Tan solo un año después de la publicación del tan aclamado por la prensa especializada “Nocturnes And Requiems”, su primer trabajo de estudio, WITHERFALL vuelve a la carga con “A Prelude To Sorrow”. En este corto periodo de tiempo la banda ha vivido las dos caras de la moneda. Por un lado, los californianos consiguieron firmar un contrato a nivel mundial con Century Media, pero antes de eso pasaron por una de las situaciones más duras de su corta carrera: el fallecimiento de Adam Paul Sagan, quien fuese batería de la banda, en 2016.
Este suceso afectó a la banda tan profundamente que decidieron dedicar “Nocturnes And Requiems” a su compañero fallecido. Por si eso fuera poco, el recuerdo de Sagan sigue tan presente entre sus compañeros de banda que han decidido continuar con el tributo a su hermano caído. Sin ir más lejos, el título del nuevo disco viene derivado de las iniciales del nombre de Sagan y su música ha sido inspirada por la agitación emocional que están sufriendo desde entonces los compositores principales de WITHERFALL, Jake Dreyer y Joseph Michael. Ambos militan en ICED EARTH y SANCTUARY respectivamente como guitarrista y cantante.
Jake y Joseph ya habían trabajado juntos en el pasado, ambos estuvieron en las filas de WHITE WIZZARD durante un corto periodo de tiempo, llegando a grabar “The Devils Cut”. Parece ser que entonces se fraguó una unión que ha perdurado hasta el día de hoy, dando vida a WITHERFALL, una de las bandas más interesantes de la actualidad y que justo termina de publicar un disco repleto de poderoso y asfixiante Heavy Metal aderezado con desarrollos progresivos que quitan el aliento.
El trabajo empieza calmado, con una especie de prólogo acústico llamado “A Prelude To Sorrow”, que da paso a “We Are Nothing”, una pieza elaborada, poderosa y muy sentida, sobre todo en su estribillo. Joseph Michael llega a evocar, en un tono algo más tortuoso, a Tim “Ripper” Owens. El tema termina tras unas progresiones instrumentales tremendamente adictivas.
WITHERFALL aúna la técnica, agresividad y emoción en "A Prelude To Sorrow"
La formación angelina prosigue su tributo con “Moment Of Silence” y “Communion Of The Wicked”, temas con desarrollos instrumentales no aptos para todos los públicos, que muestran a WITHERFALL en su faceta más técnica a la vez que oscura, mezclando melodías vocales dulces con otras más rabiosas que desembocan en un resultado excelente.
La breve “Maridian’s Visitation” es usada a modo de preludio de “Shadows”, donde nos encontramos con un riff inicial de Jake Dreyer que es una delicia. Su base rítmica que atruena se acompaña por unas angustiosas melodías vocales en las que Joseph Michael está sublime de nuevo, situándolo como uno de los vocalistas con mayor capacidad para transmitir sentimientos que se pueden escuchar hoy en día.
Llegamos a “Ode To Despair”, que fue la pieza elegida para grabar el primer videoclip de este segundo trabajo de estudio. Muestra la faceta más delicada de los californianos en una composición que empieza a modo de balada, pero en la que el ritmo va acrecentándose a medida que se acerca el estribillo, convirtiéndose en un corte repleto de fuerza gracias a los riffs pesados de Jake y Fili.
Los once minutos de duración de la tremenda “Vintage”, sirven para resumir todo lo que vamos a encontrar en este disco. Desde pasajes lentos y melancólicos, pasando por riffs sangrientos y afilados, aderezados con unas progresiones instrumentales al alcance de muy pocos, llegando hasta unas melodías vocales excelsas que dan forma a un trabajo cuidado hasta el mínimo detalle donde la épica y la oscuridad se dan la mano para dar forma a un réquiem espeluznante de cincuenta y seis minutos de duración.
Sobre el papel, “A Prelude To Sorrow” posee todos los factores para que se convierta en una pieza determinante en la carrera de WITHERFALL, se trata de un disco que debería abrir muchas puertas a los californianos. En él encontramos una gran fusión de Heavy Metal y Progressive Metal con el mejor US Power Metal y que se convierte en escucha obligada para fans de KING DIAMOND, NEVERMORE o SYMPHONY X. WITHERFALL está aquí para quedarse.