TONY MILLS - Over My Dead Body

Creo en el amor a primera vista. Al menos, musicalmente. Hay discos que desde su primer acorde te cautivan. Pues bien, con este “Over My Dead Body” pasa más bien lo contrario: hay que vencer una primera impresión general desfavorable para poder disfrutar de sus temas más logrados en escuchas posteriores.

Este cuarto disco en solitario de TONY MILLS, "Over My Dead Body", no es fácilmente digestible. El vocalista ha optado por alejarse de las fórmulas de sus bandas (SHY, TNT) y sustituirlas por un enfoque más personal. El cantante británico ha introducido en las canciones de este disco elementos más pesados y duros con un enfoque atrevidamente progresivo. Ya sabes lo que esto significa: emoción para uno, bostezos para otros.

Este enfoque resulta más evidente en temas como “Gate 21” o “28 Flights”, están construidos sobre cambios de ritmo e incluso de género que descolocan en la primera escucha. Otras canciones parecen encuadrarse en el Hard Rock más oscuro de los EUROPE renacidos tras “Start From The Dark”. Es el caso de “Time Won’t Wait”, que se queda a medio camino entre este estilo y los BLACK SABBATH más ligeros.


Si vences esta reticencia inicial y le das una segunda o tercera oportunidad al disco irás descubriendo las grandes joyas del álbum como “No love lost” o “Northern Star” que, curiosamente, son las de tipo más AOR.

“4 In The morning” recuerda a los DREAM THEATER del “Images And Words”, a los QUEENSRYCHE de “Operation Mindcrime” o a los distintos proyectos de ARJEN ANTHONY LUCASSEN. Un tema progresivo pero con un atractivo toque AOR en su sencillo y pegadizo estribillo. “We Should Be On By Now” por su parte recuerda a los SAVATAGE más épicos de aquel “Streets” de 1991.


La influencia de QUEEN también aparece  recurrentemente, de modo en “Bitter Suite”. Este tema suena casi exclusivamente “a capella”, con un coro de voces arropado solo por un colchón de teclado. Te podrá recordar a “Prophet Song” de QUEEN o a los STYX de “Mr Roboto”.

La banda de BRIAN MAY y FREDDIE MERCURY vuelve a mostrar su influencia en la canción que cierra el disco, “Free Spirits”. Este tema recoge la tradición clásica de incluir un tema épico-melancólico para despedir el álbum. Es un tema que no desentonaría al lado de “Save Me” de QUEEN, “We Wish You Well” de WHITESNAKE o “Soldier Of Fortune” de DEEP PURPLE.

Este “Free Spirits” sea quizá la muestra más evidente del gran estado de forma de TONY MILLS. Pero además el cantante se hace acompañar de un impresionante elenco de músicos entre los tenemos a Paul Sabu (ONLY CHILD), Robert Sall (W.E.T., WORK OF ART), Andreas Olsson Passmark (ROYAL HUNT, DIVINEFIRE, NARNIA) o Victor Borge (TNT) por citar solo a unos pocos.

Si solo esperas singles de fácil escucha no pierdas tu tiempo con “Over my dead body”. Sin embargo si estás dispuesto a vencer la primera impresión y no desanimarte con elementos poco frecuentes en el HARD ROCK melódico encontrarás canciones con la suficiente energía como para ganarse tu atención.

Brave Sir Robin

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