KONVENT no justifica su estatus en el Doom-Death Metal con un corto concierto en Madrid

Crónica y fotos del concierto de KONVENT y EVADNE en Madrid (sala Silikona, 1 de julio de 2023)

Aprovechando su paso por la península con motivo de su participación en el Resurrection Fest de Viveiro, la gente de ITP Promotions programó una fecha de las danesas KONVENT al día siguiente en la capital dándonos la oportunidad a los madrileños de juzgar por nosotros mismos si, el cierto “revuelo” que han creado en la escena del Doom/Death Metal, está justificado o no. Cada uno de los que acudimos al concierto tendrá una opinión sobre esta cuestión pero haré un spoiler de la mía. No lo está, al menos musicalmente hablando.

Pero antes de comentar lo que me pareció la descarga de Sara, Heidi, Rikke y Julie es el turno de hablar de mi reencuentro, tras muchos años sin verles en directo, con EVADNE.

Momentos de desconexión con EVADNE

Lo cierto es que no recuerdo si la última vez que vi a los valencianos fue en el Madrid Is The Dark de 2010 (ahí seguro) o ha habido una posterior porque juraría que también les he visto en céntrica La Boite. No importa demasiado lo que mi maltrecha memoria diga, lo que es seguro es que hacía mucho tiempo que no coincidía con ellos y que las sensaciones que me transmitieron fueron las mismas que en aquella ocasión. Son un grupo notable en disco y en directo pero, por alguna razón, no terminan de llegarme sus composiciones aún siendo seguidor del estilo que practican.

Con cuatro discos y un EP en su haber, EVADNE decidió apostarlo (casi) todo a “The Pale Light Of Fireflies”, su último trabajo hasta la fecha que data de 2021, ya que en él basaron casi íntegramente los tres cuartos de hora que duró su actuación dejando para cerrar “Colossal”, la única concesión a otros discos que hicieron. Bueno, siendo rigurosos no fue así exactamente porque la intro elegida para empezar fue “88:6”, otro tema también de “A Mother Named Death”.

Ya metidos en harina, el primer tema propiamente dicho fue “Where Silence Dwell” y el cuarteto llevaba alguna pista de teclado grabada para reproducir lo más fielmente posible sus canciones. Es cierto que nunca ha tenido teclista y que las melodías de guitarra de Josan Martín sonaron nítidas por lo que poco que objetar a este respecto, sobre todo si lo comparamos con otros grupos que abusan de este recurso. Sin embargo sí que acusé más la ausencia del segundo guitarrista que llevan en vivo desde el año pasado, Tristán Íñiguez, porque esta baja sí creo que le pasó factura a la interpretación de las nuevas composiciones y, por ello, a su descarga. De hecho, al finalizar, Albert hizo un comentario sobre esta baja supongo que consciente también que así fue.

Con un buen sonido siguieron presentando su último disco de la mano de “Shadows”, siguiente en sonar, y dónde el baterista Joan Esmel (el único que no lleva desde el inicio del grupo aunque ya son más de diez años en él) aportó voces limpias en su parte central de manera notable, porque tocar la batería y cantar a la vez es bastante complicado. De hecho fue más patente su aportación vocal en “Ablaze Dawn Eyes” dando en varios momentos el perfecto contrapunto a los guturales de Albert Conejero, muy sólido como siempre a las voces.

El problema es que cuando encararon los casi diez minutos del tema que da título a su última entrega tenía la sensación de que esa melancólica melodía ya la había oído. Cierto es que tampoco ayudaba a mantenerse metido en su concierto el murmullo continuo que había en la parte de atrás de la sala pero fue síntoma, creo yo, de que no fui el único que terminó desconectando de su música esa noche. Y no porque fuera mala o ellos lo hicieran mal, que no fue el caso, pero las canciones elegidas terminaron siendo bastante repetitivas en líneas generales.

Sin tiempo para más, como decía al principio, Albert presentó el último tema como uno “antiguo”. Yo pensé que rescatarían algo de “The Shortest Way”, del tipo “One Last Dress For One Last Journey”, ya que imaginaba que del primero no tocarían nada, pero no. La elegida fue “Colossal” de su penúltimo “A Mother Named Death” que, sin estar mal, no me parece lo mejor que hayan hecho como para que fuera el colofón obviando la mitad de su trayectoria. Fue curioso que mientras se despedían y recibían nuestros aplausos sonara “The Vacuum”, el tema que cierra también “The Pale Light Of Fireflies” por si habían sonado pocos esa noche, a modo de outro. Me parecieron una buena elección para telonear a KONVENT pero no terminé de conectar con ellos tampoco esta noche. El problema lo debo tener yo, está claro.

Una monótona velada de KONVENT

Hasta hace no muchos meses no me había parado a escuchar ningún tema de KONVENT y tan sólo conocía de nombre a las danesas por haberlo leído de pasada en alguna publicación. Sin embargo empezaron a recibir bastante atención por parte de los seguidores del estilo que hizo que empezara a interesarme por ellas y el anuncio de su concierto en Madrid fue el detonante para ponerme en serio con su música. Reconozco que empecé por el principio, es decir, por “Puritan Masochism” y pensé que no estaban mal pero que tampoco me mataban. Entonces escuché “Call Down The Sun” y no entendí el por qué de tanta atención ya que era prácticamente un calco de su debut y pocos, o ningún, progreso o evolución a nivel compositivo atisbé.

