Es una alegría comprobar cómo, en tiempos tan nocivos para la cultura como son los que estamos viviendo, logran sacar adelante sus propuestas muchas de esas bandas menos pudientes en cuanto a infraestructura o respaldo de una compañía de envergadura. Valga esta pequeña introducción para recalcar mi enhorabuena para todas esas valientes y perseverantes agrupaciones a las que esta terrible pandemia no ha logrado amedrentar. Entre ellas, precisamente, se halla GRAPESHOT, un quinteto madrileño que ya es un viejo conocido en esta casa, dado que tuvimos la oportunidad de contar con la banda de marras en nuestro HELLPRESS FEST 2018. "Suckcess" se denomina su tercer y reciente trabajo, cuarto si tenemos en cuenta el EP con el que debutó la agrupación hace ocho años.
GRAPESHOT propone con "Suckcess" viajar por la senda del más reconocible Groove Metal americano de corte noventero
De nuevo, y como ya sucediera en "All About To End", su anterior obra, nuestros cinco protagonistas nos vuelven a deparar un dilatado viaje por la senda del más reconocible Groove Metal americano de corte noventero en el que, por otra parte, no deja de haber incursiones en otro tipo de sonoridades que, en "Suckcess", abarcan desde el Thrash de nuevo cuño, pasando por el Stoner más embrutecido y metalizado al que casi mejor convendría denominar Sludge e incluso algún que otro destello propio de la escuela del Melodeath escandinavo noventero.
A decir verdad, el mejunje, por momentos, podría parecer arriesgado e incluso algo desmedido, pero GRAPESHOT sabe aunar todos sus elementos y darle una fisionomía coherente a esa amalgama de temas a veces tan dispares entre ellos pero, a su vez, emparentados y amamantados bajo un mismo techo donde las normas de convivencia las marca principalmente la virulenta y empantanada musculatura sonora que recorre "Suckcess" desde que arranca hasta que acaba, así como la particular voz de Esteban, ensangrentada o melódica según la ocasión lo demande, y es que el vocalista en cuestión se muestra capacitado para darle una tesitura cuasiteatral a los temas en sus interpretaciones.
Todas estas virtudes y suma de circunstancias conlleva a que ese camaleónico espíritu que parece poseer el álbum acabe algo más condensado y mesurado de cara a que el resultado final, analizando la obra en su conjunto, sea más armónico y esté dotado de mayor sentido.
Un sentimiento de hostilidad se apodera del arranque del álbum con "Morning Rally", un tema directo, de riffeado rápido y semblante thrasher que da paso a “Cold Hustler”, un corte también atolondrado y de fisionomía escandinava que perfectamente podría haber firmado una banda como THE HAUNTED y que logra apaciguarse levemente en sus estribillos, donde las líneas de voz de Esteban, sin llegar a caer en pomposidades ni recursos comerciales y facilones, aportan una interesante dosis de melodía a un tema repleto de aspereza y contundencia.
Por su parte, “Out Of My Hands” te contagia rápidamente de un riff pegadizo que, por instantes, me recuerda a las rítmicas de las que solía hacer gala AMON AMARTH en sus primeros trabajos. De nuevo, dentro de ese sonido abrasivo saca la cabeza otro brillante estribillo con el que, en esta ocasión, logro acordarme de esas bandas de Hardcore/Metal británicas de la talla de EARTHTONE 9 que vieron la luz a mediados de los años noventa. “Right On” enseña sus cartas desde sus primeros acordes. Estamos ante un tema Stoner/Sludge de manual, aderezado con una pesadez y densidad que bebe de bandas como DOWN, ORANGE GOBLIN o KYUSS. Esencia estadounidense, feeling y pegada es lo que te deparará uno de los cortes más atractivos de todo el largo.
“Walk In Sand” tiene los estigmas más identitarios del Groove / Southern noventero que a finales de dicha década llevaban a cabo bandas como PANTERA, mientras que "We'll Return" se muestra como una de las piezas estelares de todo el plástico. Un sonido arenoso y cálido de guitarras te arrastra hasta un estribillo que se antoja como apocalíptico y que entra con toda la facilidad del mundo.
“Parricide” tiene una estuctura similar a la de agrupaciones como DEVILDRIVER. Una base rítmica, por momentos, muy ligada al Metal Extremo, bien asociada a una melodía vocal dotada en dicha ocasión de cierto misticismo y de un toque dramático en su interpretación, logran darle forma a otro tema con un sello muy personal, algo difícil de encontrar en los tiempos que corren. En el tramo final, estalla con vehemencia “Beholder”, un corte que acaricia de soslayo el sonido de agrupaciones como AT THE GATES. “A Hostias”, único tema que GRAPESHOT ofrece en castellano en todo su trabajo, es una salvajada de Thrashcore de apenas dos minutos donde la formación vomita una buena dosis de bilis, acorde con todo ese sentimiento de furor y de inquina que desprende el lanzamiento durante todo su recorrido.
Tiene muchas virtudes "Suckcess". Por un lado, toda esa desmedida hostilidad que la banda parece querer transmitir resulta altamente contagiosa y embriagadora si lo que se anda buscando es una buena dosis de mala leche y de aspereza musical. Por otro, a un buen y laborioso diseño de los temas se une un sonido que encaja sin fisuras en este puzzle, donde ese enlodado grosor de las guitarras, la opulencia de la base rítmica y la voz saturada y, por momentos, agónica de Esteban, atinan consiguiendo los necesarios niveles de decadencia y crudeza que mejor le sientan a propuestas como las de GRAPESHOT.
Discográfica: Autoeditado
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