BARBARIAN SWORDS empala con "Anti-Dogma Megaforce": crítica del brutal disco de los barceloneses

Black Metal un tanto menos visceral pero igualmente intenso en un álbum sobresaliente

BARBARIAN SWORDS ya era una referencia en cuanto al Black Metal hecho en España y así sigue siendo en “Anti-Dogma Megaforce”. Los barceloneses se han aproximado en cada ocasión que publicaban algo al abismo de una forma u otra, por un borde o por el opuesto. Si en el split “Tetrarchia Ex Bestia” se asomaban a ese negro vacío por lado del Doom, en “Totemic Anal Turbofucker” lo hacían pasados de vueltas en un reactor atómico con un Black Metal hiperdestructivo. Ahora, en esta nueva toma de contacto, parece que los catalanes vuelven a dar un cierto giro a su música.

Su sonido en este trabajo es un poco menos bestial y con más acento en las melodías, pero aún mantienen buena parte de su devastador y hediondo aire visto en su anterior entrega. Seguimos estando ante un Black Metal aguerrido que hace honor al material que ya ha cabalgado por nuestros oídos en anteriores entregas. En definitiva, hemos pasado a algo un poco más refinado, pero todavía intenso y con tendencia a resumir todo en poco más de dos o tres minutos por canción, eso sí, bien aprovechados y con riqueza y variedad de elementos, como el mayor uso de solos y melodías de de guitarra respecto a otros trabajos.

A pesar de esa “estandarización” del Black Metal de BARBARIAN SWORDS estamos ante, muy probablemente, el mejor de sus trabajos hasta la fecha. Desde la intro de cinco segundos que pone a andar “Massive Prehistoric Killing Machine” hasta la última exhalación del caballo de la portada, tenemos una cabalgada violenta y cáustica, pero donde hay un mínimo espacio para arreglos de teclado, destacando especialmente su presencia en el cierre, la más épica y elaborada “A Thousand Impaled Heads”.

"Anti-Dogma Megaforce" convive con la polémica

También me han llamado la atención otros asaltos, siempre con espada en mano de bárbaro de por medio, como “Killer Of All Hope”, “Immoral Ritualistic Abomination” o “Nuke Barcelona”, esta última con una notoria cita histórica que cualquier ciudadano español aficionado al deporte recordará por parte del, ya entonces, arranciado Samaranch. Este conjunto de canciones, además de ser estupendo por su calidad musical, ha nacido bendecido por un halo de polémica en que se vio envuelto tras la situación con el sello Void Wanderer.

Este episodio de “censura” queda vinculado de un modo totalmente casual (o no tanto, porque al andar tan cerca del fuego puedes llegar quemarte) el título “Anti-Dogma Megaforce”: la compañía se echó atrás en la edición del disco en vinilo por el contenido lírico de una de las canciones (sin precisar cual de ellas o por qué motivo).

El título sugiere crítica a todo lo establecido, como una manera de avanzar imparable al ir contra la rigidez del pensamiento, incluso el de uno mismo… y recuerda no solo a su más reciente problema, sino a episodios pasados ya sufridos por la banda, latigazos sobre las llagas abiertas en las laceradas carnes de su pensamiento ofensor, latigazos que no hacen más que reforzar precisamente esa mentalidad batalladora contra las normas establecidas.

Si al entretenimiento que ofrece su música y al ácido pensamiento crítico que escupen las canciones de "Anti-Dogma Megaforce" le añadimos una portada de Chris Moyen, como siempre a blanco y negro (iluminada en esta ocasión por la luz anaranjada de una iglesia en llamas) solamente nos queda saludar a su paso al caballero no muerto, decapitador, empalador y ahorcador: el destructor de dogmas. Para este heraldo y ejecutor de la megafuerza antidogmática cualquier gesto será bienvenido, ya sean flores, heces o pepinos ensangrentados, una de las grandes ofensas de la Edad Media, ya que en parte lo que busca BARBARIAN SWORDS es ofender. Por mi parte, le deseo lo mejor.

¡Adelante, héroe! ¡Que los cascos de tu montura jamás dejen de aplastar cráneos ni tu empuñadura deje de embeberse en sangre!