Los israelíes ORPHANED LAND llevan tiempo jugando con los conciertos acústicos y cuando anunciaron su gira en este formato no cabía duda alguna de que iba a ser una ocasión casi única, en el que podíamos ver cómo la banda se desenvolvía en una faceta más íntima, diríase casi que más cercana e incluso familiar al “cortar la electricidad”, y con la compañía de una coral de seis cantantes, STIMMGEWALT. Una circunstancia fuera de lo común que convertía a la cita en ineludible.
LEAVES
Desde Barcelona, y con todavía poco público en la sala -noche de Champions con equipos madrileños en liza- LEAVES también quiso participar de la atmósfera acústica y nos ofreció un show de este tipo. Por motivos laborales llegué prácticamente al final de su show, si bien lo visto me me dejó un buen sabor de boca.
La banda, tanto en puesta en escena, como en la musicalidad y sentimiento mostrados, parecía tener mucho influjo de los antiguos THE GATHERING, “demasiado” según comentaba algún espectador.
En cualquier caso, cuando su vocalista Raquel cogió una pandereta para que LEAVES interpretase el último tema, el grupo se despidió entre los calurosos aplausos de la audiencia. Personalmente, puedo asegurar que me hubiera gustado ver más de su breve interpretación.
MOLLLUST
Toda una sorpresa lo de esta Opera Metal alemana. MOLLLUST, como bien nos hizo saber su guitarrista Frank Schumacher, también tiene un componente de Heavy Metal en su música, pero esta noche nos iba a mostrar su lado acústico para mantener la línea del resto de bandas.
Janika Groß llevó la voz cantante de la actuación en todos los sentidos. Presentaba los temas de una forma muy solemne -como si se encontrase en un auditorio ante otro tipo de espectadores-, bromeaba con Frank y cantaba y tocaba el teclado, tapado por una tela con el logo del grupo y ocultando así gran parte del escenario. Parecía que habían plantado un bloque negro ahí en medio, lo que visualmente no quedaba del todo bien. “Nos gusta jugar en España”, afirmaba Janika, confundiendo la traducción del verbo “play” en lo referente a la música, pero las buenas intenciones y la simpatía de la germana se agradecían.
Así pues, trajeados, y con un sonido exquisito, la banda interpretó canciones como “Unschuld”, “König Der Welt”, “Paradise Perdu”, “Ave” -dedicada a Johann Sebastian Bach-, “Sternennacht”, “Number In A Cage” -una historia de ciencia ficción-, “Lampedusa” -sobre la tragedia ocurrida en la isla italiana y que sigue siendo estando de rabiosa actualidad por todo lo relacionado con los reugiados- y “Voices Of The Dead”.
Aparte de la cantante-teclista y del guitarrista, también había dos violinistas y una violonchelista, que nos ofrecieron secciones más intimistas y otras más pesadas y vibrantes, jugando también con su presencia elegante y el buen humor, por ejemplo cuando Frank se puso una corona de cartón o las cariñosas pullas que le lanzaba Janika.
En resumen, una singular propuesta la de MOLLLUST, interesante de ver, y que deja con las ganas de comprobar cómo se comportan los alemanes junto a los compañeros que faltaron esta noche y los elementos metálicos de su música.
CORAL STIMMGEWALT
Antes de que ORPHANED LAND comenzase su recital, el sexteto de la coral STIMMGEWALT nos cantaron a capela varias versiones: el “Engel” de RAMMSTEIN, “The Irish Ballad” o “Beer, Beer, Beer”. Los coristas alemanes transmitieron mucho humor, dedicando sus canciones a “mujeres malas”, “exmaridos y exmujeres” (en castellano) o presentando el tema de la cerveza con un “¡Hala Madrid!” y terminándolo uno de los vocalistas principales con un potente agudo.
STIMMGEWALT también interpretó “Last Night Of The Kings” de VAN CANTO. Versión de un grupo de versiones que incluyó también una parte del “Rebellion (The Clans Are Marching)” de GRAVE DIGGER. Entretenida su actuación pero que no pasó de la mera anécdota.
