Y el Metal escandinavo aterrizó en España. Es curioso, pero estos packs de grupos nórdicos suelen funcionar bien en nuestro país y tener cierto tirón comercial. Recuerdo como hace tan solo unos pocos años, dentro de una materia más hard rockera, el combo formado por HEAT, THE POODLES y TREAT registraba unos números inmejorables en la capital. En esta ocasión, las balas, las tachuelas y los elásticos de procedencia sueca lograron hacer el suficiente ruido entre los acólitos del Heavy Metal más pureta para lograr llenar, prácticamente, la madrileña sala Lemon, en la cual la promotora Kivents parece haber depositado plena confianza, dada la cuantiosa cantidad de shows programados por la misma en el citado local.
DYNAMITE
En torno a las 19:30, y con la sala aún algo descolorida salía a escena DYNAMITE. Lo suyo es una propuesta reconocible tras dos o tres acordes, tanto para bien como para mal. Si te gusta el Rock 'N Roll ácido y pegajoso que bebe directamente de AC/DC, AIRBOURNE o ROSE TATTOO, esta puede ser tu banda. Ahora bien, si ni siquiera te han calado las bandas anteriormente mencionadas, probablemente te aburras como una ostra con la propuesta eléctrica y movidita, pero desvestida de originalidad, del cuarteto sueco.
Comandados por un frontman grandón y con mucha presencia como lo es el cantante y guitarrista Mattis Karlsson, el combo nórdico arrancó su actuación con "Blackout Station", tema que titula el último compacto del cuarteto. Tras este, y con un sonido nítido pero algo elevado quizás para tratarse de un recinto pequeño, cayeron otros cortes como "Damn Your Woman", "Ride Alone", "It's a Long Way Home" o "Wild And Untame".
La verdad es que DYNAMITE es una banda con una fisionomía bien distinta a la de sus dos compañeras de viaje en esta gira, pero esa circunstancia para nada descolocó a la gente. Es más, pareció animar a los allí presentes desde el principio y a los que se fueron sumando según transcurría el crono. Pintas macarruzas y Rock directo y sin aditivos es que ofrecía la formación encabezada por Karlsson, la cual invitaba con su soniquete a beber cerveza, mucha cerveza.
"Stone heart Rebel", "Burn It Down" y "Gone Wild" dieron carpetazo a una actuación que debió de rondar los cuarenta y cinco minutos y que ayudó a ir calentando el ambiente.
WOLF
El de WOLF es uno de esos casos que escuece. Con una media de edad que ronda e incluso supera los cuarenta años, llevan años (cerca de dos décadas) quemando carretera y pateándose los circuitos de medio mundo y, sin embargo, al cuarteto liderado por el rubiales menudito Niklas "Viper" no le queda otra que resignarse y seguir luchando, aceptando, en esta ocasión, que para llegar a un buen porcentaje de público tenían que venir como segundos de una banda de "chavalines" con una trayectoria bastante más corta llamada ENFORCER. No es la primera vez que vemos casos de este tipo, ni será la última. Y, ojo, tampoco pretendo dar a entender que WOLF deberían estar llenando grandes pabellones, pero quizá sí encabezando sus propias giras y tocando en recintos medianos, porque estamos ante una bandaza de Heavy Metal de los pies a la cabeza.
Sobre las 20:30, y con una iluminación que parecía apostar por una vertiente oscura y tenebrosa, hacían acto de presencia los cuatro miembros de WOLF. Tras una breve intro, arrancaba de un modo huracanado "Shark Attack", ese singelazo que los de "Viper" se sacaron de la manga de su último trabajo, editado el año pasado. Tras esta, la banda fue vertiendo otras piezas como "The Bite", "Voodoo" o la pegadiza y coreable "My Demon".
Hay varias cosas que iban quedando patentes en el primer tramo del bolo de los nórdicos. Primero, que la banda está muy hecha en los escenarios, va sobrada de tablas y su show entra a la perfección tanto a nivel auditivo como visual. Sobre esto último, cabe destacar que tanto "Viper" como Anders Modd, el bajista, llevaban tachuelado el logo de la banda en la cinta de sujeción de sus respectivos instrumentos, mientras que el otro guitarrista, Simon Johansson, se valía con sus gestos y su contundente presencia sobre el escenario para llamar la atención y transmitir una buena dosis de fuerza, siendo quizá el músico en el que más se sustenta la puesta en escena de WOLF, aunque las caras endemoniadas del anteriormente citado vocalista tampoco se quedaban cortas e iban sumando enteros a un show que pintaba imparable.
"Night Stalker", "Hail Caesar" e "Evil Star" fueron otras de las canciones que los de Örebro lanzaron sobre nuestros oídos. Cabe destacar que desde el comienzo de la actuación de WOLF la sala ya presentaba un gran aspecto, con algo más de dos tercios de entrada, lo cual ayudó al buen funcionamiento del bolo y a que la entrega de los músicos se palpara desde el inicio.
