ENBOR ARNASA - Ilunari Argia

Música oscura y variada a cargo de Iñaki Espartza

Algo tiene el euskera que le sienta genial a la música Metal. Da igual que sean las melodías pegadizas de unos AURITZ o ASGARTH o la rabia y potencia de unos NUMEN: hay algo en esa acentuación y esa manera de pronunciar que mejora cualquier canción. Precisamente en su lengua ENBOR ARNASA nos trae desde Vizcaya su segundo trabajo, "Ilunari Argia". Proyecto unipersonal de Iñaki Espartza, ENBOR ARNASA compone y graba una música oscura, incluso intimista, y sobre todo tremendamente variada. Esta variedad es, sin duda, el punto fuerte de este disco.

Una honesta amalgama de géneros en "Ilunari Argia"

Ilunari Argia (luz a la oscuridad en euskera) no llega a los 25 minutos, con doce canciones que oscilan entre un minuto y tres de duración. La primera pieza, "Minez Negar", es un asalto de Death Metal de minuto y poco: un riff obsesivo pesado y baterías desbocadas con guturales por encima. Una muy buena manera de abrir un disco compositivamente hablando, pero ya en este minuto y poco se empiezan a ver los problemas que tiene todo el trabajo. Sigamos adelante.

Si "Minez Negar" era Death Metal, "Joku Haiek" es una canción de Rock Progresivo con cierta complejidad rítmica (juega con compases de siete y de cinco por cuatro) y con una ambientación oscura y melancólica, aunque con un solo bastante rockero. Es muy difícil encontrar una referencia para describirlo, y eso es una auténtica virtud. ¿RIVERSIDE, quizá? No sé, mejor escucharlo. Le sigue "Orain Eurengan Dago", más clásica, más Heavy Metal Melódico, por decir algo. Lo curioso es que con toda ensalada de estilos que llevamos en seis minutos de disco todo tiene cierta coherencia.

"Ilunari Argia", que da título al disco, es unos de los mejores momentos de este álbum, con un estilo muy parecido al de los catalanes VIDRES A LA SANG, unas ideas que se podían haber desarrollado un poco más del escaso minuto y medio que dura. Con Nora Joan Baleukate volvemos a un Heavy Metal melancólico, y con Burutapenak al Death, en este caso algo más melódico. Y, por dar otro giro inesperado, Isiltasuna Oihuca se viste casi de Doom Metal, con unas voces inexpresivas que lo tiñen todo de gris. ¿Y Zailegi, la siguiente? Pues con un rollo un poco Gojira. Y volvemos a lo mismo, de alguna manera todo tiene coherencia, se nota que la amalgama de géneros es honesta y otorga a ENBOR ARNASA de personalidad propia.

Quedan cuatro temas, "Hartzazu Denbora", muy Heavy Metal, pero con guturales por encima; "Berrabiatze Bat", de nuevo más orientada al Doom y con algunos de los mejores momentos del disco; "Zu", una balada de Rock y, en la misma onda pero algo más energética, "Berbok Erakutsi Zizkidan".

Los errores de ENBOR ARNASA

Está claro que en ENBOR ARNASA hay música, una muy buena base con la que trabajar y pueden hacer cosas muy interesantes, pero "Ilunari Argia" tiene errores de bulto rápidos de resumir pero con mucho desarrollo por detrás: la creatividad es importante, pero también lo es la técnica.

El proceso de grabación de un disco es largo y puede llegar a ser tedioso: composición, arreglos, grabación de demos, revisión, grabación del disco, edición de errores, mezcla, masterización y ya, por fin, edición del disco. ENBOR ARNASA se han saltado pasos, muchos y, por los motivos que procedan, no han contado con los profesionales adecuados. Ciertamente cada vez es más sencillo sacar un buen sonido con medios limitados, pero los conocimientos técnicos son imprescindibles, y muchas veces la supervisión de alguien que actúe como filtro, también.

El sonido de todo el disco es realmente malo, y no en el sentido de crudo, sino que la batería suena programada y seca, sin humanizar, finita y en segundo plano. Las guitarras y el bajo tienen muchísimos errores de ejecución que no han sido corregidos, y lo mismo pasa con la voz. Esto se nota sobre todo en los guturales, que más bien parecen susurrados. Además muchas veces la transición entre partes es brusca, no hay arreglos que hagan que la canción fluya.

"Ilunari Argia" sería una buena (muy buena) demo sobre la que ponerse a trabajar, con los instrumentistas y técnicos adecuados alrededor. Por desgracia, con todas las buenas ideas que hay en este trabajo, el sonido y la ejecución hacen que todos esos esfuerzos queden completamente deslucidos y lejos de un resultado profesional.

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