WOLF resucita sus mejores momentos en "Shadowland", su noveno disco

Shadowland: Disco de Wolf
Portada de Shadowland, obra de Thomas Holm

Experiencia y frescura al servicio del Heavy Metal en "Shadowland"

WOLF se resiste a caer en el olvido y con su noveno disco, “Shadowland”, repite con los ingredientes de Heavy Metal tradicional ya vistos en todas sus anteriores entregas. Los elementos referentes a la imagen (letras con temática fantástica y terrorífica, la portada -otra vez- de Thomas Holm…) junto con las cuestiones meramente musicales siguen haciendo de WOLF lo mismo que empezó siendo allá por 1995.

Esa cabezonería es tan romántica y admirable como limitada: a pesar de tantos esfuerzos en tantos años, los suecos nunca han podido traspasar con suficiente fuerza la barrera del underground, porque aunque la mayoría de sus lanzamientos han sido notables cualitativamente, el reconocimiento no ha ido en modo parejo. Famas estériles aparte, en los últimos trabajos la inspiración de WOLF cayó un tanto, pero precisamente en este “Shadowland” es donde recuperan por momentos ese punto de frescura y la emoción de discos ya míticos como su debut homónimo o su segunda obra “Black Flame”, y de ahí todo lo que parieron hasta “Ravenous”.

Lo que fueron ofreciendo posteriormente a esa era dorada estuvo bien, pero se apreciaba la dificultad de reinventarse a sí mismos, algo que se notó en el lanzamiento de “Feeding The Machine” (motivo por el que pudimos entrevistar a WOLF) pero es una tendencia que cambia precisamente ahora. No nos equivoquemos, porque en “Shadowland” no ha habido un cambio radical de dirección o un cataclismo estilístico, más bien al contrario, como decía al principio este disco es simplemente una reafirmación de su esencia más primitiva. La diferencia con respecto a anteriores trabajos es que los suecos han subido la media, superando esta grabación con más atino compositivo.


WOLF reverdece sus viejos laureles gracias a la inspiración

La mayor cuota de calidad la han alcanzado en “The Time Machine” (por su interesante melodía vocal) y en “The Ill-Fated Mr. Mordrake” (por lo vicioso de sus guitarras) a simple vista, pero los riffs que definen al resto de canciones y habían quedado relegados a un segundo plano van aflorando y tomando interés con cada escucha. Por ejemplo, “Evil Lives” o la canción que bautiza a este álbum tiene un sabor añejo total, pudiendo haber formado parte de trabajos clásicos como “Evil Star”. Tampoco le van a la zaga la frenética “Dust” (uno de los escogidos como singles) o “Visions For The Blind”.

Si alguien se había desconectado de WOLF en los últimos discos creo que le será fácil volver a sintonizar con la propuesta del lobo nórdico gracias a “Shadowland”. Dadle una oportunidad y disfrutad sin ataduras de algo tan manido como bien llevado a cabo: Heavy Metal sin demasiados calificativos, simplemente divertido (como si realmente fuera fácil, cuando es lo más complicado), efectivo, con su punto de oscuridad, y bastante inspirado.


Discográfica: Century Media.

Más información en el Facebook de WOLF.

Reseña
Nota
8
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Empecé a escuchar Heavy Metal en 1995 y con el paso de los años fui ampliando el espectro ahondado en el Metal Extremo, pero nunca olvidando esas raíces. Llegado el momento, sentí que aquello no era suficiente, empezando a involucrarme más en la escena con el periodismo musical desde 2005.
wolf-shadowland-criticaWOLF regresa por sus fueros. Su noveno disco “Shadowland” devuelve a esta veterana banda de Heavy Metal a la senda de la inspiración, que había bajado unos peldaños en sus dos anteriores trabajos.

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