Conciertos de SONS OF THE BEAST y RAVE IN FIRE - 14 de abril de 2018, Madrid (sala Sound Stage)
Se planteaba bien el fin de semana pasado en lo que a eventos metaleros en la capital se refiere. Diferentes localizaciones y shows para todos los gustos y colores. Desde ZENOBIA, hasta la nueva edición del Southern Metal Fest, pasando por la presentación del nuevo disco de SONS OF THE BEAST, evento al que acudió HELLPRESS para informar de lo acontecido. He decir que la Sound Stage es una sala que ha ido ganando muchos enteros desde mi prisma personal. La distribución de la sala, el escenario, el sonido… Todo computa a la hora de conformar uno de los lugares más agradables y cómodos a los que acudir para ver un concierto. Como un miembro de SONS OF THE BEAST me pudo comentar antes del inicio de las actuaciones, no estaba del todo claro el color que iba a presentar la sala de marras, dada la competencia de los conciertos expuestos anteriormente y de alguno que otro más que, por seguro, me dejo en el candelero. Al final, en torno al centenar de personas se acercaron a disfrutar de un show intenso que dejó buenas sensaciones, como veremos a continuación.
RAVE IN FIRE
Los encargados de dar el escopetazo de salida fueron los madrileños RAVE IN FIRE, un quinteto con numerosas virtudes en su haber. Temas que suenan, cierto feeling, buenas maneras con el manejo instrumental, pegada… Si acaso, se le podría achacar a la jovencísima banda algo de estatismo, la sensación de desubicación que a veces transmitía y una remediable falta de tablas escénicas, algo más que comprensible si atendemos al dato de que este era su primer concierto. Para ser justos, conociendo esa circunstancia, he decir que la carta de presentación de la banda ante el público fue más que notable.
Pasadas las 19:30, llegaba a nuestros oídos la melodía de un tema perteneciente a la serie de “Bola De Dragón”. De escribir mi compañero de web Txema Sáez, del que me estoy acordando ahora, este texto y no yo, ten por seguro que sabrías con exactitud de qué pieza de la serie de dibujos se trata, pero, por desgracia, mi contacto con las aventuras y desventuras de Goku fue un tanto casual y no da para definir el dato con precisión. ¡Mis disculpas a los seguidores de la mítica serie!
Tras la citada intro, la banda, con una vestimenta clásica a más no poder en la que abundaban las mallas, los elásticos y el cuero de corte ochentero, abrió fuego con “Fighting Back”, perteneciente al EP “Chronicle Of A Timeless End”, única grabación del grupo hasta la fecha y de la que me pude agenciar una copia en el puesto de merchandising al acabar la actuación.
Con un sonido nítido y preciso, la banda prosiguió con “Beautiful Lies” y “Lost In A Road”, con la que Guillermo, algo más envalentonado con el público, nos animó a corear parte del fácilmente asequible estribillo.
La agrupación, paso a paso, fue mostrando buenas maneras en la ejecución de sus temas. Siendo una banda visiblemente joven y de escaso recorrido, me llamó la atención la labor de la mayoría de los músicos, especialmente la de Guillermo, manejando bien tonos medios y agudos mientras lucía un potente e inquebrantable chorro de voz, y la del guitarrista Juanjo, con un estilo que, por momentos, llegó a recordarme tanto visual como musicalmente hablando al de K.K. Downing de JUDAS PRIEST cuando este era un veinteañero. Precisamente, el siguiente tema en caer fue el “Victim Of Changes” de los británicos. De nuevo, quedé gratamente sorprendido con la ejecución de la pieza. Imagino que la banda podría haberse decantado por el manido “Breaking The Law” o por cualquier tema más asequible de los de Halford, pero, por el contrario, arriesgó con una composición con la que hay que tener bastante mano diestra para capturar toda su esencia. Guillermo, sorprendentemente, clavó la tesitura del Metal God sin apenas dificultad y, en general, la banda superó el envite con creces.
“Chronicle Of A Timeless End”, cuya dedicatoria por parte de Guillermo se dirigió a todos aquellos que se ganan la vida encima de un escenario, y “Rubble, Smoke And Darkness” fueron acercando el concierto a su fin. En ese momento, el vocalista presentó con cierta gracia y desparpajo al resto de sus componentes. Mientras eso sucedía, una chavala que se encontraba entre las primeras filas, y más que probable amiga del quitento, lanzó unas bragas al escenario. El atuendo en cuestión acabó colocado en el pie de micro de Guillermo, el cual presentó “To Minutes To Midnight”, el clásico de IRON MAIDEN que también fue ejecutado con respeto y precisión, aunque, en esta ocasión, me dio la sensación de que a Guillermo le bailó alguna que otra nota.
