Crónica del concierto de PESTILENCE, CARNATION y BODYFARM en Madrid (sala Revi Live, 16 de abril de 2024)
Seis años después de su última visita a Madrid volvía PESTILENCE o, lo que es lo mismo, Patrick Mameli con una nueva formación (la enésima porque ya he perdido la cuenta de los cambios que ha habido en las filas de los neerlandeses) para presentar el todavía inédito (sale el 26 de abril) “Levels Of Perception”. Este hecho era irrelevante ya que estamos ante una recopilación de temas regrabados (qué necesidad había…) de discos pretéritos en la que, para mi sorpresa y la de muchos seguidores, ha dejado fuera su primer y genial trabajo “Mallevs Malleficarvm”. Sea como fuere, volver a escuchar algunas de esas joyas que componen la ya dilatada trayectoria del pionero cuarteto bien merecía volver a acercarse a la Revi Live.
Y hablando de la sala Revi Live. Ya era hora que pudiéramos disfrutar en Madrid conciertos cómo Dio(s) manda, en un sitio que reúne las condiciones necesarias para albergar este tipo de eventos. Es verdad que no se puede usar todo su aforo aún (lo que encima la hace muy cómoda para el público aunque no muy rentable para todos los conciertos) pero da gusto ver a los grupos moverse con libertad por el escenario y olvidarse de los problemas de visibilidad, te pongas donde te pongas, porque tiene la altura adecuada. Esto por no hablar de su increíble sonido, sí, ese aspecto vital que es capaz de arruinar la descarga de tu grupo favorito si no es el adecuado. He asistido desde hace algún tiempo a conciertos de diversos estilos (desde lo más extremo a lo más melódico) y jamás una banda, ni siquiera los teloneros, han sonado mal. Es más, en el 90% de los casos ha sonado cuasi perfecto. Por favor señores promotores, en la medida de las posibilidades, más conciertos en esta gran sala.
Volviendo a la música, por si fuera poco, en este periplo europeo también eran de la partida sus compatriotas BODYFARM y los belgas CARNATION. Con el Death Metal como denominador común (aunque cada uno con sus matices particulares) y, dada la calidad de ambos, conformaban un trío de grupos que, a priori, auguraba grandes momentos para los seguidores de los sonidos extremos que nos dimos cita. La verdad es que el balance global de la velada me satisfizo, en líneas generales, pues el apabullante sonido que tuvieron junto al buen hacer de las bandas dio como resultado una tarde noche de lo más disfrutable.
BODYFARM repasa su carrera
El primero en hacer acto de presencia sobre las tablas fue BODYFARM que venía con su último EP, “Malicious Ecstasy”, aún calentito, pues hace menos de un mes que salió al mercado. De todas formas el año pasado se editó su quinto disco, “Ultimate Abomination”, y también le dieron cancha en una actuación que, sinceramente, me convenció a todas luces y que, sin embargo, arrancó con “Manhaunt”, un corte de su anterior trabajo, “Dreadlord”, cuyo tema título también ejecutaron en la recta final de su descarga.
Aunque englobados dentro del Death Metal, creo que tienen algunos elementos Thrash y así quedó patente en su descarga. Esta fue una especie de resumen de su trayectoria pues todos sus trabajos, a excepción de su debut “Malevolence”, tuvieron una representación bastante equilibrada en su repertorio y se fueron alternando. Daba un poco igual que sonaran temas más recientes como “Soul Damnation”, “Pervitin” o “Retaliate” que otros más añejos del tipo “Storming Revolution”, del tremendo “Battle Breed”, o “The Well of Decay”, perteneciente a “The Coming Scourge”, porque el nivel no bajó en ningún momento. De hecho su última entrega me ha gustado mucho y disfruté también “The “Swamp”, con la que superamos el ecuador de un concierto, hasta ese momento, muy sólido.
El guitarrista Bram Hilhorst actualmente es el único superviviente desde los inicios del grupo pero ha sabido rodearse de compañeros más que competentes para seguir manteniendo viva la maquinaria de BODYFARM. Esto creo que es especialmente relevante ya que la baja en 2019 del vocalista y guitarrista original, Thomas Wouters, fue por fallecimiento y debió ser un duro golpe para ellos. Como consecuencia, el otrora bajista Alex Seegers se hizo cargo de la guitarra en 2020 y la verdad es que el tándem que forma con Bram funcionó a las mil maravillas. Escuchando sus últimas entregas, parece que el sonido del grupo no se ha resentido lo más mínimo en estudio y, visto lo que ofrecieron en directo, en ese ámbito tampoco.
