BEJELIT- Emerge

Un grupo de Power Metal italiano... Ay dios... ¡Ah no, espera! Su discográfica dice que es un grupo de Power Thrash italiano. Bueno, luz al final del túnel...

Me van a disculpar por el chascarrillo inicial, pero un servidor se temía que el  estreno en esta web iba a ser con un grupo similar a los que siempre ha tenido cierta tirria, y el pesimismo normalmente atrae desgracias. BEJELIT es una banda efectivamente italiana, que desde su estreno en 2004 con el LP “Hellgate” ha mantenido un sonido basado en el Power con toques más agresivos que, sin llegar a ser netamente Thrash, si que le dan un toque de aire fresco a su música. A pesar de que el estilo hoy en día más que un toque necesite un vendaval, BEJELIT puede decir en voz alta que hace Power Metal, y que son italianos, sin que la desgracia caiga sobre los que estamos alrededor. Y puede hacerlo porque además de cierta variedad, trae un puñado de canciones interesantes bajo el brazo, al revés que las decenas de compatriotas que, hace años, saturaron el mercado con música de muy dudosa calidad hiriendo de muerte al género.

“Emerge”, cuarto álbum de BEJELIT, respecto a lo que he podido escuchar de sus trabajos anteriores, mejora notablemente en dos cosas. Por un lado, su cantante Fabio Privitera ha progresado una barbaridad respecto a los primeros discos en lo que a voces limpias se refiere, alcanzando tonos altos con solvencia, y aportando una voz rasgada que casa perfectamente con las partes más agresivas de los temas. Por otro, los riffs cañeros tomados directamente del Metal alemán más enérgico y a veces directamente del Speed o del Thrash, están muy presentes y en vez de un recurso parecen convertirse en el eje central de las canciones en las que aparecen.

Como parte negativa, de mitad del disco en adelante se olvidan de que su discográfica los vende como grupo de Power/Thrash y se quedan sólo con el Power, dejando un regusto de monotonía  al acabar la escucha. Así encontramos por ejemplo el arranque con “Darkest Hour”, que bien podría haber firmado BLIND GUARDIAN en los 90. Riff pesado y bombos echando humo, para luego ir enlazando partes de distinto carácter con habilidad. “C-4” y “Don’t Know What You Need” repiten un poco la fórmula, bajando las revoluciones la primera y subiéndolas de nuevo, junto con el tono de voz, la segunda, ambas con buen resultado por los acertados estribillos con los que cuentan.

Seguimos viaje con soltura, llega el tema que da nombre al disco, base rítmica rozando el Thrash y riffs potentes durante todo su minutaje, desembocando además en el que quizá sea el estribillo más contagioso de todos. Gran canción que dobla su valor cuando la recordemos durante el resto de la escucha.

“We Got Tragedy” se ajusta a los cánones tradicionales del Power, mientras que “To Forget And Forgive” pone un punto tranquilo al conjunto. Correctos sin más, y el inicio del declive. “Dancerous” puede recordar a RHAPSODY -OF FIRE, sin FIRE... ahora hay para elegir- en su inicio con una melodía muy pegadiza, y hace que remontemos algo el vuelo, si bien esto no llega a cristalizar en ningún momento y a partir de aquí vamos avanzando por el disco a velocidad de crucero con pequeños altibajos sin llegar nunca a las cotas de calidad del comienzo. A resaltar en este tramo “The Defending Dreams”, cuya música y sobre todo interpretación vocal recuerdan a SONATA ARCTICA; algunas partes realmente conseguidas en los casi once minutos de “Deep Water”, y el final de la balada “Boogeyman”, con muy buena instrumentación, que sirve como colofón de la obra.

En resumen, “Emerge” empieza muy bien pero concentra toda su innovación, y diría que inspiración, en los primeros cortes, dejando una segunda mitad del disco algo aburrida pero sobre todo muy monótona, que rebaja la buena sensación inicial despertada. Estoy convencido de que con un orden diferente de los temas, o incluso reduciendo el track list en un par cortes, la mejora sería evidente. Con todo, es un trabajo que merece una oportunidad y del que quizás se puedan sacar más detalles positivos de los que este humilde revisor ha sido capaz de hallar.

R. Caspárez