Una inesperada sorpresa es lo que supuso para mí la descarga de RAVE IN FIRE. La banda, siendo tan primeriza, tiene cosas que pulir y subsanar de cara a sus próximos compromisos en directo, pero la materia prima que esbozan sus composiciones apunta maneras, sin duda alguna. Si te gustan bandas veteranas como SAXON, JUDAS PRIEST o GRIM REAPER o algunas de la nueva hornada de Retro-Heavy como AMBUSH, SCREAMER o ENFORCER, esta puede ser una banda que debas tener en cuenta a partir de ahora.
SONS OF THE BEAST
Poco antes de las 21:00, comenzaba a sonar “2277”, la intro que precisamente arranca los motores de “The Void”, el último y recientísimo trabajo de SONS OF THE BEAST. Los músicos iban ocupando sus posiciones, siendo Matt, el vocalista, el último en dejarse caer por el escenario de la Sound Stage cerveza en mano, cuando “War Never Changes” entró de un modo certero a base de riffs machacones y de una base rítmica reconociblemente thrasher.
Mientras íbamos calentando los cuellos en el foso, el quinteto madrileño continuó taladrando nuestros oídos con piezas como “The Astrobastard From Outer Space”, “The Witching Pact” y “No Justice (But Who Cares?)”, con las que reinaba el buen sonido y la sintonía con el público, que, en el coreado “Across The Mosh”, el siguiente tema en caer, propició uno de los pogos de la noche, y es que no hay concierto de Thrash Metal que se precie sin un poquito de mosh.
Pasados esos primeros minutos de concierto, me cercioré de varias cosas. La primera es que hacía tres años, concretamente desde la segunda edición del Hellpress Fest, evento que organiza esta casa, que no veía sobre un escenario a SONS OF THE BEAST, por aquel entonces llamados tan solo BEAST. La banda sigue teniendo un directo visceral, incisivo y potente, pero ha ganado muchos enteros con la entrada de Manu (ex CULT DESTROYER) como guitarrista. El chaval, utilizando una jerga propia del mundillo, es lo que se podría denominar para que nos entendamos ‘un animal de escenario’, una máquina de ejecutar riffs a contrapúa, de hacer headbanging y de sacar hueco para interactuar con el público poniendo todo tipo de gestos desencajados. Junto a Daniel Casado, otro guitarrista preciso, solvente y con feeling, forma uno de los tándems más interesantes que se puedan ver en el género en España.
La intensidad no se detenía y temas como “Thrash Metal Holocaust”, “Black Death” y la algo más rítmica, desacelerada y con cierto toque ANTHRAX “Mr Rampage” aguzaron el maltrato que estaban sufriendo nuestras cervicales. Con respecto a eso, cabe destacar también que en este segundo álbum la banda se ha desmarcado un poco de esa apuesta por la velocidad pura y dura que ofrecía “Infernal Hangover… Wrecked in Space”, su primer lanzamiento. Los temas de su nuevo vástago circulan en bastantes más direcciones, manteniendo el espíritu thrasher y peleón que caracteriza la música del combo de la capital, pero empaquetado con mejores y más elaborados desarrollos compositivos que, sin duda, lucen bastante en directo.
“Infernal Hangover”, la breve y punkarra “Boo Or Boo-Urns?”, “Into The Void” Y “Nuclear Devastation”, antes de la cual Matt le hizo un guiño a “Los Simpsons” –no sería el único homenaje- recordando que se dice “nucelar”, fueron acercando al concierto al final. El show no parecía decaer, la banda se sentía a gusto sobre las tablas del local madrileño, tras dos años sin pisar un escenario que no fuera su local de ensayo, y las bromas y chascarrillos entre los músicos emergían con toda la naturalidad del mundo.
Durante “Rip And Tear” y “Hollywood Disaster”, con mención especial para reyes de la testosterona como Stallone o Schwarzenegger, un par de individuos con la adrenalina inyectada en las venas se subieron al escenario para seguir imprimiéndole el puntito festivo que, de por sí, ya estaba teniendo el bolo. Tanto es así, que Manu, el guitarrista de los mil gestos, no dudó en sumarse a la fiesta y ‘despelotarse’, quedándose tan solo en calzoncillos, de “Los Simpsons” nuevamente, para interpretar “Bronson”, un tema contundente y belicoso, idóneo para ponerle el candado a un show de cerca de hora y media que demostró que hay una escena joven y energética, aunque de momento no muy numerosa, llamando a nuestras puertas para hacerse hueco. SONS OF THE BEAST, entre muchas otras bandas, le ponen cara a esa escena. Me alegró comprobar cómo ha evolucionado el quinteto como banda sin perder su esencia y, a su vez, que podría sentirme casi el padre de la mayoría de los allí presentes la noche del sábado 14 de abril, lo cual evidencia que también hay un público tremendamente joven e indiscutiblemente necesario para nuestra maltratada escena metalera.
Crónica: Jorge Osoro
Fotos: Gema Redondo