Una primavera cargada de eventos importantes en Madrid, con la gira de JUDAS PRIEST (que tengo entendido quedó lejos de ser un éxito) y una nueva edición del SONISPHERE, bajaba el nivel de las carteras a niveles críticos. Rascar de ahí unos euros para ir a ver a esta gira ya suponía un contratiempo. Si se suma esta carga al escaso seguimiento que tenía, tiene y tendrá el grupo que ocupa la crónica, ROYAL HUNT, la asistencia no podía ser más que indigna de la maestría de los daneses.
Ni la vuelta de DC Cooper animó a más de una centena de seguidores a pasar por Ritmo y Compás a ver a ROYAL HUNT, un panorama desolador pero totalmente lógico por mucho que fuera su vigésimo aniversario o que estén presentando uno de los mejores álbumes editados el año pasado. Siempre habrá injusticias en el mundo de la música en general y en el del Heavy Metal en particular, y en España estos chicos no son tratados con otra cosa que no sea una sensible indiferencia. Quizá esta crónica pueda servir para que otros se animen a descubrir la prolija y exquisita carrera del teclista y líder André Andersen y su banda, y si no al menos para entender lo que pasó esta gran noche de Heavy Metal melódico.
Fueron los italianos STAMINA los encargados de abrir la noche, con un estilo que combinaba múltiples elementos pero bien intrincados unos con otros, con mucho sentido y buen gusto. Influencias de Yngwie Malmsteen, RAINBOW y otros grupos de los 70s, Heavy Metal Progresivo y algún destello épico son las cartas con las que juega el grupo.
Su concierto empezó con "Eyes Of The Warrior", de su último trabajo "Two Of A Kind", a la venta desde 2010. Este álbum fue el más representado, con "Supremacy", "Mystery", "Burn Your Fears" o "Too Tired To Live", dejando buenas sensaciones. Resultó un aperitivo magnífico y entretuvo, con unos músicos que demostraron, además de estar dotados de buena técnica, tener un buen par de discos para presentar en directo.
El plato fuerte de la noche comenzó con una intro de música clásica bastante intensa y el escaso público aplaudiendo la salida de ROYAL HUNT a escena. Ya habían pasado unos cuantos años desde su última visita y pocas cosas eran diferentes de aquella vez, en la que no estuve presente pero recuerdo los comentarios que me llegaron: el grupo se enfrentaba a una audiencia pequeña de nuevo, pero aún así lo iba a dar todo. El escenario estaba completamente saturado por escenografía de su último álbum "Show Me How To Live", lo cuál mejoraba ligeramente la escasa vistosidad que siempre ofrece Ritmo Y Compás.
El concierto empezó con "One More Day", oscurecida por una batería altísima y una voz demasiado baja, aunque que posteriormente se corrigió hacia el segundo tema "The Mission", donde se cayó incluso el micrófono por la falta de espacio. DC tenía que mantener su posición y a veces se veía estorbado por Jonas Larsen o Andreas Passmark a su derecha e izquierda respectivamente. El que más cómodo pasó todo el concierto fue el cerebro y alma André Andersen, que se asomaba entre sus teclados para saludar y animar al público.
También hubo un par de mujeres con su espacio bien reservado. Se agradece la presencia de, como es habitual en ROYAL HUNT, dos coristas en la gira, teniendo en cuenta los costes económicos añadidos al tour que esto supone (como nos reveló André Andersen en la entrevista que le hicimos hace unos meses) y más aún para un país donde no van a llenar las salas. Gracias a este "pequeño detalle" (enorme esfuerzo por su parte) se dota a las interpretaciones de mayor realismo y fidelidad, asemejándose más a las grabaciones de estudio, además de incrementar la calidad escénica del espectáculo, por no mencionar de que las dos chicas, a parte de hacer su labor perfectamente, eran bastante guapas. Maria McTurk repetía por enésima vez en gira (colaborando desde 1992) y por otra parte estaba Alexandra Popova, que era presentada como nuevo miembro de la familia.
"Flight" fue el primer guiño al pasado más lejano, concretamente a "Land Of Broken Hearts", disco que estuvo bien representado como gran clásico de una época mágica. DC Cooper se retiró sus eternas gafas de sol para interpretar el pegadizo "Hards Rain's Coming", otro de los magníficos temas de su última obra, del que cayeron unas cuantas más, cosa fácil dada la enorme calidad que han alcanzado.
Dando un repaso por toda su carrera, estuvo "Lies" del álbum "Fear", y es de agradecer que roten el set, ya que en anteriores ocasiones han tocado "Cold City Lights" (mi favorita de aquel disco). DC se dirigió al público para presentar "Step By Step", su tema favorito por ese "feeling funky" que dice tener, y demostró, al igual que con el resto de temas, su magnífico control vocal. Han pasado muchos años, pero no parece haber perdido cualidades.
En constante comunicación con el puñado de gente que medio llenaba la sala, explicó en broma que tras 20 años ya tenían achaques derivados de la edad como dolores de estómago y espalda (para nada en su gran voz, como ya he dicho), y nos hizo saber que lo mejor de una gira es la sonrisa de los fans, por mucha dureza que se le suponga a un público como el del Heavy Metal. Gran verdad, disfrutar de un premio así cada tanto tiempo en la capital arranca la sonrisa a cualquiera.
Rescatando cosas menos conocidas como "Tears Of The Sun" y combinándolas con himnos supremos como "Wasted Time" (y la imitación de AC/DC con una estrofa de "Long Way To The Top") el concierto seguía avanzando, dando paso a un solo de guitarra que afortunadamente no duró demasiado y no rompió el ritmo del concierto. "Age Gone Wild", "Half Past Loneliness" y "Kingdom Dark" pusieron el final a la primera parte del show, que continuaría con el set acústico.
Y este fue el único punto negro de la actuación de ROYAL HUNT, cortó el ritmo. Con "Restless", "Bodyward" y "One By One" André se unió a sus compañeros con una guitarra y por desgracia haciendo los típicos guiños al Flamenco. Todas ellas habrían encajado mucho mejor con el formato eléctrico, pero supongo que se puede perdonar.
"Show Me How To Live" fue el último tema de su más reciente y homónimo disco. De seguido vino la presentación de la banda, con muchos vítores y aplausos dirigidos a André Andersen, que se asomó a saludar de nuevo. ROYAL HUNT se despidió con "Last Goodbye" y solo volvió para hacer un bis con "Message To God", decirnos adiós y recibir una cálida despedida.
Finalmente y como nota a parte de la actuación, que rayó a un gran nivel, considero un error no tener los pies en el suelo y no saber que por mucha edición japonesa que pongas en la mesa, nadie va a pagar 20 euros por un CD que puede encontrar en tiendas de Internet a mitad de precio, aunque esto es un asunto extramusical y que no enturbió la notable actuación que vivimos esta noche.
La verdad es que poder ver a un grupo tan exclusivo como ROYAL HUNT en Madrid me llenó de satisfacción, y auguro que desgraciadamente seguirá siendo exclusivo dado su estatus de grupo de culto que no podrá romper a estas alturas de su carrera, por muy bien que lo puedan hacer los daneses. No me gustaría tener que esperar mucho tiempo para volver a ver esta banda por aquí si lo siguen haciendo tan bien como hasta ahora, pero me temo desgraciadamente que algunos años pasarán hasta que los daneses se presenten de nuevo en la capital.
Carlos Herrero