La base rítmica tampoco le fue a la zaga en calidad con Ralph de Voer (militante de otras bandas neerlandesas entre las que destaca los míticos DEAD HEAD) también encargándose de las tareas vocales y David Shermann, a la batería, cuyas virtudes pudimos ver hace poco también en nuestro país con HELLERUIN. En conjunto sonaron increíbles haciendo ganar enteros a sus composiciones de estudio gustando mucho a aquellos que no les conocían.
Sin tiempo para más, con la citada “Dreadlord” y esa gran composición que es “The Dark Age”, también de “Battle Breed”, dieron por concluido un concierto de cuarenta minutos que confirmó el gran estado de la escena neerlandesa en su vertiente extrema.
Fue un gran concierto, los neerlandeses volvieron a convencerme tal y como lo hicieron en el Eindhoven Metal Meeting de 2013 (aunque allí fuera otra formación) y supuso un inmejorable comienzo a una velada a la que aún le quedaba mucha tralla por delante.
CARNATION, a matar con su Death Metal
El listón estaba bastante alto tras la apertura de BODYFARM pero CARNATION, los siguientes en liza (curioso que con menor bagaje y antigüedad que sus predecesores tocaran después aunque es cierto que dispusieron del mismo tiempo), no se dejaron amedrentar y salieron también a matar desde la inicial “Herald of Demise”, tema que hace lo propio con su último trabajo, “Cursed Mortality”, que presentan en esta gira y que también me ha parecido muy notable.
No exentos de melodía, con un interesante trabajo de guitarra cortesía de Bert Vervoort y Jonathan Verstrepen, prosiguieron con una larga y variada “In Chasms Abysmal” que cerraba su disco “Where Death Lies”, y donde escuchamos por primera vez el registro limpio de Simon. Poco tardaron en volver a los temas de nuevo cuño con el que titula su EP “Cycle of Suffering” haciendo las delicias del respetable que, no muy numeroso, se mostró bastante más parado de lo que me esperaba también con los belgas.
Simon Duson, con los ojos maquillados de un modo bastante similar a Alice Cooper (algo bastante inusual en el estilo, la verdad) y la cara blanca se movía sin parar por el escenario y animó a la audiencia mientras arremetían de nuevo con más canciones del último trabajo que, en realidad, está compuesto por el EP “Cycle of Suffering” más otros tres temas. De hecho, la parte central de su actuación la dedicaron, en exclusiva, a este trabajo siendo el principal protagonista de la misma, que para eso lo presentaban. Tras la citada y “pegadiza” “Cycle of Suffering” desembocaron en una extensa y variada “Cursed Mortality”, donde la voz limpia volvió a hacer acto de presencia.
Para dar “carpetazo” a la presentación del último disco eligieron la brutal “Metropolis” donde la caña sin concesión fue la protagonista.
En el final de su descarga volvieron a recalar en “Where Death Lies” de la mano de “Sepulcher of Alteration”, poniendo el punto y final con una canción de su debut “Chapel of Abhorrence”. La elegida fue “Fathomless Depths”, que dejó muy buen sabor de boca, con la que recibieron unos más que merecidos aplausos mientras se despedían. CARNATION me gustó algo menos que BODYFARM pero la velada seguía por muy buen camino a la espera del plato principal de la noche.
PESTILENCE
Patrick Mameli y sus compañeros fueron recibidos con bastante entusiasmo cuando, a las 22:10 se volvieron a apagar las luces de la sala (cómo se agradece que todas las bandas cumplieran con los horarios) y nos golpearon sin anestesia con “Morbvs Propagationem”, su carta de presentación. No es de lo peor que han sacado últimamente (para eso tenemos “Hadeon” que, afortunadamente, han dejado en barbecho en esta gira) y con el increíble sonido que tuvieron la disfruté pero, no nos engañemos, todos sabemos que palidece ante ese clásico de menos de tres minutos llamado “The Process of Suffocation”, siguiente en sonar, y que nos retrotrajo a los gloriosos finales de los ochenta.
