y brillantemente interpretado por músicos experimentados. Esto salta a la vista en el colosal tema de apertura: “The Wiki Man”. Más de veinte minutos de genialidad musical donde las guitarras del jovencísimo Luke Machin sorprenden por su tremenda versatilidad y su técnica depurada, que va desde la rapidez de Allan Holdsworth a la frescura de Andy Latimer, pasando por la innovación de maestros de la talla de Steve Vai. Las influencias más notorias son abiertamente confesadas por ellos mismos con naturalidad y es que es innegable decir que CAMEL, YES, GENESIS y PINK FLOYD son los verdaderos maestros de THE TANGENT, un grupo valiente que brilla con igual intensidad en los pasajes pausados, casi minimalistas, como en los arranques más rockeros. Solos de teclado, de saxofón y flauta (la influencia de JETHRO TULL es también innegable) a cargo de Theo Travis se entrelazan con brillantes solos de guitarra que van poblando la extensa partitura con desarrollos melódicos influenciados por el Jazz-Rock, el Rok Progresivo y la fusión musical entendida en el sentido más amplio. Los pasajes más pausados, que descansan sobre los elaborados teclados de Tillison, se nutren de arreglos armónicos muy complejos donde el bajo de Jonathan Barrett tiene espacio para empastar bellos solos y arreglos de “fretless bass” que edulcoran el sonido con notas largas y profundas. Todo un reto para los no habituados a estos formatos y un deleite para quienes piensan (pensamos) que la música es una puerta abierta a lo desconocido.


Más corto y abarcable es “The Mind's Eye”, que pese a sus ocho minutos y su aire aparentemente opresivo tiene arranques brillantes como el “crescendo” que antecede a los abrumadores solos de guitarra y teclado de Luke Machin y Andy Tilliman: todo un prodigio de rapidez y técnica. Tal vez lo único reprochable será que las voces de Tilliman y Barrett no tienen mucho recorrido a pesar de que saben sus limitaciones y en ningún momento los sobrepasan; pero está claro que un vocalista más versátil habría sacado más partido a las bellas melodías vocales que abundan en este disco. No obstante, los pasajes en los que el Hammond toma el protagonismo para empastar el sonido es imposible no acordarse de “Thick As A Brick” de JETHRO TULL así como el tratamiento de las líneas de voz tiene mucho de lo mejor de PINK FLOYD. Como veis está claro que estamos ante herederos directos de la “creme” de lo mejorcito del Progresivo de los setenta. Esto es también visible en “Shoot Them Down”, un pausado ejercicio de introspección musical donde los teclados acolchan todos los demás instrumentos convirtiéndolos en una marea de sonido que fluye calmada. Aquí no puedo dejar de acordarme del legendario “No Quarter” de LED ZEPPELIN o de los momentos más calmados de “The Wall”, a ello también contribuye el emotivo solo de guitarra de Luke Machin, un verdadero descubrimiento que lo mismo acaricia notas de gran sentimiento que ametralla notas punzantes con una destreza sobrehumana. La flauta “Tulliana” de Theo Travis y el Hammond de Tilliman nos vuelve a sumergir en el lado más rockero y setentero de THE TANGENT, en “Tech Support Guy”, un tema en el que la letra nos habla de las vicisitudes de las giras y de todas las personas y circunstancias que pululan en torno a un concierto de Rock. El aire irónico de las letras se traslada a la forma de cantar de Tillison, que casi muerde las palabras de pura rabia, algo que se contrapone al continuo progresar de los teclados y las flautas que traman una urdimbre sonora verdaderamente asombrosa.

La pieza que cierra el disco merece párrafo aparte. “Titanic Calls Carpathia” nos habla, inicialmente, del hundimiento del Titanic, la noche del 14 al 15 de abril de 1912. En breve se cumplirán 100 de uno de los desastres más grandes (si no el más grande) de la navegación civil del último siglo. Más de mil quinientas personas fallecieron en las gélidas aguas del océano atlántico y el dramático llamamiento que el Titanic hizo al Carpathia, el barco más cercano que se encontraba en ese momento y que salvó la vida de centenares de personas, es el tema principal de una composición larga, elaborada y deslumbrante que evoluciona haciendo un recorrido por todos aquellos momentos de la historia reciente de la humanidad en que la comunicación ha servido para salvar vidas. Musicalmente estamos ante una obra magna donde los largos desarrollos melódicos se acompañan de solos de guitarras armonizadas (es asombroso el control del volumen de Luke Machin) teclados y flautas que dibujan momentos de verdadera inspiración compositiva que se salpican de momentos de mayor arranque rítmico, como el que arropa el bello estribillo que da unidad a toda la partitura. Al final, tras hablarnos de incidentes como el del Apollo XIII o más recientes acontecimientos en los que las telecomunicaciones han sido cruciales en el desarrollo de los acontecimientos THE TANGENT reflexiona sobre la urgente necesidad humana de comunicarse. Si somos seres humanos, resumen, es porque somos seres comunicativos y cuanto mejor y más nos comuniquemos, más y mejores seres humanos seremos, vienen a concluir.

Gran disco, pues, este “COMM”, que resulta ideal para días de lluvia en los que la prisa no nos atenaza y podemos abrir una ventana a la reflexión y a la tranquilidad. Ah, y al buen Rock Progresivo, claro está.


 

Carlos Fernández

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