Uno de los iconos del Death Metal europeo más en forma de los últimos años lanza un nuevo disco, y miles de seguidores aguardan voraces, ansiosos por atraparlo y devorarlo posteriormente en la penumbra. Hacer un disco en esas condiciones, con tanta expectación, no parece costarle en absoluto a los holandeses.
Después de ver la lección de ASPHYX en la pasada edición de Madrid Is The Dark, sólo había aumentado ese ansia por tener más material. Con "Deathhammer" se cumplen las expectativas. El título habla por si solo, un martillazo de Death Metal para tus tímpanos, que impacta de forma súbita con dos fugaces temas como "Into The Timewastes" y la propia "Deathhammer".
No se ha cortado un pelo el grupo en meter dos metralletas pesadas abriendo el álbum, pero tampoco se ha titubeado a la hora de asegurar el espacio para la parcela Doom. Así tenemos "Minefield", un medio tiempo bélico, cargado de pesadumbre. También con unos cuantos minutos de desarrollo y una cadencia lenta, están "Der Landser" o "We Doom You To Death", canción que ya tuvimos oportunidad de disfrutar en su descarga madrileña de diciembre como adelanto de este álbum.
En la línea de los primeros cortes, "Of Days When Blades Turn Blunt", es otro cañonazo a todo trapo, así como "Reign Of The Brute", "The Flood" o "Vespa Crabro". Pequeños asaltos armados bastante parecidos entre sí, pero no por ello vamos a disfrutar menos de su brutalidad. La verdad es que otra vez podemos encontrar las dos caras de ASPHYX, la más espesa y la más agresiva, y no se esperaba ni deseaba otra cosa, así que perfecto.
El broche final lo pone la pieza más larga, "As The Magma Mammoth Rises", con casi ocho minutos a medio gas, pero con cambio de ritmo acelerando hacia la mitad y en cualquier caso, machacando y martilleando a su paso. Aquí han dado una clase magistral, con uno de los mejores temas del álbum. Esta canción puede definir por sí sola todo lo que es ASPHYX, con esto creo que lo digo todo.
Riffs, densidad de sonido, ritmos aplastantes, una voz única para el Death Metal y un buen estado compositivo hacen de este disco un trabajo de primer nivel. El martillo de la muerte es una obra que alcanza con facilidad el nivel exigible. Ya hay ganas de recibir su golpe letal en directo.
Carlos Herrero
