Crítica de "Fauna", el monumental disco de HAKEN

El séptimo trabajo de los británicos es todo un desafío para los oídos y un regalo para los fans del Metal Progresivo más exigente

A punto de cumplir veinte años de trayectoria como banda, los británicos HAKEN recuperan brío tras el paréntesis pandémico con la edición de “Fauna” su séptimo disco y su esfuerzo creativo más elaborado e intrincado hasta la fecha. Tras cerrar su reflexión sobre el poder que les ocupó sus dos discos anteriores, “Vektor” y “Virus”, en “Fauna” los reyes del Metal Progresivo europeo usan la metáfora de que cuanto acontece a la naturaleza en general y a los animales en particular se relaciona con lo que nos sucede a nosotros, los humanos, como especie depredadora. Una reflexión absolutamente necesaria envuelta en un tapiz sonoro abigarrado, colorido y deslumbrante. Os lo cuento…

La portada y los animales antropomorfos de "Fauna"

Antes de entrar en materia musical es obligado hacer mención del maravilloso arte gráfico de Dan Goldsworthy, que ha creado en “Fauna” un colorido universo de animales humanizados (¿o tal vez de humanos animalizados?) que, en palabras de la propia banda, es lo mejor que han hecho en toda su carrera. Si tienes a tu alcance el vinilo verás mil y un detalles en cada esquina que te llamarán la atención y te harán pensar. Si a la buena música se la acompaña de buenas ilustraciones estamos ya en la categoría de la maestría total.

La música de "Fauna"

Esto mismo puede decirse del arranque del disco con “Taurus”, un tema que en sus primeros compases es Djent polirrítmico y que según avanza va dotándose de capas de teclado ampuloso y melodías vocales magníficas.

Qué gran noticia es la vuelta de Pete Jones a los teclados y qué gran trabajo de batería lleva a cabo ese metrónomo humano llamado Ray Hearne. “Nightingale” nace arrullada por el teclado retro de Jones y estalla a puro guitarrazo de la mano de esas dos máquinas infalibles que son Richard Henshall y Charlie Griffiths. No se prodigan en largos y elaborados solos de guitarra; de hecho, casi no encontrarás de eso en este disco sino más bien un colosal trabajo a las seis (¡y ocho!) cuerdas que se concreta en un sinfín de escalas, arpegios y arreglos que llenan de musicalidad la composición. La transición perfecta de pasajes abruptos de puro Metal abrasivo a otros más bucólicos y atmosféricos es marca de la casa y en este tema esto es ejecutado con total maestría. No hay un momento de aburrimiento con HAKEN y “Fauna” lo demuestra desde sus primeros compases.

"El retorno de Pete Jones a los teclados tras catorce años de ausencia dota a HAKEN de una sonoridad espectacular y de un virtuosismo a la altura del resto de la banda"

La capacidad de HAKEN de innovar y sorprender es inagotable y “The Alphabet of Me” es un claro ejemplo. Teclados de sonoridades casi Techno, baterías electrónicas delirantes y fraseos vocales casi Rap podrían ser una ensalada difícil de digerir para muchos, pero si luego toda la construcción musical nos conduce a un estribillo bombástico donde la voz de Ross Jennings desgrana melodías de una belleza asombrosa estaremos de acuerdo en que estamos ante un espécimen único al que sólo cabe admirar. Los detalles de trompeta del final sólo añaden más exotismo a una canción memorable a pesar de su complejidad. Pero si en algo son expertos los londinenses es en hacer que algo pequeño y en apariencia insignificante crezca hasta dimensiones catedralicias.

“Sempiternal Beings” nace minimalista con arreglos de teclado y batería en apariencia sencillos que van creciendo hasta catapultarnos a un marasmo sonoro atronador donde las guitarras de Henshall y Griffiths soportan el peso de un estribillo majestuoso donde Jennings vuelve a demostrar que, pese a ser un cantante con un timbre que puede no agradar a todo el mundo, su técnica y su buen gusto son realmente asombrosos.

Si antes decíamos que la pareja de guitarristas de la banda no se prodigaba en solos aquí asistimos al primero de los pocos que ofrecen y realmente no entiendo muy bien por qué no meten más solos porque el de esta canción es de quitarse el sombrero. “Beneath the White Rainbow” es otro viaje por los confines del Math Rock y el Progresivo más valiente gracias a los complejísimos arreglos de batería y los mil y un detalles de voz y teclados que no paran de dibujar filigranas sonoras que dan para centeneres de escuchas antes de sacarles todo el jugo. Puede decirse también esto de las elaboradísimas líneas de bajo de Conner Green, una bestia parda que no para de replicar los intrincados riffs de guitarra de sus compañeros con una soltura y una contundencia brutales.

La metáfora de HAKEN sobre la humanidad y la naturaleza

“Fauna” es una colosal metáfora musical sobre la terrible incidencia del ser humano en la naturaleza y, por lo tanto, en sí mismo como especie. Complejidad conceptual al servicio de una gran complejidad musical.

Y si antes hablábamos de Conner Green es en “Island in the Clouds” donde comprobamos desde el mismo arranque su maravillosa técnica a las seis cuerdas graves. El solo de guitarra que se aprecia al comienzo de la canción suena descacharrado, desafinado y del revés, pero es que puede que sea de lo mejor de una canción que avanza hacia la grandeza de un estribillo de voces celestiales y teclados monumentales.

HAKEN es capaz de facturar extensas canciones llenas de purismo Progresivo y de pasajes musicales de gran complejidad, pero también de firmar piezas tan maravillosas como “Lovebite”, que en poco más de tres minutos subliman lo más destacado de sus habilidades magistrales en una pieza pegadiza, llena de guiños y arreglos llamativos. En esta ocasión utilizan brillantemente la metáfora de la viuda negra, la araña que devora a su pareja tras la cópula, para reflexionar sobre las relaciones tóxicas. El breve pero épico solo de guitarra se acopla perfectamente a una canción en la que el estribillo es sencillamente perfecto y los arreglos de guitarra recuerdan poderosamente a los RUSH de los ochenta. Y todo en poco más de tres minutos, repito, magistrales.

Pero, pese a ser también capaces de ser concisos, nada gusta más a una banda progresiva que desmelenarse con largos temas de más de diez minutos y aquí llega el momento de recostarse en el sofá y dejarse llevar por la fantasía progresiva que es “Elephants Never Forget”. El menú de la canción abarca todo lo que uno puede esperar de una banda como HAKEN: riffs demoledores en afinaciones imposibles, ritmos de batería endemoniados que dan para una tesis doctoral, cambios de tiempo y de modo como para enloquecer a cualquiera y solos (sí, solos) de guitarra y teclado, que si bien son breves y explosivos, contribuyen a crear una tensión narrativa tal que te dejan sin aliento. Una composición de proporciones elefantiásicas, si se me permite la broma.

"Fauna", uno de los discos indispensables para los amantes del Metal Progresivo

El cierre de “Fauna” lo pone “Eyes of Ebony”, una canción abrumadora por su delicadeza inicial, llena de sutileza y aparente sencillez que se desarrolla con elegancia desplegando toda una paleta de deslumbrantes colores sonoros. Esos riffs pétreos, esos parones súbitos, esas transiciones de lo tremendo y atronador a lo leve y sugerente, esa incansable capacidad de sorprender… Entiendo que no es plato para todos los gustos, pero si eres seguidor del Metal Progresivo “Fauna” de HAKEN es uno de los discos del año. Sin lugar a duda.

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Discográfica: Inside Out Records

Más información sobre HAKEN y su "Fauna" en su página de Facebook.