Aunque hiciera concesiones a canciones posteriores a la época clásica del grupo, Mameli creo que tiene muy claro cuáles funcionan mejor y cuáles no tanto en directo. Seguro que con esto en la cabeza presentó “The Secrecies of Horror”, el tema que abre esa maravilla llamada “Testimony of the Ancients” que tanto protagonismo tuvo esta noche. De hecho el grueso del repertorio lo coparon ese disco y, cómo no, “Consuming Impulse” con casi dos tercios del total de canciones interpretadas. Entiendo que toquen algo de “Exitivm”, su último trabajo editado de 2021, por lo que tuvimos que ver cómo “Deificvs” quitaba sitio a algún otro tema antiguo. Sin embargo, lo que muchos no acabamos de entender es por qué, si vas a centrarte en el material clásico del grupo, obviar “Mallevs Malleficarvm” o incluso el gran “Spheres”. En ese sentido, en su última visita el repertorio fue más “redondo” porque sólo tocaron de su época clásica, aunque muchas coincidieran en esta ocasión como es lógico.
Lo que sí que me cuesta entender es que el bueno de Patrick se acordara de “Resurrection Macabre” (el primer disco que grabó tras reformar la banda y volver a la actividad) y rescatara no uno, ni dos… ¡sino hasta tres temas del mismo! En mi opinión, que tras “Chronic Infection”, y la grabada “Free Us From Temptation” que precedió obviamente a “Prophetic Revelations” (otro gran momento de la descarga), tocaran seguidas “Resurrection Macabre” y “Devouring Frency” fue bastante bajón y el momento menos inspirado de la descarga, por mucho que las clavaran y sonaran como un tiro. Incomprensible dejar fuera “Parricide”, “Antropomorphia” o incluso “Mind Reflections” para dar tanta presencia a ese disco “menor”.
Como desde 2018 no veía a PESTILENCE, no había tenido la oportunidad todavía de comprobar cómo se las gastaban sus nuevos compañeros en directo. Está fuera de toda duda que son, como todos los anteriores, grandes instrumentistas pero además de eso, les vi muy compenetrados y hasta diría que Mameli se siente muy cómodo con ellos porque le vi más sonriente y dicharachero que de costumbre. El guitarrista Rutger van Noordenburg tiene más presencia escénica que el bajista Roel Käller pero tanto él, como su compañero en la base rítmica Michiel van der Plicht, interpretaron con pulcritud tanto los cortes antiguos como los más recientes sonando todo como tenía que sonar. Y de nuevo lo repito por si no ha quedado claro, ¡qué sonido tuvieron!
Tal y cómo aparecen en el disco, la instrumental “Bitterness” (también grabada) dio paso a la genial e imprescindible “Twisted Truth”, coreada puño en alto, y “Darkening” hizo lo propio con “Lost Souls”, la novedad de “Testimony of the Ancients” con respecto a su última visita, que arrancó el primer pogo medio “serio”, y que me supieron a gloria, para qué decir otra cosa. No iban a levantar el pie del acelerador en estos compases finales y la demoledora “Dehydrated”, precedida por el agradecimiento en español del guitarrista a los presentes por estar allí apoyando el Death Metal “Old School”, continuó con la fiesta y algún tímido pogo. Tras ella “dispararon” “Blood” lo que significaba que era la hora de otra de mis favoritas, “Land of Tears”, que también caló en el resto del respetable bastante metido, a estas alturas, en la descarga de los neerlandeses.
Pequeña (o gran) bajada de intensidad para mí con “Horror Detox”, (tócala si quieres pero, ¿en serio tenía que ser la penúltima?) para, a continuación, pedirnos volvernos locos y anunciar “Out of the Body” o, lo que es lo mismo, que el concierto había llegado a su fin cuando apenas llevaban 65 minutos sobre las tablas. Siempre que les he visto han tocado muy poco (casi parece repertorio de festival en lugar del de una gira propia) y, desgraciadamente, esta vez no fue la excepción. Demasiados temas en el tintero se quedaron y otros, que debieron quedarse para mi gusto, sonaron. Qué le vamos a hacer.
De cualquier manera disfruté del concierto por todas las circunstancias que le rodearon (sala, impecable sonido, actitud del grupo, buenos teloneros...) y, como comentaba al principio de la crónica, en líneas generales fue una buena noche de Death Metal la que ofrecieron las tres bandas. No es que me parezca bien que PESTILENCE tocara tan poco (de hecho me parece lamentable, como siempre digo cuando la duración no llega a lo mínimo admisible para un cabeza de cartel) pero como sabía a lo que iba y el concierto objetivamente (duración aparte) fue tremendo me quedé con una mejor sensación que en otras ocasiones. Una pena porque con un par o tres temas más de su debut que hubieran tocado las sensaciones hubieran sido todavía mejores. Tal vez para la próxima.
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