SWALLOW THE SUN y DRACONIAN comparten el trono del Death Doom Metal

Crónica del concierto de SWALLOW THE SUN, DRACONIAN y SHORES OF NULL en Barcelona (22 de abril de 2023, sala Bóveda)

La del 22 de marzo era una fecha marcada a fuego en los calendarios de los amantes del Doom Death Metal de Barcelona. SWALLOW THE SUN y DRACONIAN sumaron fuerzas para encabezar una gira como coheadliners en la que estuvieron muy bien acompañados por los romanos SHORES OF NULL. La expectación generada por este paquete de bandas hizo que la sala Bóveda luciera una buenísima entrada desde primera hora de la tarde de sábado.

SHORES OF NULL abrió la velada con solidez

SHORES OF NULL aterrizó en Barcelona para presentar "The Loss Of Beauty", un trabajo recién salido del horno del cual nos presentaron un buen puñado de temas como fue el caso de la inicial “Destination Woe”. El combo de Roma desplegó su Doom Metal ante una sala que lucía muy buen ambiente y que no todas las bandas teloneras tienen la suerte de poder disfrutar.

El estilo musical de SHORES OF NULL encajó perfectamente con los gustos de los seguidores de SWALLOW THE SUN y DRACONIAN, quienes los recibieron al combo italiano con los brazos abiertos. Liderados por Davide Straccione, la formación continuó su actuación repasando piezas como “Nothing Left To Burn”, “Quiescent” o la melancólica y a su vez desgarradora “The Last Flower”, recibiendo una buena aceptación por parte del público barcelonés.

SHORES OF NULL encaró el tramo final de su repertorio con la ejecución de “Black Drapes For Tomorrow”, “A Nature In Disguise”, “Darkness Won’t Take Me” y “My Darkest Years”, que dio por finiquitado su concierto. La banda italiana aprovechó bien su tiempo sobre las tablas, dejando buen sabor de boca entre los asistentes, quienes les regalaron un caluroso aplauso de despedida.

DRACONIAN, para muchos, la banda triunfadora de la noche

Turno para uno de los platos fuertes de la jornada. DRACONIAN llegó a la Ciudad Condal para presentar su aclamado “Under A Godless Veil”, publicado en 2020. La pandemia forzó a retrasar varios años la gira de presentación de un álbum que terminó convirtiéndose en el último con Heike Langhans a las voces, siendo substituida por Lisa Johansson, quien ha vuelto a las filas de la banda después de un paréntesis de once larguísimos años.

A pesar de que el retorno de Lisa en el seno de la formación podía presagiar un concierto repleto de clásicos, fueron las canciones de “Under A Godless Veil” las que coparon gran parte del repertorio de DRACONIAN. El combo sueco apostó fuertemente por su material más reciente, arrancando la actuación con, nada más y nada menos, que cuatro cortes seguidos. “The Sacrificial Flame”, “Lustrous Heart”, “The Sethian” y “Sleepwalkers” conformaron un póker demoledor con el que entusiasmaron a una sala Bóveda a rebosar de público.

La voz de Lisa brilló majestuosamente en la preciosa “Stellar Tombs”, muy bien escudada en todo momento por las desgarradas cuerdas vocales del inamovible Anders Jacobsson. A continuación, el combo sueco desempolvó “Seasons Apart”, convirtiéndose en el primer tema en sonar de un disco de la época clásica de la formación, recibiendo una gran acogida por parte de un público que se dejó emocionar por los pasajes más conmovedores de la excelsa “Sorrow Of Sophia”.

Las solemnes interpretaciones de “Elysian Night” y “Dishearten” nos condujeron directos hacía un final de actuación en el que “Pale Tortured Blue” y “Daylight Misery” hicieron las delicias de sus seguidores. DRACONIAN recibió una calurosa ovación tras dar un buen concierto en el que supieron crear una gran atmosfera que cautivo al respetable de principio a fin.

La formación sueca hechizó al público barcelonés de la mano de unas composiciones repletas de pura magia Death Doom metalera. Para muchos, sin desmerecer la también gran actuación que fraguó SWALLOW THE SUN, fueron los grandes vencedores de la noche.

SWALLOW THE SUN, angustia y frialdad finlandesas

DRACONIAN dejó el listón bien alto a SWALLOW THE SUN, que desembarcó en Barcelona para presentar el ambicioso “Moonflowers”. Todos de negro y muchos de ellos encapuchados, ese se ha convertido en un símbolo de identidad de la formación de Jyväskylä, quienes ocuparon sus posiciones haciendo gala de la frialdad finlandesa, sorprendiéndome que no llevaran teclista en esta ocasión, mientras el público rugía aguardando los primeros compases de “Enemy”.

SWALLOW THE SUN transformó su frialdad en potencia sonora de la mano de dos composiciones de la talla de “10 Silver Bullets” y “Falling World”. Mikko Kotamäki, impasible, se pasó gran parte de la actuación frente al pie de micro, centrándose en las tareas vocales, mientras le cedía el peso escénico a sus compañeros, quienes se mostraron algo más efusivos que el vocalista, viniéndose arriba, principalmente, en las partes más desgarradas y angustiosas de composiciones como “Keep Your Heart Safe From Me” y “Firelights”.

Uno de los puntos álgidos de la actuación de SWALLOW THE SUN llegó cuando se sucedieron en el repertorio dos composiciones de talla mundial como son “Woven Into Sorrow” y la impecable “Stone Wings”. Impresiona ver la naturalidad que desprende el combo finlandés cuando transita de los pasajes más parsimoniosos e intimistas a otros más crudos y salvajes sin apenas despeinarse, jugando con la in crescendos de sus composiciones y provocando con ello el delirio de un público sediento de Death Doom Metal.

SWALLOW THE SUN echó la vista atrás en el tiempo para rescatar una encantadora “New Moon” que tuvo que lidiar con el monstruo en el que se ha convertido “This House Has No Home”, el tema que vino a continuación. Fue en el tramo final en el que la formación se vino arriba, soltándose un poco más a nivel escénico, desencadenándose Juha Raivio, quien buscó el aliento de sus seguidores durante las brillantes interpretaciones de “Descending Winters” y “Swallow (Horror, Part 1)”.

La formidable alianza entre SWALLOW THE SUN, DRACONIAN y SHORES OF NULL nos brindó una gran velada en la que el Death Doom Metal reinó por encima de todo, haciendo retumbar las sudorosas paredes de una sala Bóveda que acarició el sold out.

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