La traca final vino de la mano de "Skull Crusher", "Venom" y ese himno del Metal enfrascado en el circuito más underground que es "Speed On", con el que el combo sueco dijo adiós a una buena actuación, en la que no faltó el derroche de actitud y ganas, con bajada del bajista Anders Modd al foso para tocar entre los asistentes, los típicos gestos reivindicativos del Heavy Metal, el sonido potente y a la altura de una banda con recorrido y, por encima de todo, la profesionalidad y sobriedad de una propuesta con pocas fisuras en su haber.
ENFORCER
Con poco más de quince minutos para el cambio de backline, servidor y algunos acompañantes aprovechamos para fumarnos un cigarro in extremis fuera e intercambiar algunas impresiones. De vuelta al recinto, comprobé el llamativo nuevo atrezzo con que configuraba el principal y único aporte escénico del que haría uso ENFORCER en este concierto e imagino que en toda la presente gira. Por un lado, dos amplios paneles laterales detrás de los músicos con las letras "From beyond", que bautizan el último trabajo de los suecos, y, por otra, una serie de candelabros de aire retro que le daban un toque tétrico y fantasmal al escenario, así como un envoltorio, también propulsado por el aspecto rigurosamente ochentero de la mayoría de los asistentes, claramente deudor de esos primeros años de la New Wave británica. VENOM, ANGEL WITCH.... Un marco impecable para comenzar un bolo de estas características.
"Destroyer", "Undying Evil" y "Mesmerized By Fire" dieron el pistoletazo de salida con un sonido paupérrimo y embarullado. Hablemos con franqueza. ENFORCER es una banda que nunca se ha destacado por su "limpieza" en la ejecución y son muchos peros los que han ido arrastrando desde sus inicios, de los cuales, si te mueves en este mundillo, habrás oído hablar en más de una ocasión. Que si la banda se acelera demasiado, que si Olof, el vocalista, no defiende del todo bien lo que registra en estudio... En fin, una cuantiosa cantidad de pegas que la gente les pone y que no parece pasarles por alto. Eso sí, la misma gente que acude una y otra vez a verles y que hace que la formación sueca puedan seguir tirando hacia adelante. Caprichos de la música.
Yo prefiero decir, en un tono menos criticón, que los de Olof le ponen más corazón que cabeza a sus shows, como demostraron una vez más en la Lemon, pero tampoco es algo que personalmente me estorbe en exceso, y es que creo que hay otro tipo de bandas, más técnicas y pulidas, a las que sí se les puede y debe mirar con lupa en este aspecto. El cuarteto sueco pecará de ofrecer un sonido polvoriento y pasado de vueltas, pero pocas pegas se le puede poner en lo que a entrega e intensidad se refiere.
"Live For The Night", "From Beyond", "Scream Of The Savage" y "Hell Will Follow" dieron continuidad a un bolo que tomó la directa desde su arranque. El sonido parecía mejorar por fases, aunque nunca lograríamos obtener la nitidez disfrutada con WOLF, por desgracia. Como curiosidad, cabe resaltar que hay un guitarrista nuevo en el seno de la banda y que no es el que venía acompañando al grupo desde sus inicios. El tipo en cuestión tenía cierta similitud con Karl Logan de MANOWAR, aunque gastando un bigotazo tabernero al más puro estilo de Lemmy Kilmister. A decir verdad, no se si fue por tener pocas tablas o por indicaciones de los mandamases del cuarteto, pero el guitarrista de marras pasó un poco desapercibido visualmente hablando, dado que el peso del show, a la hora de guerrear y de agitar al público estuvo en todo momento en manos del grandullón y delgaducho Olof y de Tobias Lindqvist, el bajista.
En el tramo final del bolo, en el cual Olof tuvo varios problemas con la cinta de su guitarra y tuvo que apañárselas para tocar algunos minutos sin la misma y estar tan solo pendiente del micro, cayeron "Take Me Out Of This Night", "Mask Of The Read Death", "Below The Slumber", "Katana" y "Midnight Vice", que fue la que encendió las luces de la sala tras una hora u hora y cinco minutos de concierto que a unos les supo a más y a otros, a menos.
A decir verdad, el tiempo de actuación de ENFORCER fue breve, muy breve, teniendo en cuenta que es una banda que ya lleva cuatro discos en el mercado. Ahora bien, dentro de la brevedad, los cuatro componentes sudaron lo suyo y se dejaron la piel en el escenario, y es que no hay mal que por bien no venga, aunque, visto de un modo global y objetivo, WOLF se llevaron el galardón al mejor show de la noche. O así lo percibí yo. Sobre Olof y los suyos, no me cabe duda de que causaron las mismas impresiones vistas otras veces y comentadas en líneas anteriores entre sus detractores. "Es que son muy malos", escuché a la salida. Os apuesto lo que queráis a que ese mismo tipo será el primero que acuda a un concierto suyo en su regreso a España. ¡Aaay, ENFORCER! Tan malos no serán.
Crónica: Jorge Osoro
Fotos: Samuel González