STAHLMANN - Quecksilber

Arranca 2012 con un segundo disco para los alemanes STAHLMANN, titulado "Quecksilber". El nombre del trabajo significa "mercurio", y para estos hombres de acero germanos, el metal líquido parece simbolizar su versatilidad. De nuevo, cómo no, están presentes los elementos típicos del Metal Industrial de la Neue Deutsche Härte, con algún extra bailable con respecto a su primer álbum.

Las diferencias con su debut no son, ni mucho menos, abismales, sino que básicamente encontramos en "Quecksilber" el mismo tipo de sonido: guitarras y ritmos pesados y machacones, voces ásperas, un toque romántico..., si bien en el apartado electrónico parece que el grupo ha abierto un poco más sus miras y determinadas canciones pasan de puntillas por la pista de baile.

RAMMSTEIN, MEGAHERZ, EISBRECHER y otras bandas de la "nueva fuerza alemana" son claros referentes para estos teutones, porque no es precisamente STAHLMANN un dechado de inventiva, aunque los componentes mencionados están muy bien traídos desde cortes como el inicial "Engel Der Dunkelheit", intenso pero pausado, o "Spring Nicht", que hubiera sido mejor opener al ser mucho más contundente, al igual que el potente y pegadizo "Tanzmaschine", del que al final del álbum encontramos un enérgico remix totalmente bailable.

"Asche", empero, diluye la fuerza que iba adquiriendo el trabajo, y eso que no pierde la rotundidad de las guitarras, pero la canción no deja de ser una especie de balada. Con "Mein Leib", muy electrónico, y la dureza y ese romanticismo del que hablaba antes, presentes en el no demasiado rápido "Am Grunde", se nos pone cuesta arriba el ecuador del disco, sobre todo porque a este corte le sucede "Goetter", con el que se sigue echando en falta algo de velocidad, aunque los temas siguen sonando atractivos.

Con "Schmerz" y su sonido siniestro y el final "Diener", la cosa remonta, pero desde luego, un poco más de fuerza, de punto rabioso si se quiere, no habría venido mal a STAHLMANN en este "Quecksilber". No deja de ser un disco muy aprovechable, pero recomendaría antes su debut de título homónimo, ya que el hombre de acero parece más reposado de lo habitual en esta ocasión.

Enrique Herrero