ORPHANED LAND
Como de costumbre, ORPHANED LAND fue una maravilla. Si ya de por sí sus canciones invitan a dejarse llevar, aún lo hacían más en formato acústico… Un evento de estas características nos traía lo que casi podría considerarse “música para el alma”, con la que la gente se hartó de cantar, aplaudir e incluso bailar. La actuación de los israelíes fue impoluta en todos los aspectos, con dos peros. La voz de Kobi Farhi -yo lo escuché bien desde las primeras filas, pero hubo quien opinó que no llegaba a algunos tonos- y lo poco explotada que fue la coral Stimmgewalt, que obviamente tuvo sus grandes momentos pero que se podía haber utilizado más en pos de la espectacularidad.
Como no podía ser de otra manera, Kobi se ganó al público, sin parar de gesticular. Idan Amsalem se encargó tanto de la guitarra como del más vistoso buzuki, en primera línea junto a Chen Balbus. Más al fondo se encontraba el bajista Uri Zelcha, algo desconcertante ya que tenía un poco más de espacio para acercarse, pero pareció renunciar a cualquier protagonismo a favor de dejar a Kobi una mayor área de movimiento; el batería Matan Shmuely y, a su derecha, el coro.
Entre las piezas destacadas, “The Simple Man”, “All Is One”, “Let The Truce Be Known”, “Brother” -curiosamente, según nos contó Kobi, el primer y único tema de ORPHANED LAND en sonar en la radio israelí-, con la coral muy potente, quizá excesiva.
Tras este tema, llegó el momento surrealista de la noche. La banda abandonó el escenario para dejar a los chicos y chicas de STIMMGEWALT interpretar una pieza en solitario, cuando uno de los coristas pidió luz para iluminar a la audiencia. Cuando todos pensábamos que nos iban a dar las gracias por su apoyo o algo similar, este cantante increpó a uno de los asistentes -además amigo y colaborador habitual de Hellpress- por ponerse una camiseta de WEHRMACHT, la banda de Thrash Metal – Crossover estadounidense, explicándole que llevaba el nombre del ejército nazi en ella y que se lo pensara dos veces antes de acudir a un show con ella. El desconcierto fue total y la cara de alucine de algunos, para retratar. Quizá no fuera la camiseta más apropiada para un concierto de estas características, pero en ningún momento se le pasó por la cabeza a esta persona relacionar el nombre con las tropelías nazis, y sí con la música de la banda de Portland, que no tiene ninguna connotación negativa ni de ideología extrema en sus letras (de hecho, una de sus temáticas es la cerveza). Habrá que olvidarse de ponerse camisetas de SACRED REICH o BLITZKRIEG por si las moscas...
En fin, después de esta extraña situación, y del interludio del coro, volvió ORPHANED LAND sobre el escenario con “The New Jerusalem”, con la que Kobi preguntó que qué tal estaba saliendo el acústico: “¿Cómo se dice? La puta madre”. Simpatía que luego nos desbordó cuando recordaba que que en Madrid el público le tiraba porros -doy fe de ello, en una de sus primeras actuaciones- o cuando trató de imitar a Julio Iglesias y Camarón.
Con “Sapari” y “In Thy Never Ending Way” hizo cantar a todo el público -“mucho fuego”, aseguró Kobi, por la calidez recibida desde la audiencia- encaminándonos hacia la recta final con “Shama'im” y algún cambio en el set previsto, sonando después “The Beloved's Cry” y un imbatible “Norra El Norra” que puso a todo el público a saltar.
En definitiva, esta versión acústica de ORPHANED LAND supuso una grata experiencia, muy especial y con bellos momentos, que va a ser complicado que volvamos a vivir… Al menos hasta que a los israelíes les vuelva a entrar el mono de compartir algo así con sus seguidores.
Crónica y fotos: Enrique Herrero