Conciertos de TRIVIUM, POWER TRIP y VENOM PRISON - 8 de abril de 2018, Barcelona (sala Razzmatazz 2)
Un nuevo Route Resurrection desembarcó en Barcelona un domingo lluvioso del mes de abril y en el cual pudimos disfrutar de un trío de bandas tan potente como variado: TRIVIUM, POWER TRIP y VENOM PRISON. El público de la Ciudad Condal respondió con creces y se llegó a colgar el cartel de sold out en la puerta del recinto como también había ocurrido en Madrid la noche anterior.
Llegué a las inmediaciones de la sala cinco minutos antes de la apertura de puertas y me encontré con una cola larguísima que empezaba en la puerta de Razzmatazz 2, daba la vuelta a la esquina y llegaba hasta la misma puerta de Razzmatazz 1. Todo esto hacía presagiar que se avecinaba una velada metálica intensa.
VENOM PRISON
VENOM PRISON saltó al escenario ante una sala que ya lucía medio llena a pesar de lo temprano que era. Arrancó con la fugaces a la vez que potentísimas “Abysmal Agony” y “Babylon The Whore” en las que Larissa tomó las riendas de la banda desde el principio, resquebrajándonos los tímpanos con sus tonos guturales mientras abría sus ojos de par en par clavando su mirada penetrante sobre los asistentes que se agolpaban en las primeras filas.
Sabían que disponían poco tiempo para tratar de calentar a los asistentes, así que fueron al grano y los primeros pogos llegaron con “Desecration Of Human Privilege”. El único miniparón llegó justo después de “Corrode The Black Sun” en el que aprovecharon para tomar un poco de aire y afinar sus instrumentos para seguir de la mano de “Devoid”.
“Perpetrator Emasculation” atronó Razzmatazz 2 y el público respondió con unos circle pits algo descafeinados viendo los que llegarían más tarde. Entraron a matar con “Womb Forced Animus” y la temperatura de los asistentes empezaba a subir. Su actuación transcurrió en lo que dura un suspiro y en seguida llegamos a la recta final de la mano de “Celestial Patricide” en la que Larissa bajó a cantar al foso. La brutísima “The Primal Chaos”, editada en su EP, significó el punto final a una actuación breve pero potente.
POWER TRIP
Con la sala ya casi llena subió POWER TRIP al escenario para demostrar que es una de las mejores bandas de Thrash Metal actuales. Su último disco, “Nightmare Logic”, llegó a mis manos pocas semanas antes del concierto y tengo que decir que me parece de lo mejor que se publicó el año pasado. Las ganas que tenía de presenciar un concierto suyo eran muy grandes y os puedo asegurar que cumplieron sobradamente mis expectativas. Los de Dallas sonaron crudos, volviendo al público loco con "Soul Sacrifice" que casi llegaron a empalmar con el riff machacón de la enorme "Executioner’s Tax (Swing To The Axe)" en la que cantamos el estribillo a pleno pulmón. La potentísima “Hammer Of Doubt” hizo agitar las cervicales de un público que parecía estar poseído por la intensidad avasalladora de los texanos. Aceleraron el ritmo de nuevo con la enérgica "Nightmare Logic", canción que da nombre a su último trabajo de estudio.
Riley Gale, ataviado con una de sus ya habituales camisetas de OBITUARY y su gorra de SLAYER no paró de saltar y dar patadas voladoras durante todo el show y es que en el momento que le ves junto a Chris Whetzel y a Nick Stewart con sus camisetas de RATT y VICIOUS RUMORS ya sabes que está gente son de fiar.
“Crucifixation” de su último álbum desató la locura de los asistentes de nuevo. Y es que nadie les puede negar la intensidad y agresividad de temas como “Murderer’s Row” o “Firing Squad” que fueron correspondidos con mosh pits en los que más de uno se cayó al suelo, se perdieron zapatillas y hasta algunas gafas también.
Pusieron la guinda a una buenísima actuación con la rudísima “Manifest Decimation”, la canción que abre su primer álbum de estudio, para retirarse del escenario con una gran ovación después de cuarenta y cinco minutos repletos de energía y actitud. Espero volver a cruzarme de nuevo con ellos, pero la próxima vez que sea en su propia gira.
TRIVIUM
Los de Florida venían a presentar “The Sin And The Sentence”, su octavo disco de estudio, y es que a pesar de ser una banda relativamente joven ya poseen una dilatada trayectoria a sus espaldas.
El momento en el que la sala se queda a oscuras y empieza a sonar el “Run To The Hills” de IRON MAIDEN es ya toda una tradición en los conciertos de TRIVIUM. Así fue como empezó el show, con una sala Razzmatazz 2 llena hasta la bandera cantando a pleno pulmón el mítico tema de la doncella. La locura se desató cuando los estadounidenses arrancaron con la canción que da título a su tan bien recibido nuevo trabajo. Gritos, un mar de brazos en alto y un público entregadísimo dieron la bienvenida a la banda liderada por Matt Heaffy. La siguiente en ser ejecutada fue “Throes Of Perdition”, un tema que ya tiene diez años y que es considerado un clásico por los fans. Durante el show fueron intercalando temas de “The Sin And The Sentence” entre canciones antiguas, apostando fuerte por este último disco de estudio del cual llegaron a tocar hasta seis temas que fueron recibidos con entusiasmo. La coreadísima “Betrayer” dio paso a “Ascendancy”, canción que da nombre al disco que les hizo saltar a la fama y que es venerado por su legión de fans.
“Sever The Hand” sonó muy potente con un Matt que parece sentirse más cómodo que nunca a las voces, tanto limpias como guturales. Y es que además está muy bien escudado en los coros por parte de Paolo y Corey. "In Waves" fue el disco que tuvo más representación en directo después del álbum que nos venían a presentar. La primera elegida fue “Inception Of The End”, canción que plasma a la perfección lo bien que saben combinar las voces melódicas con las más rudas. Tras el vendaval que supuso esa canción decidieron poner algo de calma con una “Until The World Goes Cold” ovacionadísima. Fue “Becoming The Dragon” la que nos devolvió a los TRIVIUM más feroces y es que la banda suena engrasada y potentísima, con un Alex Bent arrollador que demostró que es una apisonadora tras los parches.
Acto seguido retomaron su material más nuevo de la mano de “Thrown Into The Fire” que desembocó en el inmenso riff de “Strife”, que desencadenó la locura de los asistentes, cantando el estribillo con decisión. Los mosh pits arrasaron la sala en el momento que atacaron con “Caustic Are The Ties That Blind”. En ese momento decidieron tocar dos canciones más de su último disco de estudio, las elegidas fueron las coreadísimas “The Heart From Your Hate” y “Beyond Oblivion”.
Atacaron el bis con “Shatering The Skies Above” y, a decir verdad, creo que tienen canciones mucho mejores que esta para tocar a estar alturas del concierto. De todas formas, hay que reconocer que sonó brutal y tras este tema Alex aporreando sus parches hizo gritar a una sala estremecida durante el inicio de “Pull Harder On The Strings Of Your Martyr” que fue una auténtica bomba. Acto seguido la sala entera se quedó en cuclillas para saltar al unísono en el inicio de "In Waves". Esto viene siendo otra tradición en los conciertos de los de Florida, que pusieron a botar a todo el mundo haciendo temblar literalmente el suelo de Razzmatazz 2. Tengo que decir que no es la primera vez que siento que el suelo se mueve durante un concierto de TRIVIUM y espero que hagan vibrar los cimientos de nuestras salas durante muchos años más. Viendo su potencial, no descarto que la próxima vez sea ya en la sala grande de Razzmatazz.