Decidí perseverar, “algo debe tener el agua cuando la bendicen”, me dije a mí mismo y trillé sus discos durante algunas semanas para ver si era un problema de reproducciones el motivo por el que no veía la calidad desmesurada de las danesas que otros si parecían ver. Pero tampoco fue el caso y tuve que terminar rindiéndome a la dolorosa evidencia de que si no estuvieran en Napalm Records y fueran cuatro chavales de Copenhague no les haría caso ni Perry y la asistencia al concierto hubiera sido bastante menor de la que fue. Y eso que el ser sábado les ayudó a reunir a algunos seguidores casuales extra que estaban por Madrid a los que el plan de concierto y cervezas les animó a ir.

Pasaban diez minutos de las diez de la noche cuando, de negro riguroso (aunque cada una con un tipo de indumentaria distinta) salieron al escenario siendo ovacionadas con bastante efusividad mientras sonaban los primeros acordes de “In The Soot”, el primero de los seis temas que presentaron de “Call Down The Sun”, y que enlazaron casi sin pausa con otra del mismo disco, “Grains”, una de las muchas que tiene hasta videoclip oficial. Con eso está todo dicho sobre la apuesta del sello por su “producto”.

Desde estos primeros compases del concierto el sonido ya era bueno y permitía disfrutar de la música de Konvent sin problema alguno. Los pesados riffs de Sara junto a la susurrante y profunda voz, alaridos desgarradores aparte, de Rikke Emilie List eran tal vez un poco más protagonistas, eso sí, que la base rítmica compuesta por batería de Julie Simonsen (correcta, sin más, en mi opinión) y el bajo de Heidi Withington, para mi gustó la que más vivió el concierto y mejor actitud mostró en escena.

No tardaron en echar la vista atrás para recalar en su debut con “Trust”, primer momento en el que pensé lo plana que era también en directo la voz de Rikke, y la corta “The Eye”, que para mí pasó sin pena ni gloria, sobre todo por un repetitivo y poco inspirado riff de Sara. La aceptable impresión inicial que me habían producido sobre que ganaban enteros en directo sus composiciones, por su presencia escénica, respecto a la versión de estudio empezó a diluirse como un azucarillo en el café. Sé que su estilo es el que es y que no van a correr por el escenario ni a sonreír y pedir palmas o que coreemos las canciones, eso es evidente, pero la monotonía que empezaron a transmitirme me devolvió al pensamiento inicial. Sin composiciones ganadoras da igual el estilo, aburres a la audiencia. De nuevo más de un comentario a este respecto escuché al término de su actuación aunque también había personas que disfrutaron muchísimo con ella. Como en todo, para gustos los colores.

Como si por bloques temáticos hubieran confeccionado su repertorio, volvimos a su última obra con una monótona a más no poder “Never Rest” y “Sand Is King”, que me sacó ligeramente del letargo en el que me hallaba sumido a golpe de alarido de la rubia vocalista y una base instrumental algo más variada. No abandonaron “Call Down The Sun” porque era el turno de “Fatamorgana”, en mi opinión uno de los temas más interesantes del último disco y que reconozco que me gustó cómo les quedó.

Como la comunicación con el respetable brillaba por su ausencia, el concierto iba transcurriendo con bastante rapidez sin apenas parones entre las canciones. Por ello encarábamos ya la recta final del mismo con “Ropes Pt. II” (esta noche la primera parte se quedó en el tintero), el tema que cierra “Puritan Masochism” y uno de los más largos de su discografía. Tras él otro de los temas más inspirados que tienen para mí, “Pipe Dreams”, en el que Sara y Heidi interactuaron entre ellas agitando sus melenas frente a frente mientras la vocalista tomaba la parte central del escenario, uno de sus mejores momentos. A continuación llegó el mejor de toda su descarga para mí, la ejecución de “Puritan Masochism”. Seguramente sea mi tema favorito de ellas porque en él sí que veo la variedad de riffs de Sara que no percibo en otros cortes. Posiblemente sea el mejor tema de su discografía hasta la fecha.

“Squares”, perteneciente a su primera demo, fue la canción más antigua que sonó esa noche y también la más groovie de todo el repertorio. También fue en la que más constaté que la voz tan Funeral Doom no termina de cuajar y casar con el cierto groove que su música tiene. Con él se despidieron dejándonos un poco estupefactos porque llevaban 55 minutos tocando y parecía un bagaje muy escaso para tener ya dos discos en el mercado. Hubo aplausos y gritos reclamando un bis pero no tuvimos suerte y rápidamente Rikkie se bajó del escenario para ir al puesto de merchandising mientras Julie desmontaba sus platos.

Sé que hubo gente a la que le convencieron las danesas pero no fue mi caso. Además, si nos quedamos sólo con la parte objetiva de su actuación, no llegar a la hora de concierto cuando podías haber tocado la primera parte de “Ropes”, “Idle Hands” o “Chernobyl Child” (todas ellas temas que tienen ensayados porque las están tocando actualmente) para que no pareciera un repertorio festivalero no me parece admisible y me dejó mal sabor de boca. Por otro lado, teniendo en cuenta lo plano y falto de ritmo que me pareció su concierto tal vez mejor que fuera tan corto y no alargar la agonía.

Veremos si el tercer disco aporta algo más musicalmente o se quedan en la repetición en bucle de riff y voces que ya han grabado en sus dos primeras entregas. Daré a KONVENT el beneficio de la duda pero lo que ofrecieron en directo en Madrid no fue suficiente como para repetir si volvieran por aquí a tocar. Me consta que no fui el único que se marchó a su casa pensando lo mismo.

Promotora: ITP Promotions

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