RAM - Death

Ya tenemos el tercer disco de la banda gotemburguesa RAM en nuestras manos y podemos afirmar que sigue fiel a sus principios de elaborar un Heavy Metal basado en los cánones más tradicionales del estilo y donde la ortodoxia es considerada dogma de fe.

En su conjunto "Death" viene a ser una continuación de su anterior obra, “Lightbringer”, pues no podemos decir que haya unas diferencias estilísticas o sonoridades que se alejen en demasía de lo que fue aquel LP que le llevó a RAM a ser reconocida como una banda puntera por los seguidores de las corrientes más clásicas del Metal.


La apertura de la obra se realiza mediante una intro titulada “Death…”, de oscura atmósfera y fuerte contraste entre el sonido de sintetizador y el de las guitarras. Es el preludio perfecto a “…Comes From The Mouth”, el tema que nos hace entrar en materia puramente metálica. Un riff poderoso y muy clásico a la vez, con un ritmo galopante que te incitará a mover la cabeza acompañando a la peculiar voz de Oscar Carlquist, que ejerce como maestro de ceremonias en este viaje hacia un Heavy Metal Tradicional cargado de toques oscuros. Es el caso de este tema, que en su parte intermedia tiene un desarrollo instrumental de ambiente sombrío y tenebroso, para volver de manera contundente a los parámetros más metaleros, forma en la que finaliza.

Para “I Am The End” cuentan con un riff pesado de tiempo comedido que perfectamente podría haber sido compuesto por JUDAS PRIEST. El tema se vuelve más potente conforme avanza y nos da la oportunidad de escuchar a su cantante moviéndose por los registros más poderosos que le permite su garganta. Por contra, en “Release Me” encontramos un corte más rockero, algo más alejado del Heavy Metal puro y duro de la mayoría de sus temas y que viene muy bien en esta zona del álbum. De inicio suave y arpegiado, está plagado de buenos solos de guitarra y da pie a que la banda demuestre su calidad y versatilidad.

El siguiente tema, “Defiant” es totalmente deudor de IRON MAIDEN, un nombre que es prácticamente imposible no traer a colación cuando de Heavy Metal se está hablando, pues su legado es tan grande que prácticamente no existe la posibilidad de no rendirles homenaje cuando se camina por los senderos de la tradición metálica. Posee un inicio con el mordiente propio de las guitarras de Adrian Smith y Dave Murray, y el poder del bajo de Steve Harris en álbumes como “Piece Of Mind” o “Powerslave”. Carlquist vuelve a demostrar el poderío de sus cuerdas vocales, a las que exige el máximo para regalarnos otro abrasador corte de puro metal pesado.


En “Frozen” se tiene constantemente la sensación de que puede aparecer la voz de nuestro querido y añorado Dio, pues el tema tiene un aire tan cercano a los BLACK SABBATH del “Heaven And Hell” que parece una composición de los de Birmingham. Su tiempo pesado y contenido no es óbice para desarrollar un tema de lo más intenso y épico.

Con “Under The Scythe” volvemos al lugar en el que la banda parece sentirse más cómoda: guitarras afiladas, tiempo rápido y voz desgarrada. Puro Heavy Metal con un estribillo muy desenfadado y con cierto aire Punk. Una canción que en directo tiene que ser un auténtico subidón. A continuación, nos sorprenden con el gran de riff que abre “Hypnos”. Otro corte que se va por encima de los seis minutos y donde vuelven a los medios tiempos. En esta ocasión hay que destacar las buenísimas melodías que elaboran las guitarras, dando la réplica perfecta al vocalista, que vuelve a tener un papel primordial. Los arreglos y melodías de nuevo recuerdan mucho a IRON MAIDEN.

Nos vamos acercando al final del disco con “Flame Of The Tyrants”, penúltimo tema, y en el que vuelven a sus más altos niveles de potencia y a la herencia de los JUDAS PRIEST más cañeros. Se corona como uno de los puntos álgidos del LP en lo que a potencia se refiere. Un tema incisivo y directo a la yugular que tiene que ser celebrado como todo un acontecimiento en sus directos.

Como cierre del disco, y haciendo las veces de outro, tenemos “1 7 7 1”. Una composición instrumental de carácter funesto y sombrío que no desentonaría para nada en una buena película de la Hammer. Es un envolvente epílogo que te deja con un sentimiento aciago y cierta pesadumbre; evocando a maestros de la oscuridad como CELTIC FROST, MERCYFUL FATE o BATHORY.


Cada nota que emerge de los surcos de este álbum es un homenaje a los grandes maestros que hicieron del Heavy Metal el alucinante mundo que hoy día es para todos los que disfrutamos de esto. Muchos le critican a RAM por su falta de originalidad y, la verdad, es que no hn inventado nada, pero lo que hace, lo hace muy bien. En los tiempos que corren es más de lo que se puede pedir.

 

Pedro J. Cuadrado Redondo

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