Cuando un grupo de la edad de oro de Sleazy, Glam Metal o Hard Rock de finales ochenta, edita nuevo álbum, en general, podemos echarnos a temblar sin saber qué esperar. WINGER podría ser una de las pocas excepciones. Grandes expectativas albergaba en el nuevo trabajo de este revitalizado cuarteto. Tras el espectacular “Karma”, las ganas que había de escuchar su continuación, “Better Days Comin´”, un lustro después, eran enormes. El equipo habitual con Kip, el genio de las seis cuerdas Reb Beach, Rod Morgenstern y John Roth, se ve apoyado, en esta ocasión por el último de sus componentes clásicos, John Taylor, que retorna momentáneamente para meter sus siempre solventes teclados.
WINGER es un caso curioso porque podemos encontrar tres tipos de conocedores del combo de Nueva York. En primer lugar, los que vieron su eclosión gracias al videoclip de “Seventeen” (después llegaron “Headed For A Heartbreak” y “Madeleine”) con un debut que arrasó en el mercado estadounidense si bien considero que sus sucesores, “In The Heart Of The Young” y “Pull”, son bastante superiores. Existe un segundo extracto de gente a quienes el nombre les llegó por las mofas que se hicieron de WINGER en la mítica serie de la MTV, “Beavis And Butt-Head”. Cualquiera que viera aquellos capítulos de mediados de los noventa sabrá de qué hablo. El último y más pequeño target se refiere a aquellos que se adentraron en su música con su regreso en “IV”, el mencionado “Karma” y el que nos ocupa, “Better Days Comin´”.
Sobre estas premisas, comprenderéis que la reunión de WINGER fue de las menos celebradas. Llegó un poco en que casi había que pedir perdón (entiéndase la hipérbole) por ser seguidor suyo pero ellos se encargaron de tapar bocas. De principio “Pull”, editado en 1993 (con lo que estaba condenado al fracaso) es una bomba de relojería y ya nos presentaba a una banda mucho más cañera, que sin ser “condenada” a producciones edulcoradas demostraba una potencia significativa, gracias sobre todo a Reb Beach y la contundencia a la batería de Morgenstern.
El hiato de trece años sirvió para añadir más matices al grupo. El halo oscuro (proveniente, sin duda, de los discos de Kip en solitario, más introspectivos) y los toques progresivos forman parte esencial de esta nueva reencarnación, sin olvidar de donde provienen, algo que “Karma” combinaba con maestría. En “Better Days Comin´”, la euforia no es tanta aunque es plausible que hayan mantenido un nivel de calidad notable. Y es que este trabajo empieza por todo lo alto con la adictiva “Midnight Driver Of A Love Machine”, un tema puro de Hard Rock con todos los elementos necesarios para gustar: riff que engancha, estribillo tarareable y solo sobresaliente.
En “Queen Babylon” toman la batuta Beach, Roth y Taylor, con guitarras y teclados muy marcados, mientras Rod y Kip llevan un ritmo muy marcial que desemboca en un coro que mezcla lo mejor de los ochenta y los noventa con maestría. El triunvirato de fuerza culmina con la acelerada “Rat Race” que casi podría pasar por un tema descartado del escaso tiempo que pasó Reb en DOKKEN aunque la voz de Kip Winger en nada se parezca a la del viejo Don. Es aquí donde entramos en una materia que daría que hablar. Kip nunca ha sido un prodigio con sus cuerdas vocales pero me parece que en este álbum realiza el mejor trabajo de su carrera porque lleva al límite sus cualidades.
A partir de aquí, hay que dejarse llevar porque WINGER presenta una amalgama de estilos a los que, si no has oído “Karma” o “IV”, cuesta acostumbrarse pero de los que se puede sacar pleno disfrute como en el Funky corte que da título a la obra. “Better Days Comin´” podría salir de un disco de FISHBONE o ser la canción que nunca llegará a grabar EXTREME. Como contraposición, “Tin Soldier” ahonda en su vertiente oscuro y Prog con unos teclados influidos claramente por MARILLION aunque el resultado final de la composición no se parezca a los británicos.
Alguien se podrá preguntar. ¿Quedan reminiscencias de los WINGER de los ochenta? Por supuesto que sí. Aquí y allí las hemos apuntado pero donde se ven con mayor evidencia es en las baladas, la conseguida “Ever Wonder” y una no tan destacada “Be Who You Are, Now”, siguen la línea que marcara “Headed For A Heartbreak” en 1988. Lástima que nunca hayan llegado en los lentos a la excelsa “Miles Away”, una canción increíble. El Hard melódico brilla en “So Long China”, otra de las composiciones que hará las delicias de los más clásicos del cuarteto. Con “Storm In Me” vuelven al lado cañero y oscuro, mientras que la final “Out Of This World” es un extenso ejercicio de casi siete minutos, emotivo e intenso, que pone un broche de oro a “Better Days Comin´”.
De vilipendiados a dar un puñetazo en la cara cada vez que sacan un nuevo disco. No venderán millones de copias y, seguramente, pocos nuevos seguidores atraerán y, encima, algunos nostálgicos de su sonido, no querrán evolucionar con ellos, pero esta es la respuesta de WINGER al mundo tras ser sometidos a un escarnio general. Cuando el 90% de bandas, actuales o pasadas, compongan algo de la calidad de “Karma” o “Better Days Comin´”, que la industria se vuelva a mofar de ellos. Obviamente, luego están los gustos de cada uno y hay que ser consciente de que esto no es “Winger” o “In The Heart Of The Young”, segunda parte. Mucho mejor. Esto solo se puede definir con una palabra: personalidad.
Marco-Antonio Romero Rivera
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