"WARBRINGER es Metal. Con clase, instinto y pegada. A este quinteto californiano le sale del alma lo que otros se empeñan en conseguir, y lo demuestra con Worlds Torn Asunder"
Me gusta WARBRINGER, me parece uno de los grupos más interesantes de toda la oleada de nuevo-retro-Thrash, una corriente que ha dado un nuevo y valioso empujón a un género esencial y maravilloso con la sombra, casi nada es gratis en la vida, de cierta tendencia al cliché y a la moda no muy bien entendida. Una masificación que, unida al hecho de que el Thrash es Thrash y no da (no debería dar) para demasiados experimentos ni conjeturas, hace que sea sencillo simplificar: hay grupos muy buenos, buenos, no tan buenos y hasta alguno bastante malo. WARBRINGER es de los muy buenos y lo demuestra con "Worlds Torn Asunder".
Y lo es además de porque tiene el don de la oportunidad (llegó en pleno auge del resurgir thrasher propulsado por las catapultas de Century Media), porque trabaja a destajo (tres discos y una tonelada de giras en menos de cuatro años) y porque a su juventud le añade cerebro y trabajo duro. Y buen gusto. “Worlds Torn Asunder” cuenta igual que su predecesor con un artwork (sensacional) del mítico Dan Seagrave y se presenta con un sonido apabullante y explosivo cortesía de Steve Evetts, que ha aunado lo mejor de las sonoridades actuales y clásicas del Thrash para redondear un estilo expansivo pero clásico y arrolladoramente metálico.
Porque WARBRINGER es Metal. Con clase, instinto y pegada. A este quinteto californiano le sale del alma lo que otros se empeñan en conseguir. Y eso se nota. Y gusta. Buenas canciones, energía y una revisión de lo mejor de casi tres décadas de tradición Thrash. Buen nivel instrumental e inquietud compositiva para parir un disco equilibrado y con una interesante personalidad. El debut “War Without End” enganchaba a la primera a base de himnos en onda vieja escuela y su (inferior) continuación “Waking Into Nightmares” crecía tras un buen puñado de excusas con un estilo menos directo y con cierto aroma a Metal más extremo. Ahora “Worlds Torn Asunder” es un disco en el que WARBRINGER quiere madurar y reafirmarse, consolidar su estilo con rasgos de los trabajos anteriores y algunas adiciones, aunque sea a nivel de matiz. Hay un obvio esfuerzo por crear composiciones bien pensadas y equilibradas. Todo es Thrash pero hay en efecto partes más old school y otras más técnicas, más directas o más reptantes, muchos cambios de ritmo y un estilo a veces puramente Speed y añejo, otras veces más oscuro y con un guiño Extremo y por momentos incluso en una vertiente más técnica o épica, empezando a apuntar hacia FORBIDDEN o PARADOX, por ejemplo. Pero siguen mandando los homenajes a SLAYER, KREATOR, EXODUS, TESTAMENT o los primerísimos METALLICA.
WARBRINGER, por lo tanto, afirma y amplifica su potencial en un disco brillante que tiene como telón de fondo el ocaso de un mundo enfermo y saqueado por la raza humana. Quizá por eso la música tiene en muchos momentos un tono apocalíptico, una pátina de una oscuridad que aporta un contrapunto serio y a su manera elegante al material más fresco, incisivo y macarra. Y el mejor ejemplo está en las canciones más elaboradas: la excelente “Savagery” o la abrumadora “Echoes From The Void”, no digamos en la frágil y misteriosa pieza acústica “Behind The Veils Of Night”. Esta faceta del disco exhibe el crecimiento como creadores e intérpretes de estos cinco músicos que siguen largando además himnos en pura tradición old school como “Shattered Like Glass” (apoteósica), “Living Weapon” o “Treacheous Tongue”.
Hay un montón de riffs que recuerdan a muchos grupos de la vieja guardia (y a algunos compañeros de generación en un proceso de perpetuo reciclaje y reflejo), hay solos salteados, algunos de primera categoría y brillante tradición Heavy Metal. Hay una base de ritmo atronadora y muy bien tratada por la producción. Y hay buenas líneas vocales de un tremendamente cómodo y agresivo John Kevill. Hay buenas canciones, un gran sonido y un marchamo netamente metálico y honesto, hecho con el corazón. Lo que no hay apenas son razones para no recomendar este disco. A mí, al menos, no se me ocurre ninguna. Buen trabajo, WARBRINGER, buen trabajo.
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