IMPIETY - Ravage & Conquer

Qué tipo, Shyaithan. Cuesta seguirle la pista a pesar de que no deja de bombardearnos (literalmente, en su caso) con nuevo material de IMPIETY. Desde 2009 ha editado tres discos de estudio, dos en directo, dos EPs y un DVD. Lleva en marcha desde 1990 y ha vivido en su Singapur natal y posteriormente en México, Japón e Italia antes de regresar a Singapur. Es casi incapaz de mantener un line-up durante varios meses seguidos y sigue obsesionado con los cinturones de balas enormes, las cruces tamaño pared de casa de tu abuela (pero invertidas, claro), el macho cabrío y la guerra. Y sigue repartiendo metralla con IMPIETY a diestro y siniestro, sin ninguna pinta a estas alturas de dejar de ser lo que siempre ha sido. Ni falta que hace, claro. Ahí está él y ahí está IMPIETY, con sus apasionados seguidores y sus incansables críticos, epítome de la brutalidad casi gratuita, de una barbarie criminal que en su caso, eso hay que reconocérselo, tiene copyright. Cosas de llevar casi un cuarto de siglo en la escena.

No soy ni un gran admirador ni un inquisitorio perseguidor de este grupo en el que Shyaithan se hace acompañar ahora por el guitarrista Nizam Aziz y el batería australiano Dizazter. Ninguno de los dos ha cumplido los dos años en el grupo y veremos si los cumplen. Hay discos que me resultan realmente divertidos como “Paramount Evil” o “Formidonis Nex Cultus”, otros que me parecen muy interesantes y algunos que me resultan completamente prescindibles. Siempre dentro de una tónica muy estable y de un nivel medio muy similar, así que muchas veces depende de las ganas que tengas de someterte a una dosis de War/Death/Black/Thrash Metal de las que deja estigmas: atronador, ultrarrápido, salvaje y blasfemo. Es lo que hay más allá del Black Metal más genérico de la primera etapa del grupo. Puedes tomarlo o puedes dejarlo y en un puñado de meses IMPIETY estará llamando otra vez a la puerta con nuevo material,  mismo planteamiento y otra portada con el macho cabrío.

Para “Ravage & Conquer” la ínclita cabra ha ocupado su trono y va armada hasta los dientes. Buena portada y sutil aviso para navegantes después de “Worshippers Of The Seventh Tyranny”, un disco que era una canción de casi 40 minutos y que se convirtió en la pieza más experimental (y tal vez más ambiciosa) en la trayectoria del grupo. Y después de “Advent Of…”, el ultimo EP que dejó aroma a vieja escuela y un sonido más podrido y orgánico, IMPIETY vuelve a su línea maestra, se salta cualquier amago de profundizar en cualquier experimentación o evolución y larga casi 50 minutos de bestialidad marca de la casa y tal vez en su expresión más intensa y brutal hasta la fecha.


¿Mejor o peor? Es opinable. Esto es sonido IMPIETY y los seguidores más irredentos quedarán encantados. Pero es una pena que Shyaithan haya aparcado las texturas y atmósferas de 2010-2011, lo que para otros grupos sólo son dos años, para IMPIETY es toda una etapa. Quizá haya influido la reformación y el trabajo junto a dos nuevos músicos que dejan su impronta. Nizam Aziz aporta algunas de las mejores guitarras que ha tenido el grupo en mucho tiempo, con riffs distinguidos y solos que gobiernan el caos y hasta se permiten algún devaneo casi neoclásico. Hay partes de “Legacy Of Savagery” en las que te imaginas a Yngwie tocando War Metal. En realidad no tanto pero creo que se capta la idea. Dizazter es un verdadero animal a la batería y parece como si Shyaitan hubiera adaptado las composiciones, más frenéticas que nunca, a las habilidades de su nuevo fichaje, que deja un trabajo aplastante pero que es síntoma también de lo peor del disco, ese afán por una brutalidad tan exagerada que conduce a una producción demasiado sintética que coloca esa batería, además llena de triggers, en un excesivo primer plano. “The Scourge Majesty” es un caso claro de canción que sería mejor con un sonido más orgánico y algo más de vibración old school.

En su línea de no hacer concesiones, Shyaithan ha escrito sus habituales temas de más de siete minutos, exageraciones de incesante masacre que agotarán a los menos adeptos en la primera escucha. Para los amantes de este tipo de exceso “Revelation Decimation”, la citada “Legacy Of Savagery” o la excelente “Weaponized” serán nuevos himnos de Metal Extremo llevado al límite, cargadas de blastbeats, ritmos atómicos, líneas vocales enfermizas, atmósferas bélicas y obsesivas y pasajes de guitarreo épico. Para el cierre quedan dos delicatessen que cambian ligeramente el registro. “Salve The Goat” es una reconstrucción puesta al día de “Cuntblasphemy - Paganistic Bitchgoddess Deiimpalationun” (todo un título, ¿eh?), tema grabado por el grupo en 1993 y que conserva el gustoso sabor pretérito del Black Metal mucho más genuino de aquella época. La otra es una versión del clásico de BATHORY “Sacrifice”, con no poca de la vibración original pero pasado por el filtro IMPIETY. ¿Divertida? Desde luego ¿Mejor que la original? Por supuesto que no.

Podría ponerle una nota más alta a este “Ravage & Conquer”. Tiene momentos de excelsa brutalidad asfixiante y épica. Pero me temo que no es un disco del que vaya a guardar un excelente recuerdo ni al que vaya a volver con demasiada asiduidad. Ni siquiera trastoca mi opinión sobre IMPIETY, un constante sí… pero no. Nunca será una de mis bandas favoritas ni creo que llegue a editar un disco que me cautive de forma absoluta. Ahora bien, sus méritos son innegables, su pedigrí incuestionable y sus bazas estilísticas muy claras. Una carrera de más de dos décadas saluda a Shyaithan y eso no se consigue así como así. Los amantes del salvajismo más frenético tienen chicha de la buena en este disco, que ni es el mejor de IMPIETY ni mucho menos el peor. Es, con sus virtudes y sus defectos (esa producción…), un disco más de este grupo. Tú decides si eso es bueno o malo…


 

Juanma Rubio

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí