Y&T - Live At The Mystic

Hubo un tiempo en que los discos en directo significaban muchas cosas para la carrera de una banda. Por una parte, eran un hito, algo esperado por los seguidores como colofón a una gira mundial exitosa; por otra, también suponía el fin de una etapa y el comienzo de otra, no necesariamente distinta pero sí un punto y seguido para continuar en la brecha. No hace falta tirar de hemeroteca para recordar la trascendencia de “Made In Japan” de DEEP PURPLE, “Strangers In The Night" (UFO), “The Eagle Has Landed” (SAXON) o “Live After Death” (IRON MAIDEN) por nombrar tan solo algunos ejemplos que están en la memoria colectiva de cualquier aficionado medio al Hard y el Heavy. Incluso, existía el morbo, con acusaciones de partes regrabadas de álbumes en vivo como el “Live And Dangerous” de THIN LIZZY o “Unleashed In The East” de JUDAS PRIEST, irónicamente rebautizado por sus críticos como “Unleashed In The Studio”.

Los tiempos no siempre cambian a mejor y, en este asunto de los directos, el asunto ha degenerado sobremanera. Ahora, este tipo de obras solo sirven, como mucho, de acompañamiento al DVD de turno, y no solo hay partes retocadas en el producto final sino que se asume como normal, por una amplia mayoría del público, la utilización de samplers, coros o guitarras lanzados sin pudor desde la mesa de mezclas por los técnicos de las bandas, cada noche que saltan a un escenario. Es decir, la magia de estas ediciones se ha perdido por completo y suelen pasar sin pena ni gloria, o casos como IRON MAIDEN o MANOWAR, son motivo de escarnio por la reiteración del DVD (RUSH también lo hacen pero la diferencia de calidad de las giras de estos respecto a lo antes mencionados es abismal).

En este contexto, Y&T lanzan un doble directo a la antigua usanza. Concierto completo y sin un DVD como principal reclamo, algo que ya hicieron en 2007 con “Live. One Hot Night”. Con Dave Meniketti ni puedo ni quiero ser objetivo. Ver a este tío encima de las tablas, deleitarse con su voz y el feeling que posee cuando toca la guitarra, es algo inigualable. En mi opinión, solo la diversión y profesionalidad que SAXON proporciona está a la altura del veterano músico de San Francisco. “Live At The Mystic” es, ante todo, un reflejo de lo que es Y&T. No hay trampa ni cartón. En un local habitual, llevan más de una década cumpliendo una cita anual en el Mystic Theater de su ciudad, ofrecen un show que sobrepasa las dos horas.


Además, como anticipaba, no hay aditivos ni colorantes. Lo que desplegaron aquellas dos noches con el aforo vendido es lo que puedes oír en “Live At The Mystic”. Es una grabación bien hecha pero cruda, con esos fallos perceptibles que sirven para incrementar la grandeza de la banda de turno. Si tuviera que definir con una sola palabra este álbum, optaría por el término honestidad. Es más, al bueno de Meniketti se le nota una cosa que jamás he percibido cuando le he visto en Madrid: va calentando la voz según avanza la actuación. Al principio, sus cuerdas vocales no están a tope y, sin cantar mal (todo lo contrario), sí que lo hace en un tono más ronco. “Dirty Girl” es el punto de inflexión y tras el primer cuarto de hora, es la máquina a la que nos tiene acostumbrados el gran Dave.

El repertorio sirve de presentación para su excelente “Facemelter”. El trabajo con el que retomaron en 2010 su actividad en estudio después del ya lejano “Endangered Species”. Salvo que mi memoria me falle, en las giras europeas de “Facemelter” no descargaban seis cortes del disco algo que, sin embargo, no “molesta” porque todos ellos encajan a la perfección entre sus clásicos. Como es habitual, Y&T rescatan perlas no tan típicas y en San Francisco sonaron “Girl Crazy” o “Surrender” de “Ten”, o la más conocida “Squeeze”, cantada por el guitarrista John Nymann, y que sirve de homenaje cada noche al desaparecido bajista Phil Kennemore quien, originalmente, cogía el micrófono de Meniketti para interpretarla. El resto, una gozada para cualquier seguidor del grupo: “Forever”, “Mean Streak”, “Black Tiger” o la maravillosa ejecución alargada de “I Believe In You”, la canción donde Dave y su guitarra son un ente indisoluble que desprende sentimiento.

En la era de Internet, es difícil recomendar un trabajo en directo pero si queréis escuchar, en pleno siglo XXI, un producto a la antigua usanza, “Live At The Mystic” sería opción ideal porque recoge todo lo que en el pasado era imprescindible para configurar un álbum para la posteridad. Quizá los propios Y&T tenían esa espinita clavada porque “Open Fire”, compendio de su época más exitosa, únicamente se componía de siete cortes en vivo y quedaba un poco cojo. Casi cuatro décadas después de su fundación, ¡se dice pronto!, YESTERDAY AND TODAY está tan vigente como a principios de los ochenta. ¡Muy grandes! Eso sí, medio punto menos por no incluir “Midnight In Tokyo”, una de las canciones más increíbles de la historia del Hard & Heavy.


 

Marco-Antonio